Entre más analizo lo que pasa en el mundo más me doy cuenta que todo, pero absolutamente todo, es electoral. Todo es un show electoral. Nadie da paso sin huarache y, en esta ocasión, hay un payaso con dimensiones globales que sólo busca ser reelegido. Con esto me refiero a Donald Trump.
Desde la emergencia nacional para la construcción del muro, el diseño de la estrategia para la entrada de la ayuda humanitaria en Venezuela, el fracaso de la cumbre con Kim Jong-Un y hasta el supuesto avance en las conversaciones con China para ponerle fin a la guerra comercial, poco ha estado diseñado para el éxito y mucho para la campaña rumbo al 2020.
La estrategia de emergencia nacional para la construcción del muro tiene un impacto inmediato y posiciona en la mente de sus seguidores que su líder está haciendo su mejor intento por cumplir una de sus mayores promesas de campaña. Sobretodo cuando oleadas de migrantes parten de centro y sur América huyendo de sus duras realidades y buscan una mejor calidad de vida en esas tierras.
Por otro lado, los casos de Venezuela, Norcorea, y China nos muestran que el hecho de que Donald Trump intente proyectar una imagen de líder global no garantiza que lo logre. Esto se ve bien para quien no ose ir más allá de los titulares de los medios. Sin embargo, en la práctica dura y pura, nada de esto se refleja y la imagen de Estados Unidos en el sistema internacional pierde fuerza y cada día se ve más dañada.
La estrategia de la entrada de la ayuda humanitaria a Venezuela difícilmente iba a funcionar este momento y de esa manera. Es genuino que millones de venezolanos sufren y que la ayuda es necesaria, pero aun, no hemos llegado al punto en donde a Maduro ya no le alcance el dinero para pagarle al ejército. Con dinero baila el perro.
El fracaso de la cumbre en Hanoi con el líder norcoreano, Kim Jong-Un, y el supuesto avance en las negociaciones con China pintan sobre la misma línea. Porque, al igual que la vez pasada, era prácticamente imposible que Corea del Norte renunciara tan fácil a su única carta de negociación fuerte en la arena internacional, el armamento nuclear, así de fácil. Pero para sus seguidores lo que cuenta es que Trump lo intentó.
Finalmete el tema de China, de seguir así, podría tomarse como una de las mayores victorias internacionales del mandatario que llega “afortunadamente” dentro de la curva electoral. No obstante, el hecho de que los aranceles paren, no logrará que se detenga la competencia entre estas dos naciones en temas importantes como lo son la tecnología, lo militar y lo cibernético. Es como querer tapar el sol con un dedo.
Saquemos las palomitas mientras que el payaso sigue con su circo electoral para ser reelegido.
El último en salir apague la luz.
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