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Resentimiento en la elección

Lo vimos en el debate. En esta elección prevalece una triada, la Triada del Mal.

21 de mayo, 2018

Lo vimos en el debate. En esta elección prevalece una triada, la Triada del Mal. Es una combinación de: Arrogancia, engaño y resentimiento. La podemos encontrar por el ángulo que la veamos.

Sea por parte de los candidatos, la autoridad electoral. Los moderadores de los debates, los partidos políticos, periodistas, intelectuales y por supuesto, por el electorado. Hay variantes de grados e intensidades. En esto no hay equidad.

¿Qué da inicio a una triada así? Una sola cosa. El resentimiento. El que se va acumulando con el paso del tiempo y la falta de soluciones a la problemática de la vida. Pero también a fallar la marca. A no acertar al blanco. A la ignorancia y a la presunción y prejuicio existente en la cultura.

Millones de resentidos en contra de los partidos. De los políticos y de las mujeres que salen a pedir el voto. Quienes a lo largo de su historia han quedado a deber lo que han ofrecido. La gente ha dado su voto en espera a que se les cumpla lo ofrecido, lo prometido.

Las personas que han sido elegidas han fallado dejando incumplida su propuesta y su oferta. Lo que es una forma de corrupción. La que ha crecido a un tamaño y en una forma que no solo no se puede ocultar. Está en todas partes y el daño causado ha sido execrable.

Esto ha producido una patología, la que está en todas partes. El resentimiento. Sentimiento o emoción reveladora.

Nos ha mostrado el estado en el que el país se encuentra. De malas. Resentido. Enojado, Harto. Emberrinchado. Y no falta razón. Solo motivación adecuada. Es decir, reclamar por lo correcto, no porque a uno no le ha tocado “hueso”.

Hay arrogancia en las campañas de aquellos que se sienten vencedores porque van arriba en las encuestas. Lo mismo en quienes por su juventud y elocuencia creen que la razón les asiste y la gente les responderá. Sobre todo los jóvenes. Otro, que porque no es militante de aquél partido y otro más, que porque no es de partido alguno.

La gente ve solo lo que quiere ver. Y lo que se puede ver es nada más a lo que se le apunta. A donde se afina y a donde se enfoca. Esto en cuanto a la gente que por resentimiento ha decidido ya su voto. En casos, con una cerrazón fanática. Finalmente tendremos una elección donde se votará más con el resentimiento que con la razón. Sin importar lo que venga. Y esto, se puede ampliar a las cuatro fórmulas.

La gente, el electorado, el que votaba siempre por su “partidote” o por su opción decente y hasta por la otrora aguerrida, se desencantó. Se incorporó a la Triada del Mal y no le importan nada más porque ha sido engañada por mucho tiempo.

Se dice que es la elección del menos malo. Pues todos lo son. Todos son corruptos. ¿Por qué? Porque cuando debes decir algo y callas, mientes. Lo que es otra forma de corrupción. Y cuando se miente, se alimenta la tiranía, pues ésta se alimenta de mentiras.

Así y por el resentimiento existente, los mexicanos tendremos un gobierno con estas tintas. Las que se derivan de la Triada Del Mal. Y no importa quien gane. Ahí El Meollo del Asunto.

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