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La dignidad humana es el derecho que tiene cada ser humano, de ser respetado y valorado como ser individual y social, con sus características y...

12 de junio, 2019

Enrique Rodríguez-Cano Ruiz

La dignidad humana es el derecho que tiene cada ser humano, de ser respetado y valorado como ser individual y social, con sus características y condiciones particulares, por el solo hecho de ser persona.

Ante la amenaza de la imposición de sanciones de parte del gobierno de Donald Trump —léanse aranceles— el gobierno de la Cuarta Transformación no tuvo otra más que aceptar las condiciones del gobierno norteamericano, cuya única culpa es que por allá sí puede haber trabajo. En nuestro país hay poco y mal pagado. En los países de los migrantes —centroamericanos, caribeños y africanos— no hay, además de que la vida pende de un hilo, por la inseguridad. Aquí, las cosas también se agravan cada día. ¡Así es de simple ante problema tan complejo!

Claro, con la aplicación de los “malditos aranceles”, el pronóstico de los especialistas es que la situación económica de nuestro país se tornaría más grave, por lo que el sueño de ser una potencia se desvanece. Sí el gobierno actual no es capaz de hacer una profunda reflexión en las medidas económicas adoptadas y corregirlas, cada vez seremos más vulnerables y dependientes.

En mi opinión, el problema subyace en que somos incapaces de generar bienestar y prosperidad y también, de acuerdo a los especialistas no vamos “requetebien”. La baja de las calificadoras del grado de inversión lo están diciendo a gritos y al parecer los “jerarcas” que conducen al país no quieren escuchar.

Lo que ahora estamos viviendo es el resultado de haber permitido la inmigración a principios del sexenio y ahora, explotó el problema.

Del presidente Donald Trump se puede decir cualquier cosa —loco, loco— pero se quiere reelegir y va a usar todos los medios a su alcance. Tonto, tonto, no lo es y eso de la dignidad humana al parecer no le importa y eso de los derechos humanos menos.

Durante el acto de unidad convocado por el presidente de la República en Tijuana, Andrés Manuel López Obrador, el presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Porfirio Muñoz Ledo, criticó el doble discurso del gobierno federal sobre el problema migratorio. Valiente y congruente expresó:

“En mi criterio, es inmoral e inaceptable el doble rasero entre la frontera norte y sur, por una parte, exigimos que nos abran las puertas y por el otro lado sellamos el paso de los centroamericanos para hacerle un favor a los Estados Unidos”.

“No podemos aceptar que la migración sea una palabra maldita, la migración es un derecho humano que debe ser respetado. Así lo consagran todas nuestras Constituciones, desde la de Morelos y en todos los tratados internacionales”, sentenció.

Muñoz Ledo destacó, “en la relación entre México y Estados Unidos no existe una sumisión sino una interdependencia —lo cual no estoy muy seguro— y agregó, también existe el derecho a no migrar, que significa la creación de opciones para que los ciudadanos no se vayan a otras naciones”. Urge pues una corrección de fondo en las políticas públicas de nuestro país y con nuestros vecinos del Sur, crear políticas para que las personas no emigren y que su dignidad humana se conserve intacta.

En la Revista de Ruiz-Healy Times # 23 (noviembre de 2018), intitulé mi colaboración “Contra La pared…” La Migración que se puede leer en la liga, concluí:

“Sin duda, estamos contra la pared… ¿Tendrá este terrible problema una solución adecuada? Ya no es solo un problema de nuestro país, exige una solución global y los países ricos tendrán que mostrar generosidad hacia los desamparados, pues vienen más caravanas migratorias”.

Por de pronto, los 6,000 elementos de la guardia nacional que mandan al Sur deben demostrar que van a respetar los derechos humanos y así como la dignidad de los migrantes. Darle solución al problema en 45 días es todo un reto, pero es un comienzo.

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