¿Está MORENA a punto de perder el control político en la Ciudad de México?

A veces la cadena se rompe no por el eslabón más débil, sino por el más fuerte. Desde hace mucho tiempo se sabe que la...

25 de marzo, 2017

Jaime Guerrero Vázquez

A veces la cadena se rompe no por el eslabón más débil, sino por el más fuerte. Desde hace mucho tiempo se sabe que la capital de la República se inclina a propuestas más o menos progresistas, cuando no abiertamente de izquierda. Así lo ha votado en diferentes fechas: 1988, 1997, 2000, 2003, 2006 2009, 2012 y 2015. Ahora, por primera vez en 30 años se da la posibilidad que un partido conservador disfrazado de izquierda gane los espacios políticos de la Ciudad de México (CDMX) en 2018, gracias a esa especial estrategia populista que Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha logrado colocar en la mente y aspiraciones de millones de capitalinos.

Tan es así, que políticos, medios y encuestas dan por descontado que MORENA se convertirá en la fuerza hegemónica en la Ciudad. Por ejemplo, en una encuesta publicada por El Universal el 6 de marzo de este año, cualquiera de los tres aspirantes morenistas (Ricardo Monreal, Martí Batres y Claudia Sheinbaum) derrota a los aspirantes de los otros partidos, sean del PRI, PAN o PRD. Hacia afuera, son más conocidos Ricardo Monreal y Martí Batres que Claudia Sheinbaum, pero en las preferencias internas es ella quien lleva la ventaja y el delegado de Cuauhtémoc se ubica al último, de acuerdo con una encuesta de SDP-noticias del 7 de marzo pasado.

Pero, ¿qué pasará cuando AMLO designe al candidato de su partido a la CDMX? ¿Los otros dos lo aceptarán sin poner reparos? Al menos eso es lo que dicen en las entrevistas. La respuesta estándar de los tres aspirantes es: lo importante es que López consiga la Presidencia. Qué formidable espíritu de sacrificio. Más bien, qué muestra de ejercicio vertical del poder del tabasqueño.

Sin embargo, las entrevistas y filtraciones de los tres no parecen hablar de unidad. En una reciente entrevista (El Universal, 21-III-17), Claudia Sheinbaum resalta que ella nunca ha pertenecido al PRI, como si esto fuera en MORENA una especie de pecado. Acepta que se reúne con otros delegados morenistas en lo que supone un frente político probablemente para impulsar su candidatura. Un día después, en el mismo diario, Ricardo Monreal le reclama sutilmente a Sheinbaum su actitud facciosa y le recuerda que AMLO también proviene del PRI. El delegado de la Cuauhtémoc ha dejado sentir que es el más fuerte y conocido de los tres, algo muy probable, y que por lo tanto será el señalado por el dedo divino de López. Resalta que la alianza personal que mantiene con el presidente del partido data de más de dos décadas. Sin duda, el más rezagado de los tres es Martí Batres, quien parece castigado por alguna razón.

Batres fue espiado (¿o cómo se le llama a esto?) y una conversación que debía ser privada fue filtrada y reproducida por El Universal el pasado 23 de febrero. En dicha conversación, Batres admite que ha habido una lucha interna en MORENA, pero no ha trascendido a los medios. Ve en Monreal a su adversario y destaca sus modos mafiosos y sus amistades incómodas (Gutiérrez de la Torre).

Pero, en realidad, ¿existen Sheinbaum y Batres sin el apoyo de AMLO? No parece ser el caso. Sin embargo, es un hecho que Monreal sí tiene una fuerza propia ¿y autónoma? Si AMLO escoge, como todo parece indicar, a la delegada de Tlalpan, el PRD (o el PRI) podrían ir por el apoyo de Monreal.

El éxito tiene su precio.

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