Encuestas colocan a MORENA en primer lugar

De acuerdo con información publicada por La Jornada, encuestas encargadas por la Presidencia de la República...

27 de marzo, 2017

De acuerdo con información publicada por La Jornada, encuestas encargadas por la Presidencia de la República colocan al líder de MORENA a la cabeza de las preferencias electorales y ubican al PRI en un tercer sitio, “con posibilidades de hundirse al cuarto en caso de que surgiera un candidato independiente con fuerza”. De acuerdo a esto, parece natural que funcionarios federales hayan iniciado una serie de críticas contra el tabasqueño, aprovechando el traspié que sufrió al enfrentarse a las fuerzas armadas (FFAA). La estrategia de la administración federal para mermar la fuerza de AMLO tuvo su mayor evidencia en la 80 Convención Nacional Bancaria, que tuvo como tema de apertura: “El Dilema Global: Liberalismo vs Populismo”.

En el evento, el presidente Peña Nieto y José Antonio Meade, titular de la Secretaría de Hacienda, advirtieron sobre los riesgos que implican para el avance del país y las libertades ciudadanas las propuestas populistas en las que suponen se ubica el jefe morenista. Representantes conspicuos de la Banca, coincidieron en la posibilidad de que tales peligros ocurran, si bien fueron cautos al declarar implícitamente que no temen por la posible llegada de López Obrador a la presidencia.

Al parecer, el gobierno ha decidido librar otro round contra Obrador, reeditando la vieja idea calderonista “AMLO es un peligro para México”, una imagen que el tabasqueño ha tratado de superar sin mucho éxito. Esta vez los elementos que explican la amenaza del presidente de MORENA son: 1.- Pretende una vuelta al pasado, 2.-Es populista (como Trump, como los líderes de la derecha extrema europea, y la izquierda chavista) 3.-No respetará los contrapesos institucionales implantados en el país a lo largo de las tres últimas décadas.

En respuesta, por ese espíritu digno de Sísifo, López Obrador ha decidido mantenerse en sus ataques a las fuerzas armadas, quizás convencido de que la mayoría de la tropa, “el pueblo uniformado”, confía en él. Ayer declaró que, frente a los saldos de la fallida estrategia contra la inseguridad y la violencia en México, que suma más de un millón de víctimas en la última década y 210 mil asesinatos, es obligado “bajarle al nivel de letalidad” que imprimen Ejército y Marina en la persecución de las bandas delincuenciales. Solo que, en sus declaraciones transmitidas por video, el tabasqueño hace propuestas de gobierno y señala que los soldados votarán por él en el 2018. Al parecer, cayó en el reto que le hizo el gobierno federal al evidenciarlo con sus dichos de que se asume como el candidato de MORENA para la elección presidencial del 2018, lo que es a todas luces un acto anticipado de campaña.

Sin embargo, no se debe perder de vista que, en su convención, los banqueros se deslindaron de la crítica que ha hecho el gobierno federal en contra de López Obrador, al señalar que la banca en México está dispuesta a trabajar de la mano con quien gane la Presidencia de la República en 2018, independientemente de que llegue un gobierno de izquierda, derecha o centro, siempre y cuando se instrumenten políticas macroeconómicas responsables, declaración que no ayuda a la actual administración federal y que manda el mensaje al presidente Peña de que no están de acuerdo con su forma de gobernar.

Este sector y el empresarial, impulsaron hace unos años la campaña que ubicó a AMLO como un peligro para México. Hoy parece que no están ya en la misma sintonía. Por lo demás, parece cierto que se necesitará más que una consigna como aquella para debilitarlo, pues su campaña goza de un componente de fuerza indiscutible y difícil de desarticular: se ha convertido en el representante máximo de la lucha anticorrupción. Curioso que una bandera panista haya caído en manos de AMLO.

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