Los gobiernos no tienen dinero propio. Las burocracias federales, estatales o municipales no están para hacer dinero. Los gobiernos toman el dinero de la gente y deben canalizarlo hacia lo público. Lo que actualmente en el país, no está sucediendo.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) mediante comunicados de prensa, dio a conocer que las exportaciones e importaciones cayeron, así como el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE).
José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico, aseguró que: “en el cuarto trimestre del año, la tasa anual tendrá resultados negativos, por lo que sí se podría hablar de una recesión económica”. (SIC).
Cuando se habla así, en tiempo condicional, los verbos que se utilizan tienen una base.
La información con que se cuenta o dispone en el momento. Entonces se hace una proyección imaginativa. La que habla siempre de un futuro.
Entiendo que en la vida, el futuro es lo más incierto que existe. No tenemos seguridad que ocurrirá, o que ocurriría, para decirlo en el contexto adecuado.
Sin embargo, en economía sí. ¿Por qué? Porque es una ciencia. Entonces, sí se puede tener una perspectiva futura no tan incierta como la tendríamos si usted y yo decidiéramos iniciar una dieta, un proceso de ejercicio físico o ahorrar.
Podríamos bajar de peso, adquirir mejor tono muscular y lograr tener el dinero que requerimos para las vacaciones de verano próximo. Pero es incierto y está condicionado a muchos factores que escapan a nuestro control.
José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico, aseguró que en el cuarto trimestre del año la tasa anual tendrá resultados negativos, por lo que sí se podría hablar de una recesión económica.
Explicó que se espera una tasa negativa en el PIB del tercer trimestre del año, “pues se estaría planteando lo que sucedió en el mes de agosto con el IGAE, cuando reportó una caída del 0.4 por ciento a tasa anual, lo cual se acumula con la caída de exportaciones e importaciones que se registraron en septiembre”.
El mismo INEGI reporta que la actividad económica en 22 entidades del país (69% del total nacional) retrocedió durante el segundo trimestre del año respecto al primero, e incluso algunas de ellas se sitúan en recesión, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Eso dice la principal entidad paraestatal que se encarga de tener los mejores datos nacionales sobre lo que sucede en materia de números
Por mi parte, recién regreso a Ciudad Juárez, donde vivo, de una gira de casi 10 días por tres estados del país y es la gente, los empresarios y las instituciones con las que tengo contacto, las que aceptan, comentan, dicen y se quejan de que la economía va en declive o se presentan ya señales que apuntan a un quiebre.
Sí, Pemex tuvo buenos números. Sí, las remesas siguen siendo muy altas. Pero no así la inversión. El dinero no circula. Entonces, o se guarda o se lleva a otra parte. Que es lo que parece está sucediendo en el país.
Hasta agosto de este año, de acuerdo al Banco de México, habían salido de México 42 mil 463 millones de pesos de inversión extranjera en bonos del gobierno mexicano.
Los datos del INEGI mostraron que las entidades con mayores caídas durante el segundo trimestre del 2019 fueron Sinaloa, Baja California Sur, Tabasco, Guerrero, Hidalgo, Chiapas, Michoacán y Yucatán.
Ligaron dos o más retrocesos trimestrales, lo que constituye una señal de que se encuentran en recesión.
Y si en esos estados la situación económica está mala, en el Estado de México, “la segunda entidad con la mayor participación en el PIB nacional (9%), después de la Ciudad de México, por su producción industrial, en los primeros seis meses de 2019 registró una caída anual acumulada de 3.6%. Acumula cuatro meses de retrocesos”.
En el mismo informe se destaca a: Chihuahua, Colima, Jalisco, Guanajuato, Aguascalientes, Durango, Nuevo León, Quintana Roo, Coahuila, así como la Ciudad de México, como 10 entidades que: “sí lograron datos positivos tienen un peso de 47% del PIB total de México, lo que permitió que a escala nacional la actividad económica no se viera más afectada”.
El presidente Andrés Manuel López Obrador hace unos meses le puso nombre a la política económica de la Cuarta Transformación, la llamó “Economía Moral”.
Un término que acuñó el historiador inglés E.P. Thompson. Un intelectual marxista y simpatizante de los movimientos sociales de izquierda.
Su modelo se puede definir como la inmoralidad de lucrar con base a las necesidades de las personas.
Utilizó por primera vez el concepto en su texto “La economía moral del campesino”, trabajo que inició desde 1963 y fue enriquecido en una de sus obras cúspide: “La formación de la clase obrera en Inglaterra”.
Nuestro querido presidente puede llamar o usar el modelo económico que crea mejor sirve al país. Para eso fue votado.
Pero sea de izquierda, de derecha o piense que el modelo es divino, el INEGI dice que lo que sea esté usando, no está funcionando. Y ahí está pues, El Meollo del Asunto.
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