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Juventud, divino tesoro

La juventud de nuestro país es uno de los tesoros más grandes no sólo por las ventajas económicas...

9 de mayo, 2018

La juventud de nuestro país es uno de los tesoros más grandes no sólo por las ventajas económicas que este bono demográfico supone, sino que también, por el poder de decisión que este grupo de la población tendrá en la próxima elección. Se dice que el futuro del país está en manos de los jóvenes y es que esto algo tiene de verdad si se toma encuesta que representan aproximadamente el 40% del electorado. Sin embargo, también representan uno de los grupos más vulnerables. Por lo que se puede decir que el futuro del país está en manos de uno de los grupos más vulnerables.

De acuerdo con datos proporcionados por instituciones como el INGI y la CONEVAL más de la mitad de los 31 millones de jóvenes entre 15 y 29 años de edad vive en la pobreza. Mientras que en el caso de los jóvenes indígenas esta cifra se eleva a un poco más del 70 por ciento.

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Por otro lado hay otra serie de datos alarmantes que muestra la reacción en cadena que se detona de la ruptura de la cadena social y que acaba con el sueño de un futuro mejor para la mayoría de nuestros jóvenes. Con base a datos proporcionados por la SEP se sabe que 70 de cada 100 jóvenes no tienen oportunidad de llegar a la universidad. Cuestión que dese mis perspectiva está ligada con la información que presenta el INEGI cuando señala que 6 de cada 10 jóvenes trabajan en empleos informales con salarios bajos, inestabilidad laboral y sin prestaciones como servicios de salud y seguridad social. Así, la proporción de jóvenes que se ocupan de manera informal y que reciben hasta un salario mínimo es de 18.2%, en tanto que uno de cada tres (33.5%) recibe más de uno y hasta dos salarios mínimos, y uno de cada seis (16.4%) no cuentan con una remuneración. En suma, estas tres categorías representan 68.1% de la población joven que se ocupa de manera informal.

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Mientras que en relación a lo anterior datos proporcionados por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Asociación Civil Modernizando el Sistema Penitenciario no suenan tan descabellados y no dejan de ser alarmantes. Puesto que de los 30 millones de jóvenes que tenemos 30 mil trabajan para la delincuencia organizada en actividades que van desde la extorsión y el tráfico de personas, hasta la piratería y el narcotráfico. Al mismo tiempo que en Estados como la CDMX la mitad de la población carcelaria, estamos hablando de cerca de 40 mil internos, tiene entre 18 y 30 años.

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Este es el estado de “nuestro divino tesoro” y la radiografía perfecta de aquellos de los que se dice que tienen en el futuro del país en sus manos. Por lo que la pregunta aquí es ¿Qué futuro elegirán con el presente que les hemos dado?

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