El tema de la vacuna contra el coronavirus nuevamente cobra gran importancia para el retrógrado y criminal grupo político que actualmente nos gobierna. Suponiendo que la vacuna estuviera a la venta, estarían ellos dispuestos a adquirirla directamente con los proveedores o tendrían que iniciar nuevamente las gestiones ante la ONU. Cualesquiera que sean sus decisiones, lamento informarles que sus problemas no terminarán ahí; apenas empiezan. Existen muchos detalles que aún no están definidos, he aquí algunos de ellos:
- Los virus no son seres vivos sino partículas pequeñísimas formadas solo con ácidos nucleicos y proteínas, no se conocen reacciones metabólicas. Prácticamente no son susceptibles a ningún antibiótico o algo que los altere.
- Sus genomas son muy cortos y cualquier mutación tiene efectos catastróficos para el infectado. En el caso del SARS-CoV-2, éste tiene un alto índice de mutación que además suele ser espontánea, es decir, puede suceder sin ninguna inducción.1
- A la fecha se han reportado tres diferentes mutantes que han sido plenamente identificadas por investigadores acreditados. Se tiene la sospecha de que existen otras dos, pero aún está por confirmarse. Esto complica el efecto de la vacunación, pues es difícil obtener una vacuna eficiente contra tantas variantes.
- Las evidencias logradas señalan que el proceso de adherencia del virus con el receptor ACE2 de los humanos pudiera ser el sitio clave para evitar la infección.
- Muchos de los infectados no desarrollan los anticuerpos característicos en los procesos infecciosos, lo cual hace extremadamente difícil determinar si de verdad hubo el contagio. En muchas ocasiones, los anticuerpos solo se sintetizan durante un periodo de 4- 6 semanas y después desaparecen; lo cual es muy irregular. La incertidumbre es uno de los principales problemas pendiente por resolver.
Estos son algunos de los factores que dificultan o regulan los aspectos moleculares de la infección; sin embargo, todavía hay otro tipo de situaciones inciertas que tampoco podemos controlar, tales como el abasto de la vacuna una vez que esté disponible para su venta.
El poder de las compañías farmacéuticas es inconmensurable, pues no solo se dedican a ese ramo, sino que son un corporativo de negocios que se extiende por todo el mundo en diferentes formas. En la actualidad debe haber no menos de 20 grandes firmas trabajando arduamente en la producción de una vacuna eficiente contra el coronavirus. La competencia es brutal ya que el gran premio es el prestigio de la compañía más las utilidades que genere la producción.
Los medios de comunicación pretenden darle mayor realce a esta desaventurada temporada y a diario anuncian que la creación de la vacuna está cerca, que pronto la tendremos y que volveremos a disfrutar de la vida como antes. Mientras tanto, representantes de los países del primer mundo ya están entablando negociaciones para asegurar el abastecimiento de las vacunas. Los Estados Unidos y Europa ya comenzaron a negociar millones de dosis ante los principales laboratorios farmacéuticos. La World Health Organization (WHO), conocedora de esta estrategia, está tratando de organizar una distribución equitativa con los países ricos para que reduzcan el número de contagiados y así haya mejor disponibilidad de vacunas para los países pobres.
Los países africanos no desean que la historia del SIDA se repita, pues siendo el continente más afectado en aquella época, los tratamientos retrovirales para los pacientes tardaron siete años para poder adquirirse en forma natural en todo el continente. Otro antecedente negativo se suscitó en 2009 cuando la endemia del H1N1 azotó la mayoría de los países. Los Estados Unidos y Europa de inmediato acapararon la vacuna y después donaron el 10% de sus existencias cuando se dieron cuenta de que no las iban a necesitar. Muchos pacientes tuvieron que esperar algún tiempo, pero otros no sobrevivieron para tenerla.
Lo más relevante hasta ahora es que los Estados Unidos han firmado un contrato con COVAX por más de 6 millones de millones de dólares para proteger a su población. Francia, Alemania, Italia y Holanda ya firmaron con AstraZeneca la compra de 400 millones de dosis para la Unión Europea. Inglaterra acaba de firmar contrato con AstraZeneca y otras compañías. China está produciendo sus vacunas, pero se ignoran sus planes políticos y comerciales.
COVAX, una organización mundial que administra la distribución de las vacunas planea tener listas 12 vacunas diferentes, un volumen de 2 millones de millones para finales del 2021, de los cuales destinará 950 millones para los países de economía mediana, 950 millones para los países pobres y 100 millones de dosis de caridad para países muy pobres. Ellos mismos reconocen que existen muchas otras posibilidades para negociar, todo es cuestión del tiempo y el presupuesto disponibles.2
Christopher Elías, representante del Bill & Melinda Gates Found Global Development Division propuso que las vacunas deberían repartirse en función al grado de exposición a la infección:
- Las primeras dosis deberían ir a todos los trabajadores en contacto directo con los enfermos, sin importar el país.
- Las siguientes dosis podrían ir a las localidades donde la infección está adquiriendo mayor fuerza
- Las dosis restantes debieran ir al resto de las poblaciones sin importar la nacionalidad.
Se prevé que los costos de producción van a bajar una vez que se afine la metodología y el personal adquiera experiencia. Los países africanos están considerando continuar la fabricación de las vacunas en alguno de sus países con el fin de reducir los costos y adquirir la tecnología.
Cabe aclarar que las vacunas son sustancias que protegen al individuo de una infección causada por un agente patógeno. La protección consiste en la biosíntesis de anticuerpos en su organismo que le defenderán de un ataque severo del patógeno. Dicha defensa puede consistir en inactivación de la toxina o el agente mórbido del patógeno o simplemente que los síntomas no se manifiestan en toda su expresión. De tal manera que la esperada vacuna solo aminorará los síntomas, dándole tiempo al cuerpo para que se recupere. Nosotros quedaremos al igual que contra la gripe de cada temporada de invierno y tendremos que vacunarnos contra el coronavirus también.
Las vacunas no matan ni dañan al patógeno, no tienen la función de un antibiótico.
¿Por qué nos vacunamos contra la gripe cada año?
Simplemente, porque cada año es un mutante diferente y cada vez que nos contagiamos, nuestro cuerpo produce los anticuerpos correspondientes.
Esta es la primera vez que las últimas tres generaciones hemos sufrido una experiencia como ésta, que, sin duda, ha sido una amarga lección para el hombre ante la emergencia y lo dramático de las circunstancias. Los que aún pensamos y no pretendemos asumir posiciones narcisistas ridículas y egocentristas, debemos reconocer que estamos frente a una prueba y un desafío singulares porque, según la historia, los virus siempre nos han derrotado.
Debemos aprovechar esta lección y prepararnos mejor para la próxima prueba.
¡Buena Suerte!
REFERENCIAS:
- Antonio G. Trejo. SARS-CoV-2, el ENEMIGO IMPLACABLE. Ruiz Healy Times, Julio 25 del 2020.
- Kai Kupferschmidt. “Vaccine nationalism” threatens global plan to distribute COVID – 19 shots fairly. Science July 28, 2020.
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