Luego de la paliza que la oposición le diera al PRI de los “nueve estados ganados” el pasado domingo, el frente económico dio discretas señales de vida. Hay que decir que discretas, pero preocupantes noticias. El escenario para esto fue la Reunión Nacional de Consejeros de BBVA Bancomer 2016. Para abrir boca, Luis Robles Miaja, presidente del consejo de administración de Bancomer, declaró que disminuyó la valoración del sector privado sobre las reformas del sexenio. En pocas palabras, las reformas, sobre todo la energética y la de telecomunicaciones, no los ha beneficiado más. De forma indirecta, el sector privado se sigue quejando de la llamada reforma fiscal y desean un cambio para el próximo año.
En su turno, Agustín Carstens, gobernador del Banco de México (BANXICO), señaló que la política monetaria está llegando a su fin como “impulsora” del crecimiento de las economías. Para enfrentar este agotamiento de la política monetaria, subrayó que son “significativas” las recomendaciones “que han realizado los organismos financieros internacionales, como la OCDE, que sugieren un mejor manejo fiscal.” La volatilidad en la paridad peso-dólar seguirá, pero, según Carstens, México está bien preparado para enfrentar el futuro.
El mesurado optimismo del gobernador del BANXICO contrastó con el anuncio de Luis Videgaray, secretario de Hacienda y Crédito Público, quien adelantó que el gobierno federal profundizará la reducción del gasto público en 2017, en respuesta a la petición de la cúpula del sector privado. La semana pasada, el Consejo Coordinador Empresarial y el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado pidieron un mayor “ajuste” al gasto público. En buen castellano esto significa un mayor recorte. Y se hará el “ajuste” aunque este tenga un efecto sobre el crecimiento, dijo Videgaray. Como no habrá aumento de impuestos, la disminución del déficit sólo puede hacerse vía la reducción del gasto público.
Luego de que el partido del presidente Peña Nieto tuviera una mala jornada electoral, el secretario de Hacienda anuncia, al día siguiente, un ajuste que puede tener resultados adversos en el crecimiento, de por sí mediocre. Lo cierto es que lo que resta del año no pinta bien para la economía mundial. Estados Unidos dio a conocer sus últimas cifras de creación de empleos y estas fueron mucho menores de lo esperado. De acuerdo a esto, se espera que la Reserva de Estados Unidos (Fed) retrase el alza de las tasas, pero no todos los consejeros de ese organismo están de acuerdo.
Los organismos internacionales están atentos a la votación que decida si el Reino Unido sigue en la Unión Europea, en el comportamiento de la economía china y en los precios de las materias primas. Diversos agentes económicos internacionales ya alertaron que América Latina será una de las regiones más afectadas si esta tendencia negativa continúa. De nuevo, estamos esperanzados en que la economía norteamericana mejore y la de nuestro país con ella.
Malas noticias luego de los triunfos de las oposiciones.
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