Empezando por el gobernador Graco Ramírez, toda la clase política morelense está de cabeza alrededor de dos temas: el asesinato de la presidenta municipal de Temixco, la perredista Gisela Mota, y la instauración por decreto del mando único policíaco en la entidad. Es claro que esta confusión, a la que ha contribuido el propio Graco, beneficia diversos intereses locales que se empalman con los del crimen organizado.
Los opositores al mando único no representan una corriente homogénea, los hay que por principio no están de acuerdo con escamotear al municipio una de sus atribuciones constitucionales. En los hechos, argumentan, eso sería anular a los municipios como un nivel de gobierno. Se dice que el mando único no será la panacea que pregonan sus propagandistas. En lugar de esto, proponen que se discutan fórmulas que blinden a los municipios, es decir que los fortalezcan, en lugar de simplemente anularlos. Sin embargo, la clase política nacional no parece interesada en iniciar siquiera una reflexión en este sentido.
El gobernador Ramírez, como la mayoría de los mandatarios estatales, está de acuerdo con la solución del mando único, algo que prometió como parte de su campaña. Sin embargo, ha arribado al cumplimiento de su propuesta de manera chapucera. En primer lugar, ha atribuido el asesinato de su correligionaria Gisela Mota al crimen organizado y ha asegurado que se debió a que esta apoyaba el mando único. Al mismo tiempo, integrantes de su gobierno han asegurado que quienes se oponen al dichoso mando único son ignorantes o cómplices del crimen organizado. Ambas afirmaciones deberán probarse.
En este universo de ignorantes o cómplices, cabe el exfutbolista y flamante presidente municipal de Cuernavaca Cuauhtémoc Blanco, quien considera que la imposición del mando único equivale a un “golpe de Estado”. Otro alcalde, Enrique Alonso, de Tlalquitenango, asegura que fue amenazado por el comisionado estatal de seguridad, Alberto Capella, por oponerse al mando único. Más aún, el propio Graco ha señalado que algunas personas cercanas a Blanco son parte del crimen organizado y que el hermano del cantante Joan Sebastian es parte de esa mafia. Ambos personajes han salido a los medios a exigir que se prueben los dichos del mandatario estatal, que nos ha resultado tan boquiflojo como el propio Cuauhtémoc Blanco.
En esta guerra de declaraciones temerarias y confusiones, el gobierno federal sólo ha dicho que apoya a Graco en el tema del mando único. Esto es lógico, el mando único es una propuesta hecha por el presidente Calderón en su momento y retomada por el actual presidente Peña Nieto, pero que no ha logrado concretarse en el Congreso y en la vida real. Curiosamente, todas las chapucerías morelenses podrían estar decidiendo el éxito o el fracaso del famoso mando único.
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