La eutanasia y los cuidados paliativos

El filósofo José Enrique Gómez Álvarez explora las implicaciones bioéticas de la eutanasia en un contexto como el de México.

1 de julio, 2022 eutanasia y los cuidados paliativos

Hace unos días, el 24 de junio terminó la semana de la eutanasia que se realizó en la Cámara de diputados en donde se expusieron las posturas respecto a legislar una ley sobre el tema. No deja de ser interesante que se plantee una ley de eutanasia en un país como el nuestro que tiene niveles de pobreza muy elevados y una cobertura médica insuficiente. Las personas pobres tienen riesgos de vulnerabilidad mayor en la atención a la salud. En ese contexto, las personas que tienen menos acceso a cuidados al final de su vida (cuidados paliativos), como el control del dolor y un acompañamiento psicológico y espiritual adecuado, podrían producir peticiones de eutanasia por desesperación. Las personas que tienen acceso a mejores cuidados médicos, como personas de mayor ingreso, tendrían más posibilidad de tomar decisiones apropiadas en el caso, por ejemplo, de una enfermedad terminal.

¿Realmente es un bien escaso los cuidados paliativos en nuestro país? El incremento de la población y el envejecimiento han incrementado las situaciones de presencia de enfermedades crónicas o incurables que plantean el reto del cuidado. Así la diabetes y sus complicaciones, cáncer, enfermedades crónicas cardiovasculares, entre otras, se suelen presentar en personas de todas las edades y sobre todo en mayores. 

Por otra parte, en cuanto a la oferta, los cuidados paliativos, tienen una historia joven. En México la primera unidad de cuidados paliativos se estableció en 1992 y en total se disponían en 2020 de 120 unidades en todo el país (1) lo que hace suponer que faltan muchas más para dar una atención justa a las personas considerando, que otros países de Latinoamérica, con mucho menos población, disponen de más unidades de cuidados paliativos, como es el caso de Argentina o mejor proporción de recursos asistenciales por millón de habitantes, como en Chile (1).  Los datos mundiales no son tampoco favorables. Según la OMS:

“Se estima que anualmente 40 millones de personas necesitan cuidados paliativos; el 78% de ellas viven en países de ingreso bajo e ingreso mediano. Actualmente, a nivel mundial, tan solo un 14% de las personas que necesitan asistencia paliativa la reciben” (2, s.p.).

Es verdad que los cuidados paliativos ya están reconocidos en la Ley General de Salud y que incluye el tomar medidas contra el ensañamiento terapéutico. El ensañamiento significa que ante una enfermedad incurable se sigan administrando tratamientos que resultan inútiles para modificar la enfermedad y que suelen producir sufrimiento a los pacientes. El eliminar el ensañamiento implica que en ciertas circunstancias es lícito suspender tratamientos que son muy gravosos para el paciente. ¿Es eso “eutanasia”? No. La eutanasia hace alusión al aceleramiento de la muerte del paciente con su consentimiento o no, por aliviarle de los sufrimientos de una enfermedad. También puede definirse de modo más preciso como “Acciones (u omisión de acciones) deliberadas llevadas a cabo por personal sanitario (o con su ayuda) para terminar con la vida de un paciente que sufre por su enfermedad que dadas sus condiciones de salud, su vida se valora indigna de ser vivida” (3, pp.16-17). 

No obstante, la solución no consiste en que los que sufren por una enfermedad opten por la eutanasia, sino que se ofrezcan las opciones y atenciones de cuidados paliativos. Por supuesto, se ha sostenido que los cuidados paliativos son muy caros y es mucho más económica la eutanasia. Del mismo modo, se podría argumentar, que combatir la pobreza en sus problemas de fondo es más difícil de resolver que dar dádivas. Lo anterior muestra que ese razonamiento de “ahorro” es falaz. El camino del bien a veces es difícil, pero no por eso menos obligatorio. El ofrecer cuidados paliativos de calidad y oportunos es el paso, que aunque sea mucho más complejo de alcanzar, debe ofrecerse como camino de respeto a la dignidad humana.

 

Referencias

 

Pastrana T, De Lima L, Sánchez-Cárdenas M, Van Steijn D, Garralda E, Pons JJ, Centeno C (2021). Atlas de Cuidados Paliativos en Latinoamérica 2020 (2ª ed.). Houston: IAHPC Press. Disponible en: https://cuidadospaliativos.org/uploads/2021/8/Atlas%20de%20Cuidados%20Paliativos%20en%20Latinoamerica%202020.pdf

OMS (2020). Cuidados paliativos. Disponible en: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/palliative-care

Gómez, J.E. (2003). La eutanasia. México: Universidad Anáhuac. 

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