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LAS MARAVILLAS del GLP1

El desarrollo y el uso del GLP1 en la actualidad quizá representa uno de los momentos más estelares de la medicina moderna.

28 de noviembre, 2024

Antonio G Trejo

Esta molécula peptídica (31 aminoácidos) es una hormona que resuelve dos grandes flagelos que causan enormes daños a las sociedades contemporáneas, dichos problemas son: la diabetes y la obesidad; que a su vez arrastran muchas otras dificultades cardiovasculares y gastrointestinales.

El objetivo de este texto es describir en forma simple y directa este complejísimo tema que involucra diversos aspectos de endocrinología, neurofisiología, etc; se han cuidado las formas y la terminología para presentar un texto apropiado sin sacrificar las evidencias que hasta ahora se han obtenido.

El GLP1 es una molécula peptídica (formada con 31 aminoácidos) derivada del glucagón (hormona gastrointestinal) también se le considera como un neurotransmisor que no está presente en el sistema neurovascular todo el tiempo, sino que solo se produce cuando el individuo empieza a comer algo. Esta molécula se sintetiza en la porción ilíaca del intestino grueso y en menor concentración en algunas neuronas en el cerebro. Es un proceso inducido muy eficiente que siempre se realiza bajo estrictos controles neurológicos y metabólicos. ^1,2

El GLP1 recién sintetizado no dura más de dos minutos en el sistema cardiovascular, así que de inmediato reacciona con el nervio vago que lo transporta desde la región intestinal hasta las áreas específicas en el cerebro donde reacciona con los receptores que controlan la saciedad por los alimentos y la síntesis de insulina en el páncreas. Estos dos efectos: la sensación de saciedad (llenado) automáticamente significa que el individuo cesará de ingerir alimentos. Al mismo tiempo, cualquier exceso de glucosa sanguínea será desactivado por la insulina, lo cual disminuirá la concentración de metabolitos energéticos que resultarán en una pérdida de peso. Estos dos objetivos representan un logro espectacular de los diversos especialistas e instituciones que intervinieron para conseguir este gran triunfo.

Todo empezó en los 80’s cuando Svetlana Mojsov bioquímica de la Rockefeller University descubrió que varias hormonas gastrointestinales, entre las cuales destacaba la GLP1 causaban una sensación de llenado en los sistemas digestivos, la investigación quedó en pausa durante mucho tiempo, no existía la metodología ni la coordinación para continuar con el programa. Uno de los principales problemas que debían superarse era el desarrollo de una molécula sintética de GLP1 con un lapso mayor de vida media que además conservará las propiedades farmacológicas esenciales de la especie natural.²

La compañía farmacéutica Novo Nordisk continuó con las investigaciones y consiguió el registro oficial de Ozempic en el 2017. Posteriormente desarrollaron Wegovy, el cual fue comercializado en el 2021 con uso exclusivo para reducir el peso corporal. En la actualidad muchas otras compañías se han lanzado al registro y la comercialización de este tipo de hormonas/neurotransmisores/activadores metabólicos, etc. de este gran negocio que significa millones de dólares

La magia se ha logrado. El GLP1 controla la saciedad y el balance energético en los individuos; sin embargo, aún no está muy claro cómo actúa el neurotransmisor a nivel neurológico, ni tampoco los detalles finos del metabolismo de los azúcares. Sin duda, son proyectos que pronto resolverán las compañías farmacéuticas.

Las autoridades sanitarias y la OMS deben continuar con la exigencia de que todos estos productos farmacéuticos son extremadamente delicados y que su uso debe estar sujeto a estricta prescripción médica, basada en análisis clínicos periódicos del paciente. Otro aspecto social que debiera considerarse es el costo de los tratamientos. La situación actual es que solo los pacientes solventes económicamente pueden aspirar a estos tratamientos; esto establece una gran disparidad social en los pacientes con recursos limitados. Las compañías de seguros han mantenido una acción muy discreta, parecieran no haberse enterado.