Vivimos tiempos inéditos para prácticamente toda la humanidad aún con vida, desde hace 100 años, con la mal llamada gripe española, no teníamos una pandemia. La proliferación de información imprecisa o, de plano, falsa, acompaña a la pandemia como efecto indeseable pero entendible. Su fuente se halla en gente irresponsable o incluso en comunicadores y/o medios de comunicación, algunos con reputación de larga data, que sin pudor alguno se han lanzado a politizar la desgracia. Las nuevas tecnologías, y todavía la desinformación de algunos ciudadanos, lo hacen más fácil.
En México en lo particular, una andanada de información de fuentes con malísima entraña, no han descansado en golpetear al gobierno, incluso en algunos medios internacionales. La sorpresa es que, según las más recientes encuestas, el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador goza de niveles de aceptación y popularidad muy pocas veces visto, ya no digamos en México, sino en cualquier parte del mundo.
A AMLO le debemos algo incuestionable, que es la politización del pueblo de México, antes indiferente a cuestiones relacionadas con la cosa pública, no acostumbrado más que a un régimen de partido de Estado por décadas y a la información masiva prácticamente monopolizada por el gobierno. Hoy, en relativamente poco tiempo, sería impensable que los mexicanos nos tragáramos un cuento como el de la criminal campaña “un peligro para México” instrumentada en el nefasto año 2006, que en esa ocasión millones se la creyeron. Fueron timados como quien roba un dulce a un niño. Campaña sucia aquella que llevó a la presidencia al opaco (en todo sentido) Felipe del Sagrado Corazón de Jesús Calderón Hinojosa, el cual, por cierto, no ceja en sus demenciales afanes de desestabilizar al actual gobierno, amén de todas las barbaridades que, día con día, salen a la luz, de su ya impresentable sexenio.
Podemos afirmar, pues, que los mexicanos gozamos ya, acudiendo a la terminología epidemiológica, de la “inmunidad de rebaño” ante la “infodemia”. Esto deberían haberlo entendido ya los comunicadores y demás personajes a los que les sobra el veneno. En México hay un clima de plena libertad de expresión, eso ni quien lo pueda negar, y por lo mismo esto se debe aprovechar para cuestionar de forma inteligente y no visceral y malintencionada. El mexicano es de los Pueblos con más cultura política en el mundo, afirma del presidente, quizás exagera, sí, pero sin duda se puede afirmar que la ciudadanía mexicana ha llegado ya a su mayoría de edad, hecho que no es, ni de lejos, poca cosa.
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