José Méndez Salazar, también conocido como “El Ché”, fue uno de los pioneros de la crianza de caballos en nuestro país. Su descollante pasión por los equinos, lo llevó a fundar el Rancho Cuquio a principios de la década de los cuarenta. Dicha propiedad, ubicada en lo que hoy es Ciudad Satélite, contaba con un famoso carril donde se efectuaron importantes carreras parejeras. Ese monumental terreno, cuna de los cuartos de milla nacionales y homónimo del pueblo jalisciense donde su dueño nació, aún es recordado con mucho entusiasmo por los aficionados ecuestres de la vieja guardia.
Además de ser un devoto al hipismo, a las peleas de gallos y a la charrería (estas dos últimas pasiones que merecen un texto aparte), José Méndez Salazar fue un prominente ingeniero civil egresado del Colegio Militar. Él construyó, entre muchas otras cosas, el Hipódromo de las Américas. Desde su inauguración, en marzo de 1943, ingresó a la competición como propietario y empezó a participar en con su vasta cuadra de caballos, nombrándola igual que su rancho: Cuquio. Las sedas de color verde y franja blanca al frente, son las únicas que permanecen activas hasta ahora desde la apertura del popular ovalo de Sotelo. Entre los cuadrúpedos más ganadores del “Che”, destacan Pan Lopez, La Nena, La Prieta Tejana, Segundín y Che José M, el cual ganó una carrera en Fairmont Park con escalofriante momio de 185 a 1.
José “Che” Méndez lamentablemente fallece en 1962. Pero su esposa, Doña Elena Lacarra, continúo con la tradición hípica junto a sus siete hijos: José Manuel, María Elena, José Luis, María del Carmen, Miguel, Cristina y Patricia. El rancho cambia de ubicación a finales de los sesenta. El nuevo Cuquio se localiza ahora en Cuautitlán, Estado de México. El máximo logro como caballistas de la familia Méndez Lacarra fue comprar y correr a Morumbi, Meditacao, Djalma y Batucada; todos pura sangre ganadores de clásicos, acondicionados por el chileno Octavio Becerra. Batucada, la sola soberana de la palestra, consiguió once triunfos en once salidas, entre ellas el anhelado Hándicap de las Américas, para luego irse a Estados Unidos y hacer una muy buena temporada en el establo del triple coronado Laz S Barrera.
Hoy, a más de 75 años de haberse fundado el Rancho Cuquio, se puede confirmar que la pasión familiar se prolongó a la tercera generación, a los nietos del Ing Méndez Salazar; ya que es fácil encontrarnos, a varios de nosotros, una tarde cualquiera en la grada del hipódromo, gozando de un clásico o de una carrera de reclamación, con el ferviente deseo de envejecer así, ahí, contemplando a esos nobles y veloces equinos.
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