Faltando únicamente unos meses para las próximas elecciones presidenciales en Estados Unidos, se confirmó a Donald Trump como el candidato oficial del partido Republicano. Sorpresivamente, los comentarios misóginos del magnate funcionaron para obtener un importante número de adeptos. El equipo de Trump lo ayudó a colocarse en la cima, derrotando a 16 aspirantes republicanos y buscando obtener la Oficina Oval al enfrentarse a la demócrata Hillary Clinton. La cabeza de dicho equipo fue el operador de campaña Corey Lewandowski, quien por la mañana del lunes 20 de junio de 2016 fue removido de su cargo.
Donald John Trump es un empresario multimillonario caracterizado su profundo interés en la polémica y la imagen pública. Dueño de una personalidad arrogante, Trump ha estado envuelto en conflictos con gente del mundo de los negocios y la política. Sus consorcios de bienes raíces han generado también historias de fraudes y problemas económicos. A pesar de esto, Donald Trump se ha consolidado como un empresario exitoso y autónomo. En los últimos meses del año 2015, Trump anunció su pre candidatura presidencial desde la Trump Tower, en Nueva York. Desde entonces, su campaña ha estado dotada de comentarios racistas y xenofóbicos, enfocándose en la política comercial y el control de inmigración ilegal. A principios de junio de 2016, se confirmó a Trump como el candidato oficial tras vencer en las preliminares al senador texano Ted Cruz.
Corey Lewandowski es un operador político del Partido Republicano. Egresado de ciencias políticas por la Universidad de Massachusetts, Corey se mantuvo con Donald Trump desde el inicio de campaña, reclutando equipo experto en materia de política exterior. Fiel a la frase “Hay que dejar que Trump sea Trump”, Lewandowski supervisó directamente cada discurso, propuesta y comentario con los que Trump causaría la polémica que, hasta hoy en día, le ha resultado favorable.
Las estridentes declaraciones de Trump han generado una notoria resistencia en su mismo partido. Con carácter orgulloso, Trump advirtió que de no ser elegido habría “consecuencias” y que no tenía problema en ganar como independiente. Sin embargo, sus acciones delatan la preocupación que no quiere expresar. Ante esta represión, Donald Trump comenzó a reestructurar su equipo para darle cierta formalidad ante la imposición de los veteranos en el partido. Hasta ahora, el presidente de la Cámara de Representantes Paul Ryan, el líder de la mayoría senatorial Mitch McConnell y casi todos sus adversarios durante la precandidatura están en su contra. Estos conflictos han sido utilizados por el partido rival para fortalecer la campaña de la ex secretaria de estado Hillary Clinton.
Siguiendo la idea de diversos analistas políticos, la figura de Corey Lewandowski es igual de controversial que la de Trump. Inclusive estuvo envuelto en cargos de agresión física y verbal, los cuáles fueron retirados al poco tiempo. Como dato adicional, Donald Trump mostró apoyo a su compañero durante todo momento y calificó su trabajo como “una prueba viviente de lealtad”.
¿Dónde queda esa lealtad ahora? De acuerdo con Hope Hicks, secretaria de prensa de Trump, Lewandowski es culpable de la mala relación con los republicanos. Fue cuestión de meses para que la “prueba viviente de lealtad” se convirtiera en el primer despido de la reestructuración de Trump. Existen algunas teorías que justifican el despido de Corey, como su mala relación con el Comité Nacional Republicano, cuyo voto simboliza una prioridad para designar al candidato, la baja estructural de números (tanto monetarios como de personal) en comparación con la campaña demócrata, el posible ascenso del consultor Paul Manafort o las diferencias con Eric e Ivanka Trump, hijos del magnate con gran peso en la campaña. Todas las anteriores son simples especulaciones.
Lo cierto es que el trasfondo de los comentarios de Donald Trump proviene, en gran parte, del ingenio de Corey Lewandowski, un asesor con las mismas ideas opresoras y discriminantes, siendo por consecuencia, igual de alarmante que el propio candidato. Pero por otra parte, la lealtad es, en mi opinión, un principio fundamental en la política. No conozco los futuros planes de Trump para contender contra Clinton. ¿Será que cambiará su aspecto radical para crear una nueva imagen? No creo que a estas alturas eso sea posible. ¿O trata solamente de repartir culpas? No lo sabemos. Teniendo o no a Lewandowski en el equipo, Trump no representa algo favorable para la comunidad latina. Esto no es una novedad. Desgraciadamente, es una idea irrevocable. Sería importante considerar el despido de Lewandowski después de tanto tiempo como un factor determinante para votar en estas elecciones.
¿Podemos confiar en alguien que, a estas alturas, no es leal ni con su propio equipo?
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