La innovación es un concepto dinámico que se centra en darle satisfacción al cliente. Es dinámico porque, una vez que una idea o servicio se normaliza, tiende a volverse obsoleto y si no evoluciona acorde a las cambiantes necesidades y expectativas de los clientes, deja de ser útil y puede generar pérdidas.
Hace algún tiempo, iniciar un proceso de innovación era cuestión de años; en la actualidad es un proceso continuo precisamente porque los consumidores evolucionan continuamente y cambian sus perspectivas. Cumplir las expectativas de los clientes siempre ha de ser una prioridad a fin de mantenerlo o, si es un cliente ocasional, se convierta en cliente habitual. Por ello las empresas y todo aquel que quiera mantenerse en el mercado debe trabajar continuamente en la innovación con la finalidad de mejorar la experiencia del cliente tanto en atención como en buenos productos y precios competitivos.
Esto lo saben muy bien empresas como Apple: continuamente presenta productos innovadores y nuevas versiones de los ya existentes. La empresa ha estado innovando tanto en productos como en diseño y calidad en favor no sólo de los usuarios en general sino también de las empresas e inclusivo del mundo educativo: introdujo aspectos como la multitarea, la organización de las apps en carpetas; igualmente se centró en las empresas ofreciendo una mejor protección de datos, varias cuentas Exchange o soporte de SSL VPN.
Innovar implica cambios y eso es algo que muchas veces produce temor tanto en los trabajadores como en la alta gerencia, fundamentalmente porque se trata de salir de una zona de confort para hacer cosas diferentes con el esfuerzo adicional que implica y que no siempre se está en disponibilidad de realizar.
Muchos directivos piensan que cuando su negocio va por buen camino no hay por qué hacer cambios, pero olvidan que el consumidor siempre estará a la búsqueda de nuevas opciones que satisfagan sus cambiantes gustos. De igual manera tampoco consideran la posibilidad de hacer sinergias con otras industrias para generar proyectos innovadores a través de unidades estratégicas, para desarrollo de talento, innovación empresarial, coworking, o simulación y prototipos.
Hay industrias que, en el ánimo de mejorar, recurren a los procesos de innovación de otras que han demostrado logros al respecto. Parecerá sorprendente pero hay industrias que han recurrido a empresas de la Fórmula 1 para solucionar problemas o mejorar procesos.
Evidencias de lo anterior: el hospital infantil Great Oromod Street de Gran Bretaña buscaba mejorar el tiempo de traslado del quirófano a la Unidad de Cuidados Intensivos de los pacientes reduciendo los riesgos; los médicos vieron la posibilidad de hacerlo de forma similar a como los bólidos de carreras entran a zona de pits. Tras revisar un vídeo del proceso, el equipo Ferrari de F1 sugirió un nuevo protocolo de traslado con procedimientos más sofisticados y un trabajo en equipo mejor coordinado. Como resultado se mejoró la seguridad de los pacientes y la reducción de las tasas de error del 30% al 10%.
El equipo Williams también ha colaborado a través de su filial tecnológica Williams Advanced Engineering en coordinación con Aerofoil Energy, una empresa tecnológica, para desarrollar tecnologías de ahorro de energía para hacer más eficientes los frigoríficos de la cadena de supermercados Sainsbuty’s, en Inglagterra. La tecnología en cuestión fue creada para desviar el aire por encima y alrededor de los coches de carreras para maximizar su rendimiento; aplicada a los refrigeradores, evita que el aire frío salga del estante dirigiéndolo de nuevo al frigorífico. Con ello se redujo el uso de energía en 15% y se ahorraron casi 9000 toneladas anuales de carbón.
McLaren Applied Technologies está utilizando tecnología derivada de la F1 para desarrollar una infraestructura 5G para interconectar transportes en la carretera. Dicha infraestructura debe ser totalmente fiable dado que cada vez más se generaliza el uso de autos autónomos que deben comunicarse entre sí para mantener intactas las medidas de seguridad. Esta empresa ha contribuido a resolver retos en sectores como la salud, el transporte público y el automovilismo.
Sin embargo, no todas las empresas están pendientes de la innovación a pesar de vivir en una era en la que prácticamente todo se mueve a partir de nuevas tecnologías en donde todo tiene que ver con la digitalización y la inteligencia artificial. Cada vez que surge una nueva tecnología es posible que algunas empresas se rindan en la primera parte de la curva exponencial, cuando el desarrollo en cuestión parece avanzar muy lentamente. No seguir adelante sólo da a otro la oportunidad de hacerlo en su lugar.
Un caso en este sentido lo tenemos en la extinta Kodak: la empresa inventó la cámara digital en 1975 pero sus ejecutivos no se percataron de lo que esa innovación podía representar en términos financieros y de tecnología. En lugar de invertir más en este desarrollo, la empresa se mantuvo fiel a las cámaras tradicionales en tanto la gente empezaba cada vez más a utilizar la tecnología digital debido a su practicidad; se empezaba a cambiar el rollo por un pequeño chip con cada vez mayor capacidad de almacenamiento. Tras una espiral descendente, Kodak quebró en 2012, mismo año en que Facebook adquirió una startup de 13 empleados fundada año y medio antes y que hoy todo mundo conoce: Instagram, una aplicación para compartir fotos digitales.
Disrupción Digital
Hoy la disrupción se da en un entorno de tecnología digital que abre nuevas oportunidades para empresarios con visión de futuro. Gracias a las tecnologías digitales que se desarrollan a ritmos exponenciales, el paisaje de los negocios del siglo XXI ha adquirido un aspecto y una sensación dramáticamente diferentes.
El secreto está en comprender e interiorizar el ciclo de crecimiento de las tecnologías digitales. Peter Diamandis, cofundador y presidente ejecutivo de Singularity University y Presidente y CEO de la fundación XPrize –que distingue con premios millonarios a quienes logren correr el límite de lo imposible en áreas como energía, medio ambiente, educación, salud y exploración espacial, entre otra– dice que el ciclo de crecimiento de estas tecnologías se desarrolla en seis pasos clave, que denomina “Las Seis D de los Exponenciales”: digitalización, decepción, disrupción, desmonetización, desmaterialización y democratización. Asevera que las Seis D son una reacción en cadena de la progresión tecnológica, una hoja de ruta de rápido desarrollo que siempre conduce a una enorme agitación y oportunidad.
Veamos brevemente este ciclo:
1. Digitalización. El primer paso es empezar por digitalizar las áreas clave para reducir los tiempos de operación e invertirlos en tiempos para planear estrategia.
2.Decepción. Es un lapso de engaño ya que al principio el proceso es lento y los resultados son poco alentadores. Influye la resistencia a los cambios.
3.Disrupción. Se produce cuando el producto o servicio digitalizado crea un nuevo mercado. Desgraciadamente, como la disrupción siempre sucede a la decepción, la amenaza tecnológica original suele parecer ridículamente insignificante.
4.Desmonetización. La desmonetización consiste en convertir un producto/servicio en algo muy barato o incluso gratuito. Uber, Airbnb y Skype están desvalorizando a las grandes empresas en sus respectivos sectores.
5.Desmaterialización. Es la etapa en que las herramientas ya no tienen valor y pueden ser sustituidas (como en el caso de KodaK). Lo físico se elimina de la ecuación puesto que lo digital es lógico, virtual, incorpóreo.
6.Democratización. Lo digital es más accesible para todo tipo de públicos. Ocurre cuando los objetos físicos se convierten en bits y se insertan en una plataforma digital al acceso de todo el mundo.
Las Seis D son una hoja de ruta que muestra lo que puede ocurrir cuando nace una tecnología exponencial. No todas las fases son fáciles, pero los resultados dan a los equipos, incluso a los más pequeños, el poder de cambiar el mundo de una forma más rápida e impactante de lo que podrían hacerlo las empresas tradicionales.
Pero eso no es todo. Más allá de comprender y poner en ejecución el ciclo de crecimiento de las tecnologías, se debe tener presente al destinatario final de todo el proceso de innovación: el consumidor. Comprender qué hace que los consumidores tomen decisiones sobre lo que les puede ayudar a salir delante de alguna situación laboral o personal. La pregunta entonces es ¿para qué trabajo querrían los consumidores contratar un producto o servicio?
Por qué los medios abandonan el barco sin rumbo en el que se ha convertido la red X
Autor: Ana Zafra Arroyo Investigadora FPU y profesora de Fotoperiodismo e Imagen Digital, Universidad de Málaga. “Adiós, X. Fue bonito...
noviembre 21, 2024Los peligros de la Inteligencia Artificial
Estamos viviendo una revolución digital sin precedentes. En su nuevo libro, Yuval Harari reflexiona acerca de la posibilidad de...
noviembre 15, 2024La alerta viral
El Programa de Sobrevigilancia Sanitaria busca establecer una serie de acciones para minimizar los efectos nocivos de los patógenos...
noviembre 7, 2024PERPLEXITY – Una gran opción de IA
La elección entre estas herramientas dependerá del tipo de interacción que busques y tus necesidades específicas.
noviembre 1, 2024