El día del maestro, celebrado ayer, pasó entre promesas, reformas a medias y problemas, muchos problemas relacionados con la educación. Como se acostumbra, el presidente Enrique Peña Nieto (EPN) hizo un reconocimiento de la labor del maestro y señaló que se está reorganizando todo el sistema educativo gracias a la reforma. Anunció que este año se canalizarán mil 800 millones de pesos para la formación docente y en fecha próxima la Secretaria de Educación Pública (SEP) presentará los nuevos planes y programas de estudio. Programas que ya tienen un retraso de cinco meses, de acuerdo a la fecha fijada el año pasado por Aurelio Nuño, titular de la SEP.
Por supuesto, los invitados de honor fueron los dirigentes del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), encabezados por Juan Díaz de la Torre, quien puntualizó que la educación no debe dejar de ser de Estado. No sobra esta advertencia en un momento en que la iniciativa privada ronda el negocio de la educación. Inclusive, el recientemente presentado programa “Un lugar para ti”, abre la puerta a la educación superior privada para sectores que normalmente no tienen acceso a ese sistema. Ahora, el estado les pagará a sectores privados en lugar de darles escuelas públicas en número suficiente.
En la calle, una movilización de maestros que protestan contra la reforma educativa, iniciaron su paro indefinido e instalaron un campamento en la calle de Bucareli, frente a la Secretaría de Gobernación. Exigen una mesa de negociación con el titular, Miguel Ángel Osorio Chong, o con el mismo EPN. Ya no quieren hablar con Nuño, a quien ahora llaman el “sargento”. El paro se replicó en Oaxaca y Chiapas y hubo protestas en varios otros estados. Será difícil saber hasta la tarde del día de hoy cuál es el alcance de este llamado “paro nacional”. Por lo pronto, de los 15 mil maestros que llegarían a la Ciudad de México sólo llegaron tres mil, según reportan los diarios. Pesa sobre los paristas de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) la amenaza del secretario de Educación de despedir a quien falte tres días seguidos.
Por otro lado, los alumnos de las vocaciones del Instituto Politécnico Nacional (IPN) en paro saldrán hoy a la calle para llevarle una carta a EPN a Los Pinos. En ella exigirán un diálogo directo con el Ejecutivo. Tampoco están dispuestos a dialogar ya con Nuño, al que no consideran un interlocutor. Mal asunto sería para el gobierno si paristas del IPN se suman a los de la CNTE.
Lo cierto es que ambos movimientos se equivocan si creen que serán atendidos por el secretario Osorio Chong o el presidente Peña Nieto. Hoy por hoy, la interlocución para ambos asuntos pasa por el secretario Nuño y su forma de enfrentar los problemas: contención y reducción. La CNTE no las tiene todas consigo y sus demandas no son viables. Su imagen es desastrosa y sus métodos cuestionables. Los paristas de las vocacionales ya han sufrido la merma de dos escuelas en menos de una semana. Es probable que Nuño y las autoridades del IPN apuesten a que esta semana las otras también regresen a sus actividades. De cualquier forma, no se ve posible que el gobierno federal cambie de interlocutor a los protestantes.
Los próximos días veremos qué tanto funcionan los métodos usados por Aurelio Nuño ante movimientos impopulares.
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