Durante el mes de diciembre platiqué con Andrés Manuel López Obrador sobre corrupción. Esto sucedió durante un viaje que ambos realizamos desde Ciudad Juárez, a la Ciudad de México. La charla fue breve. Treinta minutos.
Algo que no muchos entrevistadores o periodistas han podido hacer con Don Andrés. No había asesores, no había más periodistas. No tenía un séquito de seguidores. Tampoco gente que le sigue para quedar bien. Bueno, ni siquiera él tenía que quedar bien. Estaba solo, cual es.
En ese tiempo me comentó que su campaña, que su lucha, es por la búsqueda del bienestar de los mexicanos. Nada nuevo. Que desea combatir y terminar con la corrupción. Y claro, eso lo sabemos todos y es lo que siempre ha “predicado”.
Cuando tocó el tema, me dio la oportunidad de compartirle sobre el programa nacional que dirijo en el país: Avanza Sin Tranza, que pretender lograr que México sea en su mayoría y viva, libre de corrupción.
Con una sensibilidad genuina, Andrés me escuchó. Preguntó sobre el programa. “¿Cómo funciona?”, “¿Qué pretende?”, “¿Cuál es el método?”.
De pronto, el entrevistado era quien escribe y quien hacía las preguntas era Andrés Manuel. Su interés, lo noté muy genuino. Interesado por el asunto.
Y hubo un momento en que se emocionó visiblemente. Apenas pudo contener su reacción.
Le dije: “Andrés Manuel, la ley es un instrumento de segundo grado porque no puede cambiar la conciencia de la persona. Se requiere de principios éticos, morales y espirituales sobre las leyes”.
“¡Eso es! ¡Exacto, eso es!; Lo más importante es el alma de la persona“. Me contestó visiblemente emocionado y esbozando una amplia sonrisa.
Fue entonces que mientras caminábamos por el aeropuerto de la Ciudad de México, lo tomé del brazo.
Luego nos detuvimos esperando el equipaje y en la salida de la zona de seguridad, pasamos los últimos 10 minutos platicando sobre el tema.
Lo que ahí me dijo lo reservo para otra entrega. Le dije que la escribiría en los siguientes meses. En los de la campaña formal o final, pues le afirmé que como en el béisbol –que él conoce y practica frecuentemente–, ya lleva dos “strikes”.
Que en esta tercera oportunidad que la vida le entrega de ser candidato presidencial, no necesariamente es la vencida, sino que tendría que pegar cuadrangular. De lo contrario, se ponchaba y se ponía out. Se rió.
Nos despedimos ahí mismo. Nos tomamos unas cuantas fotografías. Las que se pueden ver aquí y en mi perfil de Facebook.
Andrés Manuel quedó de llamar. Quedé de escribir sobre nuestro encuentro. Lo que hago ahora. Y uno más. Lo que haré en breve. Porque existe un detalle que determina el sentido del siguiente artículo. He de esperar para ello. En eso quedé.
Sin embargo, continuaré la siguiente entrega donde contaré, el Meollo del Asunto.
Cubrebocas VS COVID-19
Países como España y Australia, que habían controlado el brote de Coronavirus, experimentan en este momento un rebrote de...
julio 20, 2020El Meollo del Asunto | Federación, Estados y CNDH contra el PIN Parental
La semana que recién terminó, comenté en mi espacio sobre la iniciativa presentada en el Congreso del Estado por...
julio 13, 2020El Meollo del Asunto | El Viaje y la Madame
Es cierto que los viajes ilustran. Espero y nuestro “ya no tan querido presidente” haya regresado como el Larousse,...
julio 10, 2020Reeducados en cuestiones de sexualidad
Es un hecho que todo lo que uno hace o deja de hacer, que todo lo que uno dice...
julio 6, 2020