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La Politocracia: Responsable de la Crisis en Venezuela

La profunda crisis que atañe hoy a Venezuela debe ser entendida como el producto de un juego político en donde...

10 de agosto, 2017

La profunda crisis que atañe hoy a Venezuela debe ser entendida como el producto de un juego político en donde la politocracia derrotó a la democracia y con ello a la utópica simulación de un bienestar social que no fue planteado más allá del dogma de políticas electorales. La necesidad de mantenerse en el poder y de derrotar al oponente antes que a los males del pueblo, llevó a los políticos a centrarse dentro de su propio juego y a cometer malos manejos económicos que le abrieron las puertas del poder a un “mesías carismático” cuyos herederos no han hecho más que agravar la crisis que el mismo sistema ya venía gestando. Develando de esta manera, a la politocracia – y no sólo a Maduro-, como la responsable de la crisis en Venezuela.

El enojo popular ante el fracaso de una democracia que había probado ser incapaz de retribuir la riqueza proveniente de los ingresos del petróleo, le permitió a Chávez construir un proyecto popular socialista, desde 1999 hasta su muerte en el 2013, que colapsó un año después cuando los precios del petróleo se fueron a la baja y encaminó al régimen a sustituir su lado carismático – mismo con el que habían minimizado a las instituciones- por el autoritario. Aquel que hoy se ostenta bajo el nombre de Nicolás Maduro y que utiliza la pobreza de “su pueblo” para mantenerse en el poder. Siendo esto solemnemente ejemplificado en el 2015, cuando después de ser el gran perdedor de las elecciones parlamentarias de ese año, se dirigió a los venezolanos diciendo : “ “Yo quería construir 500 mil viviendas el próximo año, pero yo ahorita lo estoy dudando, pero no porque no pueda construirlas, yo puedo construirlas, pero yo te pedí tu apoyo y no me los diste.”

De acuerdo con proyecciones hechas por el FMI si el colapso económico de Venezuela continúa, – el país que tiene las reservas petroleras más grandes del mundo-, se encontrará entre los más pobres de la región en términos de PIB per capita para el 2022, pero esto al parecer no significa nada para una clase dirigente cuya principal preocupación es permanecer en el poder y que reprime con las más inmundas técnicas de represión a una oposición -que al hacer mal su trabajo y concentrarse en una politocracia mermada- fue la misma que le abrió las puertas y que hoy paga sus errores cargando en su consciencia el caos en el que se encuentra el país y siendo excluida de las próximas elecciones en siete estados, -de los cuales cinco- le dieron la victoria en las parlamentarias del 2015. Sin embargo, no hay tormento que dure cien años, ni plátano maduro que no se pudra.

El sucesor de Chávez habrá de caer por su propio peso, porque el deterioro institucional y el colapso económico lo han hecho insostenible. No obstante, para que las cosas sean mejores antes que peores la oposición deberá aprovechar esta turbulencia para unirse en torno a un proyecto de nación en lugar de un enemigo, y darle fin a la absurda y tradicional politocracia en la que ha girado el sistema. Porque como bien nos ha enseñado Venezuela, cuando la politocracia le abre las puertas a la corrupción y a la ineficacia ,aparecen falsos mesías cuya única intención es saciar su ego antes que la sed del pueblo.

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