Dante Delgado está muy molesto, “ardido” se dice coloquialmente. Y es que el hoy presidente Andrés Manuel López Obrador simple y sencillamente lo hizo a un lado como aliado de años con su partido Movimiento Ciudadano (MC). Ahora argumenta Dante que desde 2006 le sugirió a AMLO que creara su propio partido para separarse del ya entonces desgastado PRD. Lo que omite Delgado es que sus intenciones eran las de darle su partido (entonces Convergencia) como EL Partido de López Obrador, siendo ese afán el que lo llevó a modificar sus estatutos y nombre a MC, en el verano de 2011, estando Dante tan sobrado de confianza que se atrevió a “agandallarse” el logo característico del movimiento de Andrés Manuel, esto es, el águila republicana juarista.
Después, ante las muchas veleidades y jugadas oportunistas, cual veleta, de Dante Delgado y su MC, Andrés Manuel (ya con su movimiento popular convertido en el partido MORENA) decidió hacerlo a un lado, y sin más, incluir al partido naranja en el costal de LA MAFIA DEL PODER, obligándolo a aliarse, en una desafortunadísima jugada política, con el PAN para las elecciones de 2018.
De ahí viene el origen de buena parte del conflicto que hoy vemos entre el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro (emanado de las filas de MC). Este último se ha creído el disparate de que tiene tamaños presidenciales. Los afanes revanchistas de Dante Delgado hacia AMLO rayan en el odio, de ahí la inusitada afrenta de Alfaro y El Bronco de desconocer el mismísimo pacto federal, y la falta de respeto a la investidura presidencial de armar un bloque opositor formado por un puñado de gobernadores animados por Alfaro. Por no mencionar el atrevimiento de pretender culpar al presidente de la República de las multitudinarias protestas callejeras, originadas por el caso del joven asesinado por un cuerpo policíaco municipal de Jalisco, todo a raíz de la directriz del gobernador Alfaro de utilizar el famoso tapabocas de forma coercitiva, en el marco de la pandemia por el nuevo coronavirus SARS-COV-2.
Alfaro juega con fuego, Dante quiere ver al presidente derrotado, y no tiene límites en las jugadas que ya lleva a la práctica, casualmente, con sus dos bastiones como punta de lanza, esto es: Nuevo León y Jalisco. También piensa ya en el 2021, sabe que Movimiento Ciudadano está en un riesgo real de perder su registro y también su lugar en el mapa político mexicano; de ahí que Delgado esté dispuesto a echar toda la carne al asador, así se lleve entre las patas a Alfaro, a Jalisco entero incluso, y a lo que sea que le pueda ser útil en sus envenenados objetivos.
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