Háganlo mejor que nosotros

El sismo ha dado un duro golpe a la gente. A edificios y a casas habitación. Ha mostrado la corrupción que les construyó.

28 de septiembre, 2017

El sismo ha dado un duro golpe a la gente. A edificios y a casas habitación. Ha mostrado la corrupción que les construyó. Se han encontrado faltos en los cimientos, las varillas, la mezcla.

El sismo ha golpeado a la corrupción. La hace evidente. También el hartazgo de la gente.

¿Cómo reaccionará la nueva generación de mexicanos? ¿Igual que la de 1985?

El Sismo del 85 movió conciencias. Mostró de qué estábamos hechos los mexicanos. Quiénes respondimos con solidaridad a la catástrofe. Hoy se habla de nuevo de eso. La solidaridad se ha refrendado y subió de nivel.

Pasaron 32 años y la asimilación del golpe anterior detuvo la cadena de pequeños cambios que vimos en sistemas de construcción, especificaciones y supervisión de obra y materiales, etc.

El sismo de S-19 ha puesto de manifiesto que aquéllos cambios fuero “cosméticos”. Que se relajó el sistema y la generación del sismo de 85 también. Dejó de avanzar en el combate de la corrupción que evidenció entonces por la desgracia.

Hoy en 2017 apareció de nuevo la corrupción. Acompañante de “La Muerte”, uno de los Cuatro Jinetes del Apocalipsis.

¿Qué va a hacer esta nueva generación?

Espero que no repitan el mismo error que nosotros. No confiar como en quienes están en las oficinas de gobierno. En quienes dicen que nos representan en las soberanías que tan pomposamente conforman. En las compañías constructoras que corrompen y se corrompen.

Han sido 32 años de acumulación de un sentimiento de rechazo hacia esas instituciones de gobierno. Ya no se tolera. Afloró con el sismo del S-19.

La conmoción ha llevado a la muestra del rechazo a la persona del Secretario de Gobernación de uno de los sitios colapsados casi con uso de violencia. Igual a Televisa por la manipulación puesta al descubierto.

La gente se hartó de la clase gobernante que la ha explotado por décadas. Eso creo que va a sufrir un cambio no cosmético, sino definitivo. Espero.

Se ha requerido de un sismo para que los partidos políticos tan alejados de la gente renuncien a las prerrogativas que dijeron tenían derecho. Dineros que han sido la causa de sus males.

Sin muerte no hay sacrificio que cuente. Es un requisito fundamental para que exista remisión y redención. Porque sin que algo muera, el sacrificio no deja huella profunda.

333, un poco más, es la cifra hasta el momento de los muertos. 1550 edificios dañados. Millones de pesos en destrucción y miles de vidas afectadas en varios estados incluyen tal sacrificio.

Éstos no son como los pobres de todos los días. Los que son una masa amorfa. Sin nombre. Éstos sí tienen nombre y apellido. No desaparecen.

Por ellos, una vez pasada la emergencia y que la reconstrucción inicie no habremos de dejar a la autoridad y constructores que quieran construir de igual forma. Se los debemos.

No con el mismo sistema que nos llevó a que la tragedia se agrandara por la maldita corrupción. La que campeó y volvió a asentar sus reales y a esclavizar a todos los que participaron en la reconstrucción y edificación de los edificios, casas y las políticas desde el 85 a la fecha.

La presión ejercida por la gente a través de las redes sociales evidenció el rechazo y repudio hacia las instituciones políticas. Hizo que las dirigencias de algunos partidos decidieran “renunciar” al financiamiento que reciben. Más por conveniencia electorera que por deseo y solidaridad.

En este sismo del 2017 la gente no se cruzó de brazos. No obedeció como oveja y no dejó que la autoridad acaparara la ayuda enviada como en el 85.

La gente se organizó, rescató la ayuda. No usó vehículos oficiales, no dependió de los gobiernos para moverse. Tomaron la emergencia directamente en sus manos y han resuelto casi todos los problemas. Pero falta lo principal. Reconstruir.

La solidaridad y la organización ciudadana sobrepasaron al gobierno. Como no sucedió en el sismo del 85. Que no se olvide. Porque la gente de los partidos volverá por lo que consideran suyo una vez que pase la emergencia. No se los permitamos nunca más. Ese es trabajo de las nuevas generaciones. Las que hicieron el rescate y removiendo escombro, son quienes harán la reconstrucción.

Háganlo mejor que nosotros. Ahí estará El Meollo del Asunto.

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