México, tierra caliente

Además de los problemas de seguridad que enfrenta el gobierno federal parece haber un problema de comunicación social, en el peor momento posible. Antier se filtra a los medios que...

4 de diciembre, 2014

Además de los problemas de seguridad que enfrenta el gobierno federal parece haber un problema de comunicación social, en el peor momento posible. Antier se filtra a los medios que Peña Nieto iría a Iguala; ayer se dice que siempre no. El resultado fue una nueva serie de críticas y varias notas en el tono: el presidente no se atreve a ir a Iguala, Guerrero.

Otro tanto sucedió con la visita de Osorio Chong a Iguala, el día de ayer. Al principio, varios medios reportaron que presentaría el Plan Nuevo Guerrero. Otros medios señalaron que hoy iría el presidente Peña a presentar dicho plan, pero en Acapulco. Notas confusas. Al final, se sabe que lo que presentó el secretario de Gobernación fue un plan de seguridad para Tierra Caliente, que abarca cuatro estados: Guerrero, Michoacán, México y Morelos. Dicho plan es, fundamentalmente, la sustitución de los policías municipales por soldados. En los hechos, la federación tomará el control (¿político también?) de las zonas comprendidas en dicho plan.

Por su parte, el presidente Peña Nieto presentará en Acapulco un plan de reactivación económica de ese puerto, azotado por huracanes de todo tipo (Manuel y CETEG). Con esto, otra vez se aplica la combinación de medidas económicas y sociales para restaurar el tejido social, al tiempo que se sofoca la inseguridad. Esta fórmula se aplica en Michoacán y antes en Chihuahua. El resultado ha sido la disminución de delitos y cierta recuperación del entorno social.

Tanto estas medidas como el decálogo anunciado días antes por el presidente Peña Nieto tardan en cuajar y las exigencias de los críticos son para ya. Como se ha demostrado en otros países, la transición de la violencia a una relativa calma es cosa de años.

Además de su lenta consolidación, la federación parece estar sola. Los municipios y los gobernadores, no sólo de Michoacán y Guerrero, sino de varios estados, parecen no estar asumiendo el problema de la inseguridad y el deterioro económico. En Michoacán, por ejemplo, la policía rural, antes grupos de autodefensa, no es suficiente y por lo que se ve sigue portándose como un conjunto de grupos facciosos, pero con uniforme y sueldo. En Oaxaca, el gobernador practica el “dejar hacer” con la CNTE y la ciudad de Oaxaca languidece otra vez. En Michoacán y Guerrero, los gobernadores sustitutos parecen estar más preocupados por salvar su imagen, que por gobernar. La oposición a Peña está ocupada en atacar al gobierno federal por algo que no hizo, Ayotzinapa.

En este ambiente, el gobierno federal no puede darse el lujo de cometer errores graves, ni de comunicación social ni de otro tipo. 

Foto: Twitter @GobOrtega

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