2018: Escenarios

Una de las vetas más interesantes del análisis político es la de los escenarios electorales.

25 de julio, 2017

Una de las vetas más interesantes del análisis político es la de los escenarios electorales. En teoría, se construyen con base en la información recabada, pero con mucho siguen siendo una mezcla de imaginación, filias, fobias y datos. Dependiendo del autor, los escenarios electorales, el quién ganará o perderá, despierta pasiones, suposiciones y controversias.

En este camino, el analista y político Jorge Castañeda publicó hace unos días un escenario que podría estarse barajando en Los Pinos, un escenario en el que ganaría el PRI. En este supuesto, el partido tricolor con el presidente Peña a la cabeza estaría pensando en algo así como reciclar la receta del triunfo en el Estado de México: un candidato más o menos aceptable, recursos ilimitados y una combinación de otros factores: que el PRD y el PAN compitan por separado, el primero con Miguel Ángel Mancera y el segundo con Margarita Zavala. De igual forma, que existan en el contienda uno o dos candidatos independientes más o menos atractivos. Si estos factores se dieran, el voto opositor se dividiría, pero aún existiría el tema de los pisos: el PRI tiene un 20% contra AMLO, quien tiene el 30%. Es decir, ni así lograría el partido del presidente de la República un triunfo en este escenario supuesto.

Sin embargo, como es lógico, en cualquier escenario operan variables, algunas de ellas difíciles de prever. Incluso en las lecturas del pasado inmediato hay diferentes interpretaciones. Por ejemplo, ¿cómo le afectaron a MORENA y a Delfina Gómez los señalamientos de corrupción provenientes de los diezmos, Eva Cadena y demás?, ¿estaban destinados estos asuntos a derrumbar al partido de AMLO y a su candidata?, ¿o tal vez sólo estaban destinados a igualarlo con los otros políticos? Hay quienes dicen que los escándalos no afectaron al invulnerable Peje, pero entonces ¿cómo explicar que el día de la votación muchos, en un porcentaje a la postre significativo, decidieron dar su voto a del Mazo? En 2006, la campaña: es un peligro para México, fue uno de los factores que impidió la llegada del tabasqueño a la Presidencia. Una campaña en 2018 podría hacer que su piso no fuera de 30 sino de 25 o menos porcentaje.

En el caso del PRI, difícilmente se le puede considerar el adversario a derrotar. Sus números son malos, los números de su líder natural (EPN) son más malos todavía. Sus personajes están deslavados y los que resaltan no son los Nuño y su campaña por la educación, sino los Ruiz Esparza y el socavón. Así de simple. En el caso del PAN, aquel partido que se veía invencible hace un año ya no existe, los tres aspirantes más conocidos están afectados por sus golpeteos internos y sus métodos. Del PRD lo mejor a lo que puede aspirar es a una alianza con el PAN o jugársela con un candidato propio que al menos le rescate entre 10 y 15 puntos. Jugar con MORENA significaría su destrucción completa más temprano que tarde.

Pero la política no es un asunto de aritmética, sino de imágenes, personas y dinero. Los viejos priistas desprecian a los Nuño, a los Meade y a los Videgaray, a pesar de que han hecho un buen trabajo y son más conocidos que los Beltrones y los Narro. ¿Son mejores candidatos? Tal vez no de suyo, pero, ya se dijo, es un asunto de imágenes y de dinero.

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