Osorio y Sales: desmontando la bomba (y de paso metiéndose en la elección interna del PAN)

El tema de la seguridad se ha vuelto un nuevo punto vulnerable del gobierno federal.

31 de octubre, 2016

El tema de la seguridad se ha vuelto un nuevo punto vulnerable del gobierno federal. Desde hace días, la iniciativa privada (IP) cuestionó el aumento de los delitos graves relacionados con el crimen organizado y, de paso, puso en duda que Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de Gobernación, fuera el encargado de la seguridad. Margarita Zavala, la aspirante panista a la candidatura presidencial, se subió a la idea y nos ilustró sobre el hecho de que ella nunca había estado de acuerdo con esa idea (¿alguien le preguntó?).

Desde entonces, el secretario Osorio se ha afanado en tratar de mostrarle a la IP que tiene méritos para desempeñar esa tarea. En realidad, se debía asentar que se está empeñando todavía más de lo que usualmente lo hace con este sector. En efecto, cada vez que algún sector empresarial cuestiona la seguridad, Osorio Chong salta, en especial si se trata del comandado por Juan Pablo Castañón. Por ejemplo, el pasado agosto, la IP protestó fuertemente por los continuos bloqueos que la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) llevaban a cabo en el sureste del país, especialmente en el Estado de Oaxaca. El titular de SEGOB se reunió con representantes de la IP y a partir de ahí, el problema se resolvió, al menos en su parte medular.

Ahora se repite la fórmula, pero Osorio trata de demostrar que la seguridad en la República está en buenas manos. ¿La reunión de hace un par de días con el Consejo Coordinador Empresarial fue acaso para convencerlos de la gobernabilidad y seguridad existentes? Según el secretario, “los empresarios expresaron sus inquietudes por lo que el gobierno habrá de atenderlas, siempre en un marco de colaboración y coordinación.” Según Castañón, la explicación de estos temas los dejó “satisfechos”. Buena esa, ya sólo falta que deje satisfechos a los millones de mexicanos que padecen asaltos, robos, secuestros, etc.

Por su parte, el titular de la Comisión Nacional de Seguridad (CNS), Renato Sales, de plano culpó a la mala estrategia del gobierno de Calderón de la violencia que existe en el país. Al principio del sexenio, el gobierno de Peña no culpó a su antecesor, hacerlo ahora huele a excusa o a algo más. ¿Tendrá que ver con el pleito entre los calderonistas y anayistas? La declaración de Sales de paso les recuerda a los panistas quien es Felipe Calderón. Tal vez en apoyo a su panista favorito: Ricardo Anaya.

Mientras Osorio Chong y Sales tratan de desactivar la bomba que significa la inseguridad que se percibe creciente, sobre todo entre sectores muy influyentes, y de paso, meten un poco de ruido en los procesos internos del PAN, el nuevo procurador, Raúl Cervantes, enfrenta una campaña en su contra. El motivo parece claro: muchos actores políticos no desean que este personaje pase a ser, “de facto”, el fiscal general de la República. Se le acusa de intentar estrangular a la que era su esposa en 2005, Angélica Fuentes. Probablemente, esta acusación no sea verdadera y se trate de una estrategia de divorcio, pero el hecho es que circula por las redes sociales y se ha publicado en algunos medios. Por si fuera poco, México Unido Contra la Delincuencia (MUCD), una organización bien conocida, ha señalado que el nombramiento de Cervantes es “joder” al país. El MUCD acusa a Cervantes por el grave delito de militar en un partido, como casi todos los procuradores que le han precedido; es culpable del delito de ser primo del consejero jurídico de la Presidencia, como si el propio Cervantes no tuviera una carrera propia; y, lo más grave, que se haya atrevido a ejercer su profesión.

Como quiera que sea, Cervantes tendrá que prepararse para aguantar un ataque temprano y sistemático. Su mejor carta de recomendación es que logre resultados mediáticamente vendibles pronto, de lo contrario, los errores lo derribarán. El pasado se agiganta cuando en el presente no hay nada que ofrecer.

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