El Meollo del Asunto | El Viaje y la Madame

Es cierto que los viajes ilustran. Espero y nuestro “ya no tan querido presidente” haya regresado como el Larousse, ilustrado. ¿A qué fue el López...

10 de julio, 2020

Es cierto que los viajes ilustran. Espero y nuestro “ya no tan querido presidente” haya regresado como el Larousse, ilustrado.

    ¿A qué fue el López Obrador a Estados Unidos? Lo que le diga, lo que me diga, es mera especulación. 

La realidad lo saben ellos solamente. Una cosa de la que estoy seguro que no fue a Washington: hacerle el caldo gordo a Trump para la elección de noviembre.

    En primer lugar porque el presidente mexicano no tiene el peso suficiente para mover la opinión pública norteamericana. Otra razón, por lo corto de la visita: el martes viaja y llega, el miércoles se reúne brevemente por la mañana, y luego menos brevemente por la tarde noche. Tiempo efectivo, ni 12 horas.

    Será por ello que los medios importantes apenas si mencionaron la presencia del mandatario mexicano en EEUU. Lo pusieron como nota de tercera categoría. La algarabía y el rechazo de grupos que simpatizan y lo rechazan, no es muestra de nada en el electorado norteamericano. 

Además, la brevedad de los actos públicos denota que don Andrés no fue para servirle en la campaña a Donald Trump. De haber sido así, lo hubiera planeado, lo hubiera llevado a un mitin, a un evento fuera de la Casa Blanca. Pero no. Fue un claro, “cenas y te vas”. 

    Sin embargo, el viaje tiene tintes de positivos. Más para el empresariado, más para Donald Trump y no tanto para López Obrador. Mi hipótesis reside en que de no haber tenido negocios que atender, compartir y cerrar, la delegación mexicana no habría estado nutrida por Carlos Slim, Ricardo Salinas Pliego, los empresarios favoritos de la administración de la 4T. Los exfifís.

    La comitiva se ha reunido con su contraparte norteamericana, no obstante  las marcadas ausencias de importantes CEO´s norteamericanos, como el de Ford, Motor, Co, Normal Motors Co, Fiat y otras que tienen grandes intereses por la entrada en vigor del T-MEC, que no es otra cosa sino el TLC mejorado.

    El presidente norteamericano de cierta manera se beneficia, pero por su discurso, por su viraje en su retórica hacia los mexicanos y hacia México. 

    Ahora, los mexicanos ya no somos “violadores y criminales” “enviados” a ese gran país, como decía Trump y como nos llamó durante su campaña hace cuatro años. 

Sin duda, esto beneficiará la imagen de Trump, pero no tanto como para elevar las preferencias de los votantes, cuando menos en este momento.

    El mal manejo que le ha dado a la pandemia del Coronavirus pesa y mucho. Los más de 130 mil muertos y 3 millones de infectados, son una loza de la que ningún político puede ayudar a Trump a levantarla.

    Nada es tan mal visto, recibido, sentido y reclamado por el pueblo norteamericano que le afecten su statu quo, su estado de vida, su sentido de bienestar. Cuando esto se ve alterado, el norteamericano, que no está acostumbrado a llorar, a no ser por sus muertos en las guerras, reclama y recrimina esto a sus gobernantes. 

    Y al presidente Trump se lo están reclamando y no le dará su voto en noviembre. A menos que algo más importante y definitivo suceda y suceda ya, porque la visita del presidente mexicano, como dicen, no impacta en el electorado norteamericano.

    En cuanto a este último, deseo que haya regresado como el Larrouse, ilustrado como dije. 

Por lo pronto en el viaje, mostró un discurso más en el orden de la diplomacia, Lejos de los reclamos y amenazas que ha soltado antes. Lo entiendo, estaba en la casa de Trump, lejos de la protección y el arropamiento de la suya. 

El reclamo a los “neoliberales”, en el país de la “neoliberalidad”, no tenía ni caso ni era de utilidad. 

Demuestra con esto una cosa nada más: que el mensaje invectivo de las mañaneras es un mensaje para el graderío en México. Uno que es premeditado para dividir a los mexicanos y que la ganancia sea de uno solo: del actual presidente de la República.

Por otro lado, la noticia de la detención de César Duarte Jaques, exgobernador del estado de Chihuahua, cuando menos en el estado de Chihuahua, opacó un tanto todo lo sucedido en Washington, DC.

César Duarte Jaques fue detenido en la ciudad de Miami, por los Marshalls de esa nación, con la intención de ser extraditado a México.

Todos sabemos que César Duarte se encontraba prófugo, acusado de peculado. Se le calculan más de 7 mil millones de pesos y ranchos con más de 100 mil hectáreas. Algo inimaginable para la gran mayoría de nosotros, los simples mortales.

La corrupción es una mala “madame” porque cobra muy caro todo lo que le hace llegar a sus allegadas. Las trata con lujos y con detalles finísimos. Les otorga poder, fama, dinero, mientras puede sacarles jugo. Les ofrece los reinos de este mundo si postrados la adoran. Luego, las desecha como excremento cuando ya están secas y nada más hay que sacarles. Así es la corrupción.

Quienes se allegan a ella saben que al final, el último bocado que esta mala madame les sirve, es un bocado de tierra. 

Así El Meollo del Asunto.

 

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