LOS ECOS DE LA CASTAÑEDA. (Segunda parte)

“La vida es un sueño. Despiertas cuando mueres”. -Virginia Woolf

30 de octubre, 2025 LOS ECOS DE LA CASTAÑEDA. (Segunda parte)

Para leer la primera parte, haz click aquí.

Realidad y ficción. Se concibe el sueño de La Castañeda

La Castañeda, herencia de la intelectualidad científica y médica europea. Un tropiezo para la historia contemporánea de la psiquiatría en México. 

La salud mental apuntaba para marcar el camino del primer mundo a principios del siglo XX. Un psiquiátrico en boga. Y así fue. Porfirio Díaz inauguró un centro de salud que garantizaba al país ecos de prosperidad.

El General Díaz, acusado por la idea de presentar al mundo una urbe afrancesada en América, dispuso de todo su poder político y económico para llevar a cabo la planeación urbanística de la capital de México con las características propias de aquel país europeo. Vemos, en la ciudad que es hoy, edificios emblemáticos que se construyeron bajo su dictadura.

En 1884 empieza a consolidarse la idea del Manicomio General de La Castañeda, una vez que se hicieron estudios de “técnicas de confinamiento” y de cuál era en realidad la función de los hospitales para tratar a enfermos mentales.

Como parte de su activismo político y social, para Porfirio Díaz era importante que el país reflejara una actitud paternalista ante las condiciones insalubres en las que se hacinaban a los “enfermos mentales”, aquellos infelices que caían en alguna de las clasificaciones que marcaban los aspirantes a conocer la conducta humana, con los apenas incipientes conocimientos de la psiquiatría para la época. Recordemos que el país ha ido siempre un gran paso atrás de otras potencias en la materia. A pesar de que, desde la época colonial, los hospitales San Hipólito y el Divino Salvador, con recursos de la beneficencia privada, dedicaron un gran esfuerzo en el cuidado de personas con algún tipo de trastorno emocional, no fue suficiente.

Para 1894 se crea un comité especial que se encargaría de los recursos para echar a andar uno de los magnos proyectos de la época, dicho proyecto estaba listo para 1905, pero no fue sino hasta 1908 que Porfirio Díaz Ortega (hijo del presidente) se hiciera cargo de las obras que culminarían con la inauguración para las fiestas del centenario de la Independencia de México, el 1 de septiembre de 1910.

El Manicomio se construyó en la antigua hacienda La Castañeda, con una superficie de 141,662 m2. Señala Andrés Ríos Molina que para llegar al manicomio se podía tomar un tranvía que iba de San Ángel y antes de llegar a Mixcoac aparecía una imponente reja forjada de 11 metros de ancho con un letrero en la parte superior que decía Manicomio General. Así se recibía al enfermo y su familia.

El mecanismo de control social y la inestabilidad del poder frente a la amenaza de la Revolución arrojaron a Margaux Boucher, una joven francesa recluida como un favor político, al futuro incierto de La Castañeda.

Bajo el cielo de un espléndido París de 1909 se vestía una ciudad de movimientos vanguardistas, de pintores y escritores que volcaban su tiempo y sus penas en sueños de grandeza. Palpitaban sus calles. Mecenas del arte sucumbían a la vitalidad que acarreaba el nuevo siglo. Fue el caso de Gertrude Stein, cuya casa sería el deponente de un amor fulminante.

El barrio de Montparnasse se había convertido en el epicentro del arte y la literatura en evolución. Entre las estrechas calles y los bohemios cafés, la figura de Gertrude Stein emergía como una fuerza magnética que atraía a los artistas y escritores más innovadores de la época. Su salón en el número 27 de la Rue de Fleurus, un apartamento pequeño pero repleto de cuadros de Cézanne, Matisse y Picasso, se convirtió en un lugar mítico donde se reunían mentes brillantes para discutir sobre arte, literatura y el futuro, los sábados por la noche. Eran pioneros que se atrevían a desafiar los cánones establecidos y a buscar nuevos modos de ver y representar el mundo. Se estaba forjando un nuevo lenguaje, uno que marcaría el siglo XX de manera indeleble.

Con este escenario de propuestas y cambios fue con el que Margaux Boucher decidió traspasar las fronteras que la contenían en un mundo de cuento. Margi, hija única, heredera de una gran fortuna, sus padres no vacilaban en darle todo lo que se le pudiera ocurrir, anhelantes de que sería, en su momento, la esposa de algún encumbrado de la realeza europea. La joven, con piel de avena y ojos pincelados de sueños, tenía 19 años.

Al anochecer, el umbral de la casa de sus padres se perdía tras la ligereza de sus pasos, salía de la casona para huir a los cafés parisinos cuyo escenario la reconfortaban más que los compromisos sociales y la plática de los caballeros que desfilaban bajo la experta supervisión de su madre.

Continuará. . .

Milei se beneficia del antiperonismo

Comentarios


LOS ECOS DE LA CASTAÑEDA. (Segunda parte)

LOS ECOS DE LA CASTAÑEDA

(Tercera parte) Realidad y ficción En los cafés del Boulevard Montparnasse, Margaux Boucher descubrió un París fresco, vibrante, que la entendía y...

noviembre 13, 2025
Palabra olvidada, palabra extinta

Palabra olvidada, palabra extinta

¿Sabes que la palabra escrita guarda el legado de toda una era? Hoy agoniza y lucha por permanecer en las hojas de...

noviembre 14, 2025




Más de categoría
El Síndrome de Frankenstein: el vértigo de la creación

El Síndrome de Frankenstein: el vértigo de la creación

El monstruo no es lo que creamos, sino lo que negamos.

diciembre 1, 2025
Cruise, mi última noche en la tierra

Cruise, mi última noche en la tierra

Esta obra inglesa, estrenada en 2021, llega a nuestro país adaptada y dirigida por Alonso Íñiguez. Cuenta con la...

diciembre 1, 2025
Los libros, motor cultural y económico de Guadalajara

Los libros, motor cultural y económico de Guadalajara

La Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) es el evento literario más relevante de América Latina y de...

noviembre 28, 2025

Ficción, autoficción y realidad

La abierta mentira es aceptada como cierta si la dice alguien que me simpatiza.

noviembre 28, 2025