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Es curioso pero la aventura de nuestros corazones es así, con altibajos donde todo puede suceder.

22 de febrero, 2024

Recuerdo aquel día que pusiste tu mano sobre la mía por primera vez, comenzando ese camino que nos lleva a la aventura del amor, éste que en principio nos lleva por un paraje mágico y seductor, pero que al paso de los años se volvió empedrado poniendo a prueba nuestros corazones.

Sin palabras nos hemos dicho cosas que marcaron nuestras vidas, a veces llenas de pasión, otras la indiferencia nos atrapó, y terminamos tomando café con tu ausencia.

¿Culpable? Sí, de andar correteando ese tiempo que no está en mis manos; me olvidé de disfrutar esos bellos momentos que nos unieron. Pero ¿qué hay de ti? Que en el andar de la rutina me has negado tus caricias, mi corazón está sediento del cariño de tus palabras.

Hablando de ausencia no hay mayor soledad que la que compartes con quien amas. Sí… esa donde me vuelvo invisible a tu mirada, donde mi voz viaja sin que el sonido de mis palabras estimule tus oídos como si no existiera.

Sin embargo, no me da miedo, porque el amor que nos tenemos vence toda arrogancia y rencor. La noche se convierte en nuestro cómplice siendo el pretexto para que nuestros cuerpos ya en la cama se comuniquen con su tacto llevándonos al juego de la seducción, volviendo a recordar la razón por la que hemos luchado día a día por nuestra unión.

¿Culpable? Sí, de andar correteando ese tiempo que no está en mis manos. Me olvidé de disfrutar esos bellos momentos que nos unieron. Pero ¿qué hay de ti? Que en el andar de la rutina me has negado tus caricias, mi corazón está sediento del cariño de tus palabras.

Es curioso pero la aventura de nuestros corazones es así, con altibajos donde todo puede suceder. Nuestra historia es completa porque está llena de emociones, no falta nada porque así es el amor apasionado en la opulencia, cruel en la carencia, pero sin estas dos no sería amor. Si faltara un ingrediente se convertiría en una vulgar anécdota de bajos instintos o en la simpleza de un odio irracional.

Sigamos como hasta hoy de la mano, apoyándonos uno al otro, complementándonos hasta el fin de nuestras vidas. Besémonos como si fuera el ultimo beso convirtiéndolo en eterno, siendo el sello de nuestros corazones para nunca separarnos.

“ESTA ES LA NATURALEZA DE MI SER”.

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