Querida Tora:
El otro día se armó un escandalazo en la vecindad, porque apareció una iguana en el patio. Es un animal de zonas más calientes, pero quién sabe cómo, vino a dar aquí. Es inofensivo, pero es muy feo. Para que te hagas una idea, la señora del 37 la llamó “animal diabólico”.
Los niños se alborotaron, y empezaron a tirarle piedras, El animal corría a esconderse, pero ellos lo perseguían. Así, corriendo, fueron a dar a la azotea. Los ninis aparecieron enseguida, y pronto la rodearon y le echaron un huacal encima, de manera que no podía escapar. Y uno de ellos sugirió que se la podían comer.
Entonces, la del 37, que es muy brava pero muy ignorante, corrió a avisar a todas las viejas que los ninis iban a hacer un ritual “espantoso” con la iguana y que luego se la iban a comer; y que habían invitado a todos los niños a participar del festín. Todas las viejas subieron corriendo a la azotea, gritando enfurecidas, clamando que se respetara la inocencia de sus hijos.
Lo que se encontraron fue un círculo de ninis y niños observando algo que había en el centro. Y la del 37, que es la más macha de todas, se abrió paso hasta el centro. Allí encontró a la pobre iguana, muerta ya, que estaba siendo abierta por un nini con un bisturí que se había robado del hospital en el que hizo unas prácticas. Y a medida que abría al animal, les iba señalando los diferentes órganos que tenía, y explicándoles su funcionamiento. En suma, les estaba dando una lección de anatomía, pues lo que mostraba la extrapolaba hasta aplicarlo a un ser humano, y les hacía comprender algunas de las funciones de sus propios cuerpos. Y hasta los más cerrados de ellos entendían lo que en clase era un misterio insondable. Los niños estaban entusiasmados; y cuando el nini terminó, hasta le aplaudieron. Las madres se quedaron boquiabiertas, porque siempre que tenían anatomía en la escuela regresaban protestando “que qué les importaba a ellos el funcionamiento del cuerpo”; “que esas clases eran para manipularlos a ellos y poder controlarlos mejor”, para “asustarlos cuando no podían hacerlos obedecer” y otras lindezas por el estilo.
Las madres no sabían cómo agradecer a los ninis la lección que dieron a sus hijos, y hasta permitieron que se quedaran con ellos para que les dieran una probadita de iguana. Y cuando por fin bajaron a sus casas, el chavo del 37 iba diciendo “La próxima vez abrimos a Chavita”. Y Chavita se echó a llorar, diciendo que él no era iguana, y que no quería que se lo comieran. Entonces, su hermano golpeó al del 37 para defenderlo; el del 37 le devolvió el golpe, y cayeron todos por las escaleras pegándose y pateándose con entusiasmo. Luego, las madres fueron escogiendo a sus hijos y llevándoselos a sus viviendas, unas a castigarlos por andarse peleando, y otras a preguntarles a qué sabía la iguana.
Esta gente es muy curiosa, y a veces no sé qué pensar de ellos.
Te quiere
Cocatú
Te puede interesar:
CARTAS A TORA 374
Cocatú es un extraterrestre que llega a un vecindario de la CDMX. Disfrazado de gato, estudia la raza humana...
enero 17, 2025Una noche de fogata
Así fue el principio de una historia de amor que, de una cena inesperada, se convirtió en una aventura...
enero 13, 2025CARTAS A TORA 373
Cocatú es un extraterrestre que adopta la forma de un gato. Desde un vecindario de la CDMX le escribe...
enero 10, 2025Apropiacionismo y remezcla
Apropiación literaria. Breve cuento (estampa de la conducta humana) seducido por la “alusión” de la intertextualidad. Existe gracias a...
enero 9, 2025