El Meollo del Asunto | Podemos mejorar en bienestar

En palabras de nuestro “ya no tan querido presidente”, todo lo malo tiene un origen: la corrupción. De cierta forma, también ha señalado que esta...

8 de junio, 2020

En palabras de nuestro “ya no tan querido presidente”, todo lo malo tiene un origen: la corrupción.

    De cierta forma, también ha señalado que esta corrupción habría golpeado a la institución de la familia, corrompiéndola y provocando que se desintegre y deje de funcionar. Lo que por desgracia es cierto.

    La gran mayoría de los problemas que las familias del país sufren, tiene que ver con la corrupción. La que es polifacética, multifactorial y genera un sistema de atraso y pobreza, de delincuencia, de inseguridad. Además de falsas expectaciones que la gente se crea. Se vive en un mundo irreal.

    En verdad que hay temas y cosas de las que habla nuestro ya no tan querido presidente, en donde sí tiene noción de lo que dice o afirma.

    Tal vez cuando desvaría lo hace con tal convicción y seguridad. Lo que no deja de ser altamente preocupante. Como este pasado fin de semana que anuncia que “se está con la transformación o se está en contra”. En una peligrosa y amenazante dicotomía.

    Pero dejando eso de lado, sin restarle la atención o la importancia que tiene, pues deja ver lo que piensa y cómo reacciona el Jefe del Ejecutivo Federal a las presiones del puesto, hoy se da a conocer una serie de datos que ilustran el nivel o grado de bienestar de los mexicanos.

    Sí, bienestar. Algo que parece que no se ha medido antes de que, en una mañanera, el presidente se pronunciara por medirlo como un indicador en vez del PIB, donde a México no le va bien, en el último año. Pues ¿qué cree? Eso ya se mide desde hacer tiempo. Y el hecho de que no se sepa o se considere, no quiere decir que no se hace.

¿Y cómo le va a México? Mal. ¿Por qué habría de irle bien? Y le va mal por los motivos que no solo el presidente señala, sino por los que todos sabemos que existen, que son ciertos y no podemos decir que no los conozcamos. Todos subproductos de la corrupción.

La Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) señala que nuestro país sufre rezago de bienestar en medición de la calidad de vida. Es decir, en bienestar.

México se ubica en el lugar 39 de 40 países. El índice que usa la OCDE mide la satisfacción de la gente en todos los países que son miembros. Solo Sudáfrica está por debajo de México. 

La medición no toma en cuenta el PIB para ello. ¿Qué mide entonces?

El nivel educativo de la población. El tiempo que se dedica para el esparcimiento y el descanso, ocio se le llama. También la calidad de la vivienda, el costo de la misma y la inseguridad. La suma de todos esos factores da como resultado algo que se denomina la calidad de vida o bienestar. México está mal, muy mal.

En nivel educativo, somos el último lugar. En lo que se conoce como la dimensión balance vida-trabajo, somos el penúltimo lugar. Y en inseguridad, “felicidades”, somos el antepenúltimo.

Muchos indicadores son subjetivos. La satisfacción de la vida es diferentes en todos. 

Sin embargo, el reporte o estudio de la OCDE muestra indicadores más objetivos como tiempo destinado al ocio y cuidado personal, tasa de homicidios y proporción de personas a las que les da miedo caminar solas por la calle de noche. Ahí México está muy mal.

Pero no todo es malo, solo casi todo. Salimos bien evaluados en compromiso cívico: somos el lugar 10 y en satisfacción con la vida. Lo primero se mide con el número de personas que votaron en la pasada elección y lo segundo, tal vez con el resultado de la selección de fútbol o algo así.

Las recomendaciones que se hacen con base en los resultados, son de sentido común. Mejorar la educación, somos el último lugar, el balance vida-trabajo, dicho de otra forma, que no se trabajen tantas horas para dedicar más tiempo al esparcimiento, mejorar el costo de la vida y la seguridad pública. Bueno, todo eso lo sabemos.

Nadie puede decir que no conoce lo que el estudio indica. Lo que la gente no ha reconocido es el factor que origina todo lo anterior. 

La gran corrupción personal, corporativa, gubernamental, empresarial, comercial, educativa que impera en el país.

Esa es la madre de todos los males que vivimos. Entonces, la mejoría llegará conforme dejemos de ser un país tan corrupto.

Que se entienda y asimile que la corrupción de la que nos damos cuenta y que algunas personas practican, nos afecta de manera directa a todos. Por lo que tiene y debe ser rechazada y denunciada. Y cada uno de nosotros debe hacer una decisión meditada, libre, consciente, voluntaria y que genere hábitos para no involucrarse en algún acto de corrupción. Entonces, habrá más bienestar para México. Ahí El Meollo del Asunto.

 

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