Tres voces se cruzan en escena para preguntarse cómo habitar la Tierra sin conquistarla. Entre diálogos, monólogos y sonoridades, la obra confronta las violencias estructurales hoy coloniales del presente, a la vez que propone el cuerpo como territorio de memoria, resistencia y lucidez.
CLAUDIA: ¿Cómo se unieron para este proyecto?
ANA: Nosotras nos conocimos el año pasado a raíz del noveno encuentro de dramaturgia y creación escénica de mujeres. Llegamos a pensar en algunas violencias contemporáneas específicamente partiendo de pensar en violencias coloniales, tanto de territorio latinoamericano como de otros lugares. Entonces desde ahí también a partir de Palestina y Gaza decidimos pensar en esta violencia, no para que la obra se tratara específicamente de un lugar, sino para ver cuáles son las operaciones que esto activa y cómo los cuerpos también buscan y encuentran modos de sostener la vida y de vivir junto con todo esto que algunas hegemonías de poder proponen. Por ello pensamos en la noción de vórtice, que tiene que ver con un remolino, un torbellino al centro de un ciclón como un nudo que nos permitía a partir de una cuestión específica, como lo de Gaza, pensar en qué cuestiones se replican o qué está pasando.
También puede pensarse la violencia en Gaza como una pedagogía de la masacre, en el sentido de que nos estamos acostumbrarnos a ver imágenes muy violentas en nuestros teléfonos celulares, como si fuera algo normal o algo que se pueda anular con pasar el dedo a otra cosa. Cuestiones horribles como lo que está pasando en Gaza pasaron antes en la historia de la humanidad en Ruanda, en el holocausto de la Segunda Guerra Mundial, pero no lo veíamos. La diferencia actual es que estamos viendo pornográficamente lo que está sucediendo y esto de alguna manera te anestesia con esta posibilidad de pasar de un video horrible de un niño muriendo en el hospital en Gaza a una publicidad de una obra de teatro de cosmética, etcétera. Entonces la obra intenta plantearse a partir de preguntas si realmente estamos anestesiados con esto y nos da lo mismo, o podemos proponer otras maneras de estar en la vida.
NINA: Esta puesta en escena nos ha permitido descubrir qué sostiene nuestras propias vidas, una pregunta profunda que nos lleva a una reflexión respecto a nuestras vidas y las de todas las personas en este planeta. Ciertamente esta puesta en escena nace a partir de lo que está sucediendo en Gaza. Esto se replica de 1000 maneras en todos lados del mundo, hay muchos Trumps, hay muchos Netanyahus y cabe preguntarse qué tanto de esa violencia también puede estar dentro de nosotros mismos.
MARÍA E. Sandoval: También hay una mirada a las muchas Palestinas, hay muchas diferentes estructuras de violencia que se repiten en diferentes contextos y hay muchas Palestinas que surgen en el mundo. Me aparece de una manera descarada y bastante atroz lo que está pasando allá. Y desgraciadamente después de una pandemia que pensábamos que habíamos aprendido algo y que era un castigo, nos damos cuenta de que no aprendidos nada al respecto y estamos peor o estamos igual en el estado de las cosas del mundo.
NINA: Hay que resaltar, por ejemplo, toda esta unión que está habiendo en el mundo, nosotras haciendo una obra a partir de Gaza y por ahí el lema que alguien dice: “Querían destruir a Gaza y el mundo se convirtió en Gaza”.
En este caso podemos encontrar toda la perversidad y toda la violencia, pero también está la otra parte del ser humano, en donde podemos extender las manos y decirnos “vamos juntos con esto”.
CLAUDIA: ¿Cómo va a ser la puesta en escena? ¿Van a hacer preguntas para el público? ¿No va a participar el público?
ANA: Yo les hago trabajar muy cerca de lo performativo y no tanto de lo representativo teatral. Se trabaja con un lenguaje escénico que evidencie al público, el artificio de la representación, y en donde también todos los textos que aparecen en la obra, las acciones, no son cuestiones que están predeterminadas por un guion previo que escribí yo, sino que son resultados de las propuestas de las propias actrices. No hay el juego de hacer personajes, sino que son ellas siendo canales de voces que recuperamos también de toda esta montaña de información que vivimos todos los días, digamos cómo lo tomamos de alguna noticia o red social. Cuando trabajamos con otras voces, asumimos eso y tratamos de no convertirlo en información de nuevo que escuchas, sino que se trata de transformar esa información en una experiencia desde la potencia del lenguaje escénico.
CLAUDIA: Qué interesante que colaboraron de todas en hacer un guion.
MARIA E. Sandoval: Nosotras venimos trabajando desde hace como 5 meses. Empezamos trabajando nosotras tres, pero sí llevamos un buen rato trabajando juntas para encontrar nuestras formas y caminos y entendernos y conocernos también. A final de cuentas, estar en la escena, es estar con otros y con el público como sucede siempre en una puesta teatral. Ana ha estado como tres semanas, pero nosotras tres nos reuníamos, y bueno en todo el camino hay un proceso creativo, lo que implica recorrer temas, formas y ya finalmente gracias a la integración con Ana la directora.
MARIA Alatorre: Para mí, el proceso ha sido muy interesante, he entendido la manera como yo percibo esta violencia que está pasando en todo el mundo. El proceso creativo es lo que se me ha hecho interesante. Éramos tres mujeres que estábamos intentando crear algo y entonces practicamos muchos ejercicios donde nos íbamos encontrando y muchos los desechamos, entonces se me hizo muy interesante cuando Ana llegó a dirigirnos. Siempre se necesita un ojo de afuera que vea lo que está pasando y fue para mí como si fuéramos una escultura que tenía que pulir y fue sacando muchas cosas hasta que quedó la escultura real, o sea como sacar todas esas capas de yeso de mármol. La gente se va a cuestionar sobre cómo estamos viviendo esta violencia en el mundo.
CLAUDIA : ¿Y van a hablar de México, este país ultraviolento?
MARIA Alatorre: Claro que sí, en México hay mucha violencia a la vuelta de la esquina y está esa impotencia de no poder hacer nada por el de al lado y menos por los que están millones de kilómetros y pues toda la gente con estás embarcaciones que están queriendo llevar ayuda pero no se puede.
ANA: Justamente quería agregar que soy descendiente de palestinos. Mi familia paterna es de Palestina y el tema de todo lo que está pasando ahora me ha tocado la vida, obviamente mucho más intensificado desde 2023, pero siempre. Creo que lo que está pasando ahora no es un problema de los palestinos sino un problema para todos nosotros porque está pasando eso que hablaba antes: Palestina es un laboratorio de violencia, y es justificada por un Estado, pero también es un laboratorio para probarnos a nosotros para ver hasta dónde se puede correr el cerco de violencia tan radicales y cuánto vamos a resistir, sin protestar, o sin decir “esto no lo vamos a aguantar”.
La problemática no sólo se reduce a Netanyahu y Trump. Ellos son un síntoma de un momento histórico donde hay gente que es “desechable” y hay gente que no importa si muere, no importa si desaparece y nos hemos ido acostumbrando a eso y cada vez es más radical las formas en que eso sucede entonces qué va a pasar con nosotros como humanidad si seguimos dejando que este límite se siga corriendo. ¿Realmente queremos eso para las nuevas generaciones?
¿Realmente creemos que esa violencia que estamos viendo en Gaza nunca va a llegar a nuestros cuerpos? ¿O que esa violencia con los desaparecidos aquí en México es de otros? Me parece vital seguir pensando en eso, porque me parece un poco ingenuo pensar que estamos lejos de eso. Hay ciertas formas del poder que actualmente nos están diciendo o recordando de una manera muy brutal qué es lo que son capaces de hacer con quienes no se acomodan a lo que el poder necesita.
ANA: La obra Vórtices invita a la gente a un espacio de encuentro y de experiencia y de reflexión, la generación de una experiencia colectiva para poder seguir pensando y seguir con los problemas y seguir sosteniendo la vida.
MARIA E. Sandoval: Iniciamos el jueves 2 de octubre en la sala Julián Carrillo en Radio UNAM. La entrada es libre pero a la salida pedimos una cooperación. Esto es un proyecto autogestivo, en ningún momento estamos parándonos en un pedestal para decir moralmente, lo que está bien y lo que está mal y lo que no podemos hacer y demás, pero sí para cuestionarnos. Las funciones son todos los Jueves de Octubre a las 8 de la noche en Radio UNAM Adolfo Prieto 133 en la Colonia del Valle. También tenemos otra función el 8 de noviembre en el Teatro del pueblo, República de Venezuela, en el Centro Histórico. Esa función sí se va a cobrar.
Nuestras redes en Instagram son:
@vortices.tierra
@maria_esandoval
@danzartevideoyoga
@mar_y__fuego
@ana_al_arja
El Síndrome de Frankenstein: el vértigo de la creación
El monstruo no es lo que creamos, sino lo que negamos.
diciembre 1, 2025
Cruise, mi última noche en la tierra
Esta obra inglesa, estrenada en 2021, llega a nuestro país adaptada y dirigida por Alonso Íñiguez. Cuenta con la...
diciembre 1, 2025
Los libros, motor cultural y económico de Guadalajara
La Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) es el evento literario más relevante de América Latina y de...
noviembre 28, 2025
Ficción, autoficción y realidad
La abierta mentira es aceptada como cierta si la dice alguien que me simpatiza.
noviembre 28, 2025