La joven democracia mexicana

La calidad de la democracia que vivamos depende de varias premisas.

2 de julio, 2018

La calidad de la democracia que vivamos depende de varias premisas. Individuos que se autogobiernen. Un gobierno que de igual forma se restrinjan del abuso del poder que tienen. Combate a la corrupción, la impunidad y de la igualdad de todos los ciudadanos ante la autoridad.

De no restringir y auto-restringir estas llamadas “libertades”, que son verdaderos vicios, se daña la democracia y se generan las tiranías.

La libertad no ha de entenderse como la facultad de un individuo para hacer todo lo que quiera y sienta a pesar de dañar directa o indirectamente a otras personas.

Eso no es libertad. Es abuso. Es un crimen. Es corrupción. Es libertinaje. Es impunidad y un descaro.

Quien sea que gane la elección del 1 de julio deberá hacer uso de las premisas que menciono arriba y que hacen que la democracia funcione.

Así y solo así, tendría la oportunidad de dejar un buen recuerdo histórico después de estas elecciones. Que son tal vez las más importantes de la historia y al mismo tiempo iniciarían un proceso de sanidad entre los mexicanos. Ya que la ciudadanía está muy dividida y de seguro quedarán dañados muy dañados. Como nunca. Los motivos y causas son muchísimas. Individuos y partidos políticos, gobiernos e indiferencia de décadas, entre a quienes culpar.

La Democracia actual tiene como base un principio. El individuo. El que formará al grupo (demos) de ciudadanos o pueblo, quienes han de ser gobernados (Kratós) por quienes elija.

El individuo que se gobierna a sí mismo generará una mejor democracia. Entre más gente ejerza el autogobierno, mejor calidad de democracia se tendrá.

Al mismo tiempo y por lo mismo, si los ciudadanos (demos) que llegan a ocupar una posición de gobierno (ktatós) se auto gobiernan, es decir, se ponen límites o restricciones en sus deseos que vayan en contra del “Bien Común”, se tendría un mejor gobierno.

Lo que implicaría que estaría libre de corrupción. Donde libre, no es ausente o carente, menos falto. Sino controlada por los límites y restricciones voluntarias que cada persona del “demos” y del “kratós” se pondría.

Tendríamos entonces uno que se sienta y se note menos de lo que se nota, con una mayor participación ciudadana en las decisiones de gobierno. Lo que hasta hoy no se tiene.

Esa es una buena democracia.

La democracia fracasa-y ha fracasado-históricamente cuando se hace a un lado el principio básico de que todas las personas somos iguales.

Cuando se afirma que solo una “elite” partidista y ahora de independiente es capaz de ejercer el “Kratós” o gobierno o poder, sobre el “Demos” o pueblo.

Cuando se descalifica a los demás por no ser y pensar como “somos nosotros”. Es decir, la diversidad de pensamiento nutre la democracia, pero la igualdad en cuanto al valor que representa el individuo es lo que la nutre.

Violar este aspecto fundamental de la democracia es lo que ha ocasionado en el pasado el fracaso de civilizaciones enteras. Como la griega y la romana. Que lo olvidaron.

El próximo domingo 1 de julio los mexicanos en edad de votar acudiremos a las urnas a ejercer nuestro derecho al voto.

Es mi deseo que se venza el abstencionismo. El que en los últimos dos sexenios han sido del 40%. (1)

Es vital que acudamos a las urnas. ¿Por qué?

Porque solo con una amplia participación de los ciudadanos se podrá tener la certeza de que la elección ha sido limpia. A pesar de que haya reclamos. Que de seguro los habrá.

Hay que acudir a la casilla a votar. A ejercer la función de cuidar la elección. Papel que les corresponde a los ciudadanos.

Después será a los que ejerzan el gobierno o poder cuando tengan las constancias de mayoría de que ganaron la elección. Cuidad que hagan un buen uso poder otorgado por nosotros los ciudadanos.

El país no solo está dividido en sus preferencias partidistas. Sino que está álgido por la baja calidad de las campañas.

Cualquier “chispa” va a encender una mecha y crear una explosión que sería muy difícil de controlar.

Todos lo sabemos y es eso mismo lo que se quiere evitar. ¿Se puede? Claro.

Quienes ganen la elección deben actuar sin revanchismo ni venganza. Quienes pierdan, quienes sean, reconocer la derrota.

Así es la democracia. Pero qué creen. Tenemos la certeza que no será así, sino que el proceso se verá empañado, sucio y manchado por las denuncias de quienes pierdan. No importa quiénes sean.

Es entonces cuando nos vamos a dar cuenta de qué están hechos y quiénes son cada una de estas ilustres personas que están compitiendo por obtener el poder, el Kratós, para con los ciudadanos, el “demos”.

De acuerdo a los jóvenes universitarios están hechos de ambiciones personales, egoísmo, sectarismo, deshonestidad y egolatría a tal grado que no les toman en cuenta.

El 90% de los jóvenes universitarios y preparatorianos piensa de esa forma. Nueve de cada 10 sienten que su opinión no importa. Y 82% de quienes participaron en el estudio realizado en mayo pasado por la UNAM, no creen en la democracia mexicana. (2)

El dicho mexicano nos enseña que: “por la manera de agarrar el taco se conoce al que es tragón”. Y aquí y ahora hay gente que no va a resignarse con una derrota electoral el día 1, 2 ni 3 de julio.

Todos queremos equivocarnos en nuestra predicción. Todos queremos que la elección sea no tersa, sino no tan álgida y peligrosa como se ve será.

Deseamos que los “tigres” no sean soltados y que los “diablos” no se aparezcan.

Que los infundios y bravatas se dejen ya atrás. La campaña termina con la elección y es tiempo de mostrar que se es demócrata.

Porque hay tres contendientes que todos tienen sus tigres y sus diablos guardados. El cuarto es un “minino”.

El autogobierno del que sean capaces se verá reflejado en las acciones que a partir de que se den a conocer las primeras cifras oficiales.

Y seguirá así durante el transcurso del día lunes y al martes. Cuando se habrá de haber terminado el conteo de la elección presidencial.

Hay quienes no aceptarán más que la victoria. Hay quienes no creen en la derrota y hay quienes hasta creen que ganarán.

Todo eso está por resolverse en unos días. Pero también veremos qué tanto hemos crecido los mexicanos en casi 20 años en esto que llamamos democracia. La “joven democracia mexicana”. Ahí y así, El Meollo del Asunto.

__________________________________________

Fuentes: 

(1) Vanguardia. https://www.vanguardia.com.mx/articulo/cuesta-caro-mexico-el-abstencionismo

(2) El Universal. http://www.eluniversal.com.mx/nacion/seguridad/jovenes-no-creen-en-la-democracia-unam

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