En política importa la percepción de los hechos, no los hechos mismos. Cuando los líderes de opinión, sean medios o personas, arriban a una misma tendencia la percepción de una sociedad puede verse mayoritariamente influida. Esto es lo que sucede con la percepción que se tiene del gobierno mexicano actualmente.
Por supuesto, ha habido errores y malos manejos en la información que el gobierno federal proporciona. Igualmente, ha habido escándalos difíciles de superar. En su momento, es lógico suponer que todo esto ha contribuido a la coincidencia de esos líderes de opinión en contra de casi todo lo que se hace desde la presidencia. Es cierto que la administración actual parece con el rumbo perdido, pero cabría preguntarse si los líderes han perdido toda objetividad. Mala combinación.
Un ejemplo de esto fue la visita del candidato presidencial del Partido Republicano, Donald Trump, que acaparó toda la atención mediática, haciendo a un lado el Cuarto Informe de Gobierno. Los diarios impresos con mayor penetración dieron las ocho columnas al evento; la mayoría retomó las palabras del presidente Peña Nieto, sólo Reforma cabeceó en forma adversa. Los líderes de opinión dentro del círculo rojo se comportaron como cuando se ve un partido importante de la selección nacional: con ánimo pesimista, el otro siempre es mejor que nosotros. Así, en la mayoría de los textos de las plumas más influyentes el presidente no salió bien librado.
La invitación del presidente de México a ambos candidatos presidenciales estadounidenses, fue correcta en términos políticos y diplomáticos. Asimismo, el mensaje del presidente Peña Nieto fue el que tenía que darse y en los términos adecuados. Tanto en el que dio en la conferencia conjunta como el publicado en los medios. Se indicaron exactamente las razones que lo llevaron a convocar tal encuentro así como la postura del gobierno federal ante el candidato republicano.
Sin embargo, toda la puesta en escena no se trataba de corrección política: hay un problema de percepción. En este sentido, los críticos del presidente Peña Nieto ganaron. Si se despojan de calificativos, muchas de las críticas quedan sin sustancia; otras, se sostienen. Hay otro elemento que vale la pena señalar: ¿dónde está el PRI?, ¿dónde están los integrantes del gabinete? El presidente Peña explicó, tuiteó, escribió un artículo, en fin, ha defendido su decisión, pero ¿y los priistas? Los pocos que han salido a defender la posición presidencial lo han hecho con tibieza o con metidas de pata, como Emilio Gamboa en la entrevista de ayer con el periodista Ciro Gómez Leyva.
Por otra parte, los que hablan en nombre de la “indignación de los mexicanos”, no han tenido convocatorias trascendentes. En este sentido, es importante acotar que es un tema de políticos, no de los ciudadanos de a pie.
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