Perdiendo el control

El diablo también de amor llora.

10 de febrero, 2025

Roman Navarro Cisneros

El frío, una gran luna y el cielo estrellado adornan la noche, y yo aquí en la soledad de un cuarto de cama, desalineado y mal oliente.

El cañón de una escuadra apunta mi sien. Mi mente dice “no lo hagas”, mientras el corazón no encuentra razón para seguir latiendo, lentamente el arma se desliza hacia mis labios… La mano sujeta con firmeza la empuñadura decidida a activar el gatillo que terminará con esta depresión.

En un segundo la pistola azota en la cama evitando la tragedia. Me levanto retiro las lágrimas de mis ojos, tomo mi gabardina y salgo a respirar aire fresco. Camino sin rumbo con recuerdos que le dan vuelta a mi cabeza. Al paso por las calles topé con un tugurio, decido entrar eligiendo la mesa más apartada para continuar con mis tormentos.

Se acerca el camarero y pido un bacanora. En unos momentos me trae un vaso y prosigue a servir el líquido. Al retirarse pretende llevarse la botella, pero pido que la deje en la mesa, así es, tenía planeada una larga noche de escape emocional. Apenas daba el primer trago a mi bebida cuando entre la media luz, se acercan las lentejuelas de un sensual vestido negro. Con una media sonrisa y mirándome a los ojos una chica rubia me pregunta si me puede acompañar. No le dirigí la palabra; sin embargo, se sentó. Tomó la botella y dijo:

–¿Puedo?

–Sí– le respondí con gusto.

–¿Sabes, puedo cumplir cualquier fantasía es mi especialidad?– Comentó de manera seductiva.

–La fantasía que necesito cumplir no es física –le respondí–, la mía es del corazón.

–Sí que estas dolido, querido, ¿Puedo saber quién te rompió el corazón.

Con mirada firme conteste:

–Te puedo decir cuál es mi remedio, mas no la enfermedad y si puedes ayudarme con eso permitiré que sigas compartiendo esta mesa conmigo.

–Soy todo oídos, cariño, veremos qué pides y sabremos si soy lo que necesitas.

–Deseo que finjas que soy lo mas importante en tu vida; que pongas atención como si te interesara de verdad, que tu mirada solo se fije en mi como si fuera lo mas importante en tu vida.

–En mi situación lo que deseas es caro por que pides que te ame como si yo solo viviera para ti, puedo compartir mi cuerpo, pero no mis sentimientos, puedo fingir y disfrutar en la intimidad, pero mi corazón está sellado como si fuera una tumba.

–Imaginé que no podrías complacerme.

–Momento, no es fácil lo que pides, pero puedo hacer una excepción por esta noche solo que la tarifa será tan exclusiva como mi servicio.

–Pon el precio y veremos qué pasa– aclaré. ¿Qué es el amor para ti?

–Ja, ja, ja, una palabra que ya no habita en mi diccionario, menos dentro de mí. ¡Oh perdón!, quedamos que hoy seré tu fantasía emocional. Mira, el amor cuando es mutuo entrelaza las almas para fundirse en una sola, pero cuando una de ellas deja de amar se rompe ese vinculo quedando libre quien ya no ama y listo para una nueva aventura; sin embargo, quien sigue amando continúa atado a los recuerdos de aquello que perdió, forjando una cadena que esclaviza el corazón, cargando en su interior el peso de la aflicción por aquello que ya no posee.

–Qué palabras tan certeras. Por lo visto tú también has estado encadenada.

–No llegas aquí por tener éxito en el amor –contestó.

–Nos vamos entendiendo.

Las copas y la plática continuaron hasta la madrugada. Para entonces mis sentimientos ya se habían equilibrado pero mi andar era de vaivén. Procedí a marcharme y besando su mano me despedí agradeciendo por la velada.

La siguiente semana mis recuerdos avivaron la melancólica tristeza y sin pensarlo volví aquel lugar buscando a la misma chica: ella parecía estar esperándome. Me alegró verla. Nos sentamos en la misma mesa pidiendo nuevamente una botella de whisky. Hasta hoy esa taberna es nuestro punto de encuentro cada semana. Después de casi un año me preguntó qué fue lo que te trajo a este lugar:

–Nunca me has dicho con claridad la razón de tu amargura.

–Por ahora lo que te puedo decir es que el diablo también de amor llora.

“ESTA ES LA NATURALEZA DE MI SER”.

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