Crónicas del Año Cero (XX): La vena psicótica de la Humanidad

La literatura suele estar un paso (o muchos) adelante de la realidad.

10 de septiembre, 2018

La literatura suele estar un paso (o muchos) adelante de la realidad. Con décadas de antelación, obras como la trilogía de Trántor de Asimov avizoraron la miniaturización tecnológica y el intento de predecir el comportamiento de las masas humanas. En una de las series de la saga de Star Trek se habla de un punto de quiebre en que toda especie inteligente se descubre capaz de destruirse debido a sus adelantos tecnológicos. En ese punto de inflexión la especie inteligente debe decidir cambiar para salvaguardar su futuro o bien no hace lo suficiente y termina destruyéndose. No hay que argumentar mucho para demostrar que la humanidad ha llegado a ese momentum. ¿La especie humana será capaz de sobrevivir a su propio desarrollo?

Bien, la verdad es que los antecedentes no son muy halagüeños. El homo sapiens apareció hace aproximadamente 200 mil años. Se sabe que al menos otras dos o tres especies de homínidos convivieron con él (neandertal, denisovano y el hombre de la isla de Flores, también apodado “hobbit”). No era extraño que así fuera. Durante millones de años varias especies de homínidos habían compartido el planeta. Sin embargo, en un parpadeo geológico que va desde su aparición hasta hace menos de 30 mil años desaparecieron las otras especies. ¿Qué fue lo que sucedió?

Ahora se sabe, o se supone, que el homo sapiens tiene en su ADN aportaciones del material genético de otras especies como el neandertal (con excepción de la población subsahariana), el denisovano y otra especie todavía no definida. Pero la pregunta subsiste: ¿por qué desaparecieron las otras especies de homínidos?

Por lo general, se cree que el sapiens estaba mejor adaptado y, en la competencia por la comida y los sitios habitables, desplazó y menguó a las otras especies. También se dice que el cambio climático afectó más a los neandertales que a la especie que actualmente detenta el control del planeta. No obstante, la desaparición hace menos de 40 mil años de los neandertales no tiene sentido, puesto que habían sobrevivido como especie a fuertes cambios climáticos. También se dice que el mayor desarrollo cerebral y la habilidad de fabricar herramientas más sofisticadas y contar con una organización social más sólida fueron la causa de que prevaleciera el sapiens. Pero a medida que se saben más cosas del neandertal se halla que era una especie mucho más sofisticada de lo que se creía. Fabricaban herramientas, ropa, practicaban pesca con trampas, hacían pinturas rupestres y tenían ritos funerarios. Si el sapiens era mejor, no lo era con mucho. Esa pequeña diferencia, si es que la hubo, ¿explica la extinción? Para algunos expertos, incluso las ligeras variaciones anatómicas (piernas más cortas, entre otras), la dieta, la resistencia a enfermedades o el lenguaje pudieron ser decisivas.

Desde luego, hay otras explicaciones: la llamada “teoría de la hibridación” supone que la escasa población neandertal finalmente fue “absorbida” por los contingentes sapiens en continuo crecimiento. Hay otras propuestas más perturbadoras. Jared Diamond y otros, han sugerido que los neandertales fueron acosados por los sapiens y extinguidos, a la manera en que poblaciones humanas con mayor desarrollo tecnológico exterminan a poblaciones nativas.

Es claro que no hay una investigación definitiva y lo más probable es que hayan confluido varios factores que expliquen la extinción de las otras especies de homínidos. Sí hay que apuntar lo extraño que resulta que en el planeta sólo exista un representante humano, ya que por lo general de cada animal hay varias especies que lo representan (felinos, caninos, osos). También hay que señalar que llama la atención que una especie aparentemente exitosa, con gran capacidad de inventiva, con una buena organización social, adaptable a los cambios en su entorno como el neandertal, que había sobrevivido cientos de miles de años se extinguiera relativamente rápido. Si Diamond tiene razón esto quiere decir que los sapiens usaron sus pequeñas ventajas sociales, tecnológicas y físicas para “desaparecer” a otras especies de homínidos.

En alguna parte de su obra, Arthur Koestler señala que la humanidad tiene una vena psicótica. Si este autor tenía razón, no habrá empatía con la propia especie.

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