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¡Aumento Sustancial de Premios o No Corremos!

Enrique Rodríguez-Cano comenta los acontecimientos más relevantes de la industria hípica mexicana.

1 de diciembre, 2023

¡Aumento Sustancial de Premios o No Corremos!

De acuerdo con lo que me informaron, hace unos días hubo una reunión entre los representantes de los caballistas y la empresa permisionaria del Hipódromo de las Américas. Ahí se anunció que, por segundo año consecutivo, no iba a haber aumento en los raquíticos premios que la empresa ofrece a los caballistas. ¿Qué no ha habido un incremento sustancial en los insumos y en las prestaciones de los empleados? ¿Qué el cuerpo de entrenadores y jinetes —que se juegan la vida— no merecen tener una mejor compensación por sus servicios?

El argumento que esgrime la empresa es que no tiene dinero lo cual es poco creíble, pues cuando obtuvieron el permiso, este fue dotado de los giros complementarios de alta rentabilidad, como son las casas de apuesta (casinos), la granja, el centro de convenciones, etcétera, que fueron otorgados para obtener los fondos necesarios para cumplir el objeto de la licitación y ahora que digan que no tienen dinero. ¡Caray… entonces que se larguen! Con seguridad hay quien se interese por operar con éxito esa actividad.

Es larga la historia conocida desde hace muchos años que CIE primero —la empresa que creó Alejandro Soberón y sus socios— y CODERE después, —que se hizo del 84% de la participación accionaria de la permisionaria— han tenido mil problemas financieros, con el clásico de “accionistas ricos y empresas insolventes”. En esta liga se puede leer la historia de estas dos empresas.

Esta problemática no se va a resolver hasta que los caballistas se unan y exijan sus derechos, no a su capricho ni a los intereses particulares de determinados dirigentes, sino que la permisionaria cumpla con los términos de sus permisos y sus concesiones, que han incumplido en muchos de sus términos. De hecho, es claro y no se necesita ser ministro de la Suprema Corte para saber que este permiso ya debió ser revocado por incumplimiento.

En el informe de la Auditoria Superior de la Federación de 2019 se presenta “la gestión financiera de la recaudación derivada de los centros de apuestas y salas de sorteo autorizados, verificando que los procesos de pago, supervisión, registro contable y presentación en la Cuenta Pública se efectuaron de conformidad con las disposiciones jurídicas aplicables; así como el otorgamiento de permisos para la realización de juegos y sorteos” y así, presentan una gran serie de consideraciones que los interesados pueden estudiar para conocer.

Lo que es muy claro es que CODERE renovó el permiso en 2018 —en contra de las cláusulas del permiso original que se le otorgó a Administradora Mexicana de Hipódromo, S.A. en 1997— y no ha habido poder humano ni gubernamental en hacerles cumplir con su compromiso. ¿Impunidad? ¿Corrupción? No, qué va…

Me comenta un amigo, certero como siempre:

“El principal cáncer de la hípica es la concesionaria. Su mala gestión para hacer del espectáculo de carreras un negocio, es lo que no ha permitido el desarrollo de la industria. Dentro de esa mala gestión no se puede descartar que estén saqueando”.

Ahora que está por terminar la presente temporada, en donde los caballistas han permitido inscribirse para participar con una cuota adicional, para hacer más atractivos los premios —basta con ver las “consolaciones de los futurities” del sábado 2 de diciembre— en mi opinión, son un pésimo antecedente.

Y aunado a todo eso, se dice, rumora y comenta que al “Comité de Vigilancia” creado por el ex director de Juegos y Sorteos de la Secretaría de Gobernación, el señor Manuel Marcué Díaz, el “quinto” en lo que va la administración. (Ya caigo en cuenta por qué el “Quinto” resultó tan nefasto para la hípica).

Dicho organismo no se da cuenta —o se hace el desentendido— de que la transparencia es esencial para la operación hípica. Si no hay confianza, se presta para que muchas personas piensen —como me lo han expresado—, que el licenciado Mauricio Ayala Rosique, ex funcionario de la DGJyS recibe un dinero para “arreglar” determinada situación. Es demostrable que hay mucha discrecionalidad en ese sentido ¿Qué no tendría que publicar el monto de las multas y sanciones que determina? ¿Qué no tendría que mostrar las pruebas antidopaje como se hace en hípicas que se respetan?

Así pues, es deseable que la nueva Asociación “Sociedad de Caballistas Thoroughbred, A.C.”, debe considerar y avalar la propuesta que le hicimos al nuevo director general de Juegos y Sorteos, licenciado Leonardo M. Figueroa Martínez, en el sentido de que se nombre un cuerpo de asesores que supervise las determinaciones del Comité, mientras se integra una Comisión de Carreras como Dios Manda, es decir, completamente independiente de la permisionaria.

La disyuntiva de decidir “no correr” es toda una pregunta. Habría que salir a las calles con todo y caballos —directamente a Bucareli— para exigir el cumplimiento del permiso y que haya un aumento sustancial en los premios. ¡No va a quedar de otra!

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