Ochoa Reza: Mentiroso, mentiroso

Como en una comedia de Jim Carrey (Liar, liar), han atrapado a Enrique Ochoa Reza en una mentira flagrante. Pero aquí no habrá final feliz...

13 de julio, 2016

Jaime Guerrero Vázquez

Como en una comedia de Jim Carrey (Liar, liar), han atrapado a Enrique Ochoa Reza en una mentira flagrante. Pero aquí no habrá final feliz. Los medios de comunicación, en especial las columnas de opinión, han dedicado varios espacios al proceso interno del PRI y a quien se perfila como su único candidato: Enrique Ochoa Reza, exdirector de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

De acuerdo a lo publicado y comentado en los últimos días se alcanzan a distinguir dos niveles de análisis: 1) Jurídico-legal; y 2) Político.

Por el lado legal de la elección del presidente nacional del PRI, ésta se ha complicado con la difusión de un video (http://alturl.com/p33i7) fechado en 2010, en el cual se presenta la comparecencia de Enrique Ochoa Reza, en el proceso de selección de Consejeros Electorales del otrora IFE, ante la Comisión de Gobernación de la Cámara de Diputados, dirigida en ese entonces por Javier Corral. En el video, Ochoa Reza dice textualmente a una pregunta del diputado petista Juan Enrique Ibarra Pedroza: “No formo parte del Consejo Político Nacional del PRI ni soy militante.” Esta información contradice la que afirmó el pasado 7 de julio, cuando aseguró que es priista desde 1991. Tal vez para contrarrestar el efecto del video, compartió a través de sus redes sociales la imagen de una credencial que lo acredita como militante del partido desde hace más de 20 años.

Una de dos, Ochoa mintió a la Cámara de Diputados en el 2010 o bien mintió ahora sobre la antigüedad de su militancia. En cualquier caso, se trata de una mentira que deja al posible futuro presidente priista como un mentiroso y acomodaticio. Se dirá que los políticos (y todos los seres humanos) son mentirosos, pero pocas veces se tiene la oportunidad de atraparlos en una mentira tan evidente.

Algunos analistas están diciendo que, en todo caso, las mentiras de Ochoa son cosa de su partido, pero no es así. Mintió a una instancia oficial como era la Comisión de Gobierno de la Cámara de Diputados o mintió al PRI y este es un asunto serio, dado que se habrían violado los estatutos registrados ante una autoridad oficial. Los partidos no son clubes privados, son entidades de interés público. En este sentido, algún priista podría demandar la anulación del registro de Ochoa Reza ante el INE o el Tribunal Electoral. Algo que podría echar al traste todo el proceso o, al menos, envilecerlo.

No es menos delicado el hecho de que Ochoa probablemente ocultó este “detalle” al presidente Peña Nieto. Desafortunadamente, el daño que esta información cause no será para Ochoa Reza, un hombre sin una carrera política, y ni siquiera para Luis Videgaray, posiblemente quien le dio la idea al presidente. Sin duda alguna, el daño será para el partido y el mandatario federal.

En la parte política, la prensa se dedicó a señalar que el proceso de selección del presidente priista se llevaba a cabo de acuerdo a los “viejos” rituales del tricolor. Por si fuera poco, la falta de carrera política de Ochoa Reza está jugando en su contra. El presidente Peña se equivocó, pero no al escoger al exdirector de la CFE, sino porque privilegió sus necesidades (las de Presidencia) sobre las del partido. Peña se va en unos años, el partido no. Al final de cuentas, el distanciamiento entre partido y presidente es real y se podría hacer más profundo. De esta forma, una mala decisión en la elección del candidato tiende a agravar la crisis en el PRI, además de impactar aún más a la imagen y desempeño del gobierno federal.

Como dice Juan Gabriel: pero qué necesidad.

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