El avance de la tecnología es innegable. La incorporación de más y mejores herramientas tecnológicas en la vida cotidiana puede contribuir al desarrollo y bienestar de la población. Actualmente, las herramientas tecnológicas se han convertido en un mecanismo eficiente y confiable para analizar y monitorear el comportamiento de las personas, por lo que han sido consideradas por los gobiernos de diferentes países como un componente importante de su estrategia de seguridad. No obstante, cuando el monitoreo se lleva al extremo, también se generan preocupaciones y molestia, pues la privacidad de la población podría estar siendo vulnerada.
Un ejemplo es lo que ocurre en China. El gobierno ha estado haciendo uso de cámaras y softwares avanzados para poder vigilar a sus habitantes, por ello, se han colocado cámaras policiales prácticamente en todos lados. Por ejemplo, en las esquinas de las calles, metro, restaurantes, hoteles, edificios, e incluso apartamentos. Adicionalmente, los teléfonos son rastreados, las compras monitoreadas y los chats en línea pueden ser censurados. La idea es recopilar información de las personas para poder encontrar patrones o comportamientos atípicos que pudieran representar un peligro para la ciudadanía. Con ello se puede predecir crímenes o la organización de protestas antes de que sucedan.
La lógica detrás de estas acciones es clara: para el gobierno chino, la estabilidad social es prioritaria y cualquier acción que la ponga en riesgo debe ser eliminada. Durante su administración, Xi Jinping ha endurecido y centralizado la seguridad, haciendo uso de políticas autoritarias que priorizan el uso de la tecnología. Estas acciones han tenido diferentes resultados. En 2020 las autoridades del sur de China rechazaron la solicitud de una mujer para mudarse y reencontrarse con su marido en Hong Kong debido a que un software alertó a la policía de un matrimonio “sospechoso”. Después, una investigación, la policía concluyó que el matrimonio había sido fingido para obtener un permiso de migración. De la misma forma, pueden saber si una persona con alguna enfermedad mental se está acercando a una escuela, entre muchas otras cosas.
En la ciudad turística de Yangshuo se compró un sistema para alertar a las autoridades sobre algún extranjero sospechoso que tuviera la intención de permanecer más tiempo de lo permitido en el país, o bien, para rastrear personas trabajando ilegalmente.
En Shanghai, las autoridades utilizaron un software para identificar a quienes excedían el uso normal de agua y electricidad. El sistema enviaba una señal (un “silbato digital”) a la policía cuando encontraba patrones de consumo sospechosos. Esta táctica fue diseñada, muy probablemente, para detectar a trabajadores migrantes, que a menudo viven juntos y en espacios reducidos para ahorrar dinero. En varios lugares, la policía considera a estos grupos como criminales potenciales para las ciudades.
Aunque el avance tecnológico es imprescindible para cualquier sociedad, particularmente en temas relacionados con la seguridad y el bienestar, también debemos reconocer que se puede hacer un uso excesivo o abuso de la tecnología. En China, el uso de las herramientas tecnológicas ha generado graves violaciones a la privacidad de sus ciudadanos, pues la información recopilada con los sistemas descritos es utilizada para mantener un control estricto de las condiciones sociales del país. Esto limita la libertad de las personas.
En México hay graves problemas asociados con la inseguridad y la violencia. Este escenario refrenda la necesidad de buscar alternativas para frenar la violencia en el país y una de ellas podría ser el uso de la tecnología para predecir y prevenir los delitos. El uso de la herramienta es interesante; sin embargo, se debe ser muy enfático en la importancia de garantizar la privacidad de las personas, así como evitar el uso indebido de datos personales. El ejemplo internacional sirve, precisamente, para retomar las buenas prácticas y adecuar el esquema con base en nuestras necesidades.
*La nota se basa en la publicación de The New York Times, “An Invisible Cage: How China Is Policing The Future”. Disponible en: https://www.nytimes.com/2022/06/25/technology/china-surveillance-police.html?campaign_id=9&emc=edit_nn_20220627&instance_id=65116&nl=the-morning®i_id=125528401&segment_id=96890&te=1&user_id=70dfb624ca78ff3d82109b7de8c31b0d
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