El fracaso de la humanidad

Dos ideas perturbadoras para iniciar el año...

2 de enero, 2017

Dos ideas perturbadoras para iniciar el año: es posible que la humanidad sea una especie en extinción y, segundo, que todos los esfuerzos que se hagan para evitarlo son tardíos. Se considera que una especie está en peligro de extinción cuando todos los miembros vivos de dicha especie están en peligro de desaparecer. La definición no tiene necesariamente que ver con el número de individuos de la especie ni fija plazos en los que diferentes procesos pueden terminar con su existencia. Una amenaza muy localizada puede tener efectos en ciertos grupos humanos durante un periodo de tiempo, por ejemplo, la guerra civil en Siria o la epidemia de VIH-SIDA que ha devastado aldeas completas en algunos países africanos. La humanidad no sólo está expuesta a estos peligros digamos localizados, sino a otros de carácter global.

Curiosamente, la mayoría de los medios, políticos e intelectuales están sistemáticamente negando el tema. Quien se atreva a hablar de eso es tildado de loco o alarmista. Los que se dedican a la futurología o estudios del futuro no suelen estar bien considerados por sus pares que se dedican a las ciencias mal llamadas exactas o incluso las ciencias sociales. Pese a esto, a la futurología se le ubica en estas últimas y emparentada con la historia. No siempre los científicos que se dedican a las ciencias exactas son expertos en esta rama, lo que hace que declaren cosas que parecen absurdas. Por ejemplo, hace un tiempo, The Guardian preguntó a diez científicos cuáles serían los diez mayores peligros para nuestra especie. En las respuestas hay de todo, desde la imaginación influida por las películas catastrofistas hasta opiniones derivadas de sus especialidades: medio ambiente, erosión de los telómeros, pandemia viral, terrorismo, guerra nuclear, impacto de un meteorito, inteligencia artificial, bombardeo de rayos cósmicos, supervolcanes, agujeros negros. Por supuesto, la especialidad de estos científicos tiene mucho que ver en lo que dicen, sea porque trabajen en la NASA o la vulcanología. Incluso una mente tan respetada como la de Stephen Hawking suena un tanto jalado de los pelos cuando señala que los tres peligros para la humanidad son: la vida alienígena, la inteligencia artificial o algo tan abstracto como el hombre mismo. Este último punto alguna vez fue tratado por Arthur Koestler, quien hablaba de la “vena” homicida del ser humano.

Más allá de aquellas cosas que podrían pasar (agujeros negros, meteoritos, etc.), lo más probable es que la humanidad esté en peligro por eventos derivados de sus propias acciones. Cuestiones como el calentamiento global, los plásticos en los océanos y la basura no han encontrado una respuesta eficiente. Muchos expertos consideran que los acuerdos acerca del medio ambiente llegan tarde y no son suficientes. Por otro lado, diferentes estudios muestran que la desigualdad ha aumentado en las últimas décadas. Avanzamos a dos humanidades, una que tiene acceso a servicios de alta calidad y otra conformada por la abrumadora mayoría que está cada vez más alejada de la salud, la alimentación adecuada, la educación, etc. Por otro lado, las guerras también están amenazando a la especie. Después de 1945 todos los conflictos han sido regionales, pero el arsenal nuclear, biológico, químico y convencional ha aumentado. La llegada de Donald Trump al poder y las actitudes de Putin hacen posible una escalada de otro tipo.

En fin, por razones de espacio no es posible tratar todas las amenazas ni profundizar en ellas, pero es posible que, en este año nuevo, empiece una contabilidad que en 200 o 300 años colapse a la especie. Un tiempo muy breve. Estamos en el año cero.

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