La secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, ha sido nota desde el jueves pasado en que fue sorprendida hablando de la gubernatura por cinco años del nuevo gobernador de Baja California, sr. Jaime Bonilla.
Pero eso no ha sido todo. Sólo tal vez lo más mediático, que el tema de la violencia de género, que también es mediático, pero también ideológico y execrable.
El comentario de la secretaria no llegó a ser tan comentado como la “ventaneada” que le dieron.
Lo que demuestra que al interior del gabinete de nuestro querido presiente, los funcionarios no son tan impolutos como nuestro querido presidente quiere, cree o presume que son sus funcionarios.
La secretaria declaró un par de días antes de ir a Baja California, sobre el tema de la violencia de género. Tema que en Ciudad Juárez conocemos desde inicios de la década de los 90, del siglo XX.
Es un tema de lo más penoso, embarazoso, delicado, sensible y doloroso. Uno que se ha querido solucionar desde entonces con malos resultados.
La prueba de ello es que, ha casi treinta años de distancia, los índices no sólo no bajaron, sino que se han incrementado, a pesar de miles de millones de pesos invertidos.
Pesos que han venido a quedar en las arcas y bolsas de vaya usted a saber quiénes.
También por más que las defensoras de la mujer hablen, digan o discutan, esto no ha mejorado en lo absoluto.
Es como si se propusieran hablar mucho del tema. Recabar fondos para sus causas.
Lograr cuotas de poder, legislar a favor de sus planes y proyectos. Pero sólo eso.
La violencia de género o violencia hacia la mujer, cundió en el país como se propaga el fuego en un bosque donde hace mucho que no llueve.
Así, la secretaria Sánchez Cordero, como las autoridades de hace 30 años en Chihuahua, nombra una serie de estrategias que según ella, van a ayudar a que este tipo de violencia baje. Lo que sabemos bien, no sucederá.
Sólo serán paliativos del momento para acallar algunas conciencias y los gritos desesperados de la sociedad que sufre.
“La secretaria de Gobernación (Segob), Olga Sánchez Cordero, hizo un llamado a combatir la violencia contra las mujeres, con información oportuna e inteligencia, para nunca más tener un caso de riesgo por corrupción e impunidad”.
Esto me recuerda a las declaraciones de nuestro querido presidente, que cree que la corrupción puede erradicarse.
Cuando no hay un solo país, en todo el mundo, en toda la historia de la tierra, que lo haya logrado ni siquiera por un día. Lo que no impide que lo intente y menos, que lo diga.
Así está la secretaria. Que declara que; “con información e inteligencia. Con alumbrado público y leyes ad hoc, podrán bajar los índices de violencia de género”.
Esa película, en Ciudad Juárez ya la vimos. Sabemos el final: No funciona.
Nuestra sociedad sufre ante una crisis de líderes.
Justo cuando las instituciones establecidas son ‘cargadas’ con esa tarea o responsabilidad, la de liderar, es cuando están en su punto más bajo de credibilidad, confianza y respeto.
Falta una visión coherente y compulsivamente social.
La secretaria establece sus líneas de trabajo, hace sus declaraciones que son repetidas a coro por otros líderes o funcionarios. Y la sociedad solo espera que resulte lo mejor, temiendo casi siempre lo peor.
Esta línea carente de sentido y certeza. No solamente hacia los sentimientos, sino que genera violencia hacia la educación social y doméstica como resultado de la imposición de condiciones y efectos que dañan el ambiente social y del hogar con ideologías.
¿Cómo de qué sentido y cuál certeza?
Los actos de violencia sexual están ligados a la pornografía y los números de los casos de víctimas son masivas. Por ejemplo.
De acuerdo a testimoniales bajo juramento ante el senado de E.U.A -En México no existen estos datos- expertos revelan que (en E.U.A), para el tiempo que una mujer llega a los 18 años, 38% han sido molestadas sexualmente. 11 de cada 8 serán violadas. 15% de las mujeres habrán sido acosadas sexualmente en el trabajo.
La disfunción sexual violenta ya no es una epidemia, los expertos la llaman; un holocausto sexual.
La violencia sexual surge en el hogar cuando este se ha dañado porque:
1.- No hay moral absoluta.
2.-Existe una gran indulgencia/intolerancia a toda forma de educación ontológica y deontológica, sin las que no se puede lograr lo que se pretende. Porque la violencia, como la corrupción, no surge por cuestiones legales, sino morales y de eticidad.
Lo que provoca y genera:
3.- Decadencia moral. Lo que lleva a las sociedades a una perfecta perversión.
De ahí el paso es automático a:
4-Violencia de todo tipo.
Entonces, no, no creo que la señora secretaria de Gobernación vaya a tener éxito en su cruzada contra la violencia de género. Porque no creo que se atreva a corregir el problema como se debe.
De hacerlo, iría en contra de los intereses y causas de cientos de sus “liberalias” congéneres y compinches en la 4T.
No se lo perdonarían jamás. Así El Meollo del Asunto.
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