Por qué nos mareamos en los coches (pero menos en los asientos delanteros)

Autoría   Juan Pérez Fernández Investigador Ramón y Cajal, CINBIO, Universidade de Vigo Paula Rivas Ramírez Investigador postdoctoral, Universidade de Vigo   Entretener a los niños durante un largo viaje en coche no resulta tarea fácil. En...

19 de abril, 2023 Por qué nos mareamos en los coches (pero menos en los asientos delanteros)

Autoría

 

  1. Investigador Ramón y Cajal, CINBIO, Universidade de Vigo

  2. Investigador postdoctoral, Universidade de Vigo

 

Entretener a los niños durante un largo viaje en coche no resulta tarea fácil. En estos casos solemos hacer la situación más llevadera dejándoles que lean cuentos o que usen la tablet para jugar o ver películas.

Sin embargo, este distendido momento puede volverse una odisea cuando alguno de los pasajeros palidece y anuncia que se le está revolviendo el estómago y siente náuseas. Y es que mantener la vista fija en un punto mientras el vehículo se mueve puede provocar, en algunas personas, una desagradable sensación de mareo. ¿Qué la desencadena? ¿Y por qué no les suele pasar al conductor ni al acompañante que ocupan los asientos delanteros?

Conjunción de sentidos

Para entender la sensación de mareo por movimiento, llamada cinetosis, tenemos que hablar de los mecanismos de orientación espacial. Es decir, de cómo ubicamos nuestra posición en el espacio que nos rodea para distinguir, por ejemplo, dónde es arriba y dónde abajo. Así podemos mantener la postura corporal, movernos e interactuar con nuestro ambiente.

En esta tarea participan principalmente tres sistemas: el vestibular, el visual y el propioceptivo, de los que ahora contaremos más detalles.

 

Te puede interesar:

La recuperación de nuestra economía

 

Mantener la postura corporal depende principalmente de un sentido que, a pesar de su importancia, no está incluido en la clásica e incorrecta lista de cinco que todos conocemos. Se trata del sentido del equilibrio, mediado por el sistema vestibular. Además de mantener la postura corporal y el equilibrio, realiza otras funciones importantísimas, como permitirnos fijar la vista en un punto.

El sentido del equilibrio está localizado en nuestro oído interno y consta de dos componentes: los canales semicirculares, que detectan rotaciones; y los otolitos, que captan aceleraciones lineales, incluyendo la gravedad. De este modo, el sistema vestibular nos faculta para determinar nuestra posición y saber cuándo nos estamos moviendo.

Sin embargo, tiene sus limitaciones. Por ejemplo, si nos movemos a una velocidad constante, entonces no hay aceleración y, por lo tanto, el sistema vestibular no detecta dicho movimiento. Esto explica la sensación de permanecer inmóviles mientras subimos o bajamos en un ascensor.

La vista sí engaña

Por otra parte, si estamos viendo que todo se mueve a nuestro alrededor, lo más seguro es que seamos nosotros los que nos estemos desplazando. Por lo tanto, para mantener la postura corporal también juega un papel importante la vista. Pero el sistema visual tampoco es infalible, y a veces la escena que estamos mirando se mueve a pesar de que nosotros permanezcamos quietos.

Un ejemplo es estar parado cerca de un vehículo grande, como un autobús, que de repente se mueve, dándonos la sensación de que somos nosotros quienes nos desplazamos. Esto ocurre porque el autobús ocupa una gran parte de lo que estamos viendo.

Por lo tanto, el sistema vestibular y el visual se complementan haciendo que nuestra orientación espacial sea más precisa, y hay otros sistemas que también contribuyen. Uno de ellos es el sistema propioceptivo, que usa sensores en los músculos, tendones y articulaciones para saber la fuerza y la posición generados por nuestros propios movimientos.

Informaciones en conflicto

El uso de diferentes estrategias hace que nuestra orientación espacial funcione muy bien en la mayoría de los escenarios. Sin embargo, durante la historia más reciente, los inventos de los humanos han creado nuevas situaciones que suponen un desafío para nuestra orientación espacial.

Los parques de atracciones, por ejemplo, son un espacio creado con el fin de llevar dicha orientación al extremo. También los medios de transporte crean una alteración de las condiciones que moldearon esa capacidad de situarnos en el espacio a lo largo de la evolución. Y el coche no es una excepción.

Cuando leemos o vemos una película dentro de un vehículo en marcha, nuestro sistema visual se concentra en un punto. Mientras que el sistema propioceptivo nos indica que estamos sentados inmóviles dentro del vehículo, el vestibular nos avisa de que nos encontramos en movimiento. Es decir, a nuestro cerebro llegan informaciones contradictorias a través de estos tres sistemas.

Así mismo puede haber conflicto cuando vemos por la ventanilla pasar objetos a gran velocidad, ya que, al verse borrosos, el cerebro no logra interpretar esa información. Esto también ayuda a marearnos.

Al hacernos mayores, ya podemos conquistar el asiento delantero, en donde gozamos de un campo visual mucho más amplio y podemos observar el horizonte lejano moviéndose lentamente a través del parabrisas. Este lugar privilegiado resuelve el conflicto entre el sistema visual y el vestibular debido a que el cerebro recibe información similar de la dirección y de la velocidad del movimiento a través de los oídos y los ojos.

Otra solución a esta guerra entre sistemas es mantener la cabeza apoyada y lo más recta posible para no alterar todavía más el sistema vestibular. Aunque, sin duda, la mejor opción es parar el vehículo de vez en cuando y dar un pequeño paseo para reestablecer el equilibrio entre los sistemas.

 

Te puede interesar:

¿Desglobalización o reglobalización?

Comentarios


object(WP_Query)#24349 (52) { ["query"]=> array(5) { ["cat"]=> int(8667) ["posts_per_page"]=> int(2) ["orderby"]=> string(4) "rand" ["post__not_in"]=> array(1) { [0]=> int(91710) } ["date_query"]=> array(1) { [0]=> array(3) { ["after"]=> string(10) "29-04-2023" ["before"]=> string(10) "27-05-2023" ["inclusive"]=> bool(true) } } } ["query_vars"]=> array(67) { ["cat"]=> int(8667) ["posts_per_page"]=> int(2) ["orderby"]=> string(4) "rand" ["post__not_in"]=> array(1) { [0]=> int(91710) } ["date_query"]=> array(1) { [0]=> array(3) { ["after"]=> string(10) "29-04-2023" ["before"]=> string(10) "27-05-2023" ["inclusive"]=> bool(true) } } ["error"]=> string(0) "" ["m"]=> string(0) "" ["p"]=> int(0) ["post_parent"]=> string(0) "" ["subpost"]=> string(0) "" ["subpost_id"]=> string(0) "" ["attachment"]=> string(0) "" ["attachment_id"]=> int(0) ["name"]=> string(0) "" ["pagename"]=> string(0) "" ["page_id"]=> int(0) ["second"]=> string(0) "" ["minute"]=> string(0) "" ["hour"]=> string(0) "" ["day"]=> int(0) ["monthnum"]=> int(0) ["year"]=> int(0) ["w"]=> int(0) ["category_name"]=> string(17) "salud-y-bienestar" ["tag"]=> string(0) "" ["tag_id"]=> string(0) "" ["author"]=> string(0) "" ["author_name"]=> string(0) "" ["feed"]=> string(0) "" ["tb"]=> string(0) "" ["paged"]=> int(0) ["meta_key"]=> string(0) "" ["meta_value"]=> string(0) "" ["preview"]=> string(0) "" ["s"]=> string(0) "" ["sentence"]=> string(0) "" ["title"]=> string(0) "" ["fields"]=> string(0) "" ["menu_order"]=> string(0) "" ["embed"]=> string(0) "" ["category__in"]=> array(0) { } ["category__not_in"]=> array(0) { } ["category__and"]=> array(0) { } ["post__in"]=> array(0) { } ["post_name__in"]=> array(0) { } ["tag__in"]=> array(0) { } ["tag__not_in"]=> array(0) { } ["tag__and"]=> array(0) { } ["tag_slug__in"]=> array(0) { } ["tag_slug__and"]=> array(0) { } ["post_parent__in"]=> array(0) { } ["post_parent__not_in"]=> array(0) { } ["author__in"]=> array(0) { } ["author__not_in"]=> array(0) { } ["search_columns"]=> array(0) { } ["ignore_sticky_posts"]=> bool(false) ["suppress_filters"]=> bool(false) ["cache_results"]=> bool(true) ["update_post_term_cache"]=> bool(true) ["update_menu_item_cache"]=> bool(false) ["lazy_load_term_meta"]=> bool(true) ["update_post_meta_cache"]=> bool(true) ["post_type"]=> string(0) "" ["nopaging"]=> bool(false) ["comments_per_page"]=> string(2) "50" ["no_found_rows"]=> bool(false) ["order"]=> string(0) "" } ["tax_query"]=> object(WP_Tax_Query)#24442 (6) { ["queries"]=> array(1) { [0]=> array(5) { ["taxonomy"]=> string(8) "category" ["terms"]=> array(1) { [0]=> int(8667) } ["field"]=> string(7) "term_id" ["operator"]=> string(2) "IN" ["include_children"]=> bool(true) } } ["relation"]=> string(3) "AND" ["table_aliases":protected]=> array(1) { [0]=> string(21) "rt_term_relationships" } ["queried_terms"]=> array(1) { ["category"]=> array(2) { ["terms"]=> array(1) { [0]=> int(8667) } ["field"]=> string(7) "term_id" } } ["primary_table"]=> string(8) "rt_posts" ["primary_id_column"]=> string(2) "ID" } ["meta_query"]=> object(WP_Meta_Query)#24440 (9) { ["queries"]=> array(0) { } ["relation"]=> NULL ["meta_table"]=> NULL ["meta_id_column"]=> NULL ["primary_table"]=> NULL ["primary_id_column"]=> NULL ["table_aliases":protected]=> array(0) { } ["clauses":protected]=> array(0) { } ["has_or_relation":protected]=> bool(false) } ["date_query"]=> object(WP_Date_Query)#24441 (5) { ["queries"]=> array(4) { [0]=> array(6) { ["after"]=> string(10) "29-04-2023" ["before"]=> string(10) "27-05-2023" ["inclusive"]=> bool(true) ["column"]=> string(9) "post_date" ["compare"]=> string(1) "=" ["relation"]=> string(3) "AND" } ["column"]=> string(9) "post_date" ["compare"]=> string(1) "=" ["relation"]=> string(3) "AND" } ["relation"]=> string(3) "AND" ["column"]=> string(18) "rt_posts.post_date" ["compare"]=> string(1) "=" ["time_keys"]=> array(14) { [0]=> string(5) "after" [1]=> string(6) "before" [2]=> string(4) "year" [3]=> string(5) "month" [4]=> string(8) "monthnum" [5]=> string(4) "week" [6]=> string(1) "w" [7]=> string(9) "dayofyear" [8]=> string(3) "day" [9]=> string(9) "dayofweek" [10]=> string(13) "dayofweek_iso" [11]=> string(4) "hour" [12]=> string(6) "minute" [13]=> string(6) "second" } } ["request"]=> string(505) " SELECT SQL_CALC_FOUND_ROWS rt_posts.ID FROM rt_posts LEFT JOIN rt_term_relationships ON (rt_posts.ID = rt_term_relationships.object_id) WHERE 1=1 AND ( ( rt_posts.post_date >= '2023-04-29 00:00:00' AND rt_posts.post_date <= '2023-05-27 00:00:00' ) ) AND rt_posts.ID NOT IN (91710) AND ( rt_term_relationships.term_taxonomy_id IN (8667) ) AND ((rt_posts.post_type = 'post' AND (rt_posts.post_status = 'publish'))) GROUP BY rt_posts.ID ORDER BY RAND() LIMIT 0, 2 " ["posts"]=> array(2) { [0]=> object(WP_Post)#24351 (24) { ["ID"]=> int(92709) ["post_author"]=> string(3) "202" ["post_date"]=> string(19) "2023-05-16 21:05:03" ["post_date_gmt"]=> string(19) "2023-05-17 02:05:03" ["post_content"]=> string(7283) "Autor: | Profesora Asociada en Ciencias de la Salud Quizás sea una de esas mujeres que se ha dado de bruces contra la realidad cuando, a pesar de tener instinto materno, se ha encontrado perdida y confundida ante la llegada de su bebé. Puede que incluso no haya sentido esa felicidad radiante de la que tanto le han hablado a lo largo de su vida. Tranquila: probablemente no le ocurra nada enfermizo ni patológico. Bienvenida a la maternidad real. Y, por supuesto, felicidades si usted es de ese grupo de madres que sí están pletóricas. ¡Aproveche el momento! Mucho se ha especulado y bastante poco se ha investigado acerca de lo que le pasa a las mujeres durante la época del embarazo y del parto, si bien en los últimos años existe un creciente interés en conocer los cambios neurobiológicos, psicológicos y contextuales que confluyen durante la etapa perinatal.

Torbellino de cambios y emociones

En primer lugar, la evidencia científica muestra el papel de los factores genéticos y epigenéticos durante la gestación y los cambios experimentados en el cuerpo y el cerebro de la madre que la preparan para atender y vincularse con su futuro bebé. Uno de los factores que más contribuyen a esta eclosión tiene que ver con el torrente hormonal; de ahí esos cambios de humor tan característicos. En segundo lugar, durante este periodo hay que tener muy en cuenta la personalidad de la mujer (por ejemplo, si presenta un elevado neuroticismo), el estilo de apego ansioso, sus expectativas, carencias, anhelos y percepciones de la realidad, de sí misma y de su papel futuro como madre. No menos importante es la influencia del contexto, de eventos estresantes que pueden llegar (un despido, un fallecimiento, una enfermedad, una ruptura de pareja…) en el momento más inoportuno. Todos estos factores –biológicos, psicológicos y coyunturales– pueden socavar los ánimos de la gestante.

Un grave obstáculo para la crianza

Pero cuando hablamos de depresión posparto, ¿a qué nos referimos exactamente? Es un trastorno mental que se inicia habitualmente durante el embarazo y eclosiona en las semanas inmediatas al parto. Una de cada diez mujeres  experimenta este estado de ánimo patológico, aunque la cifra varía según el contexto socioeconómico, con mayores tasas en países con rentas más bajas. La prevención de estas alteraciones es de vital importancia porque afecta necesariamente a la madre y a la cría. La situación de tristeza y apatía conlleva tremendas dificultades para llevar a cabo los cuidados necesarios y exigentes de un bebé dependiente las 24 horas del día los siete días de la semana. Sí, criar no tiene horarios ni vacaciones y, por supuesto, es para toda la vida. Aunque parece obvio, no siempre se tiene en cuenta que cuando nace un bebé, también lo hace la madre. Este proceso natural (y a menudo turbulento) de transición a la maternidad, la llamada matrescencia, a menudo es silenciado por la vergüenza de no sentir la felicidad idealizada o por experimentar una crisis vital.

¿"Baby blues" o depresión?

No pocas mujeres refieren que, lejos de tratarse de un periodo de plenitud, lo perciben como una carga, un castigo o una barrera en su desarrollo profesional, social y personal. En ocasiones, este malestar o disonancia puede etiquetarse incorrectamente como depresión posparto. Porque lo que la mayor parte de las mujeres experimentan es un periodo de malestar emocional o disforia posparto conocido como baby blues. A ojos de una persona ajena al gremio sanitario, podría confundirse con un trastorno afectivo, pero es bastante diferente. El baby blues suele aparecer entre la primera y la tercera semana posparto. Puede manifestarse con fluctuaciones en el estado de ánimo o ganas de llorar, pero no produce cambios relevantes en la autoestima. Aunque la mujer no duerma como antes, puede hacerlo según el ritmo del bebé. La sensación de cansancio mejora o se elimina con el descanso y, sobre todo, la madre es capaz de sentir placer, alegría e ilusión. Por contra, la depresión comienza a dar señales habitualmente durante el embarazo y genera un estado de ánimo decaído, triste, desesperanzado. La afectada tiene una baja autoestima, puede sentirse fracasada o incapaz como madre y exhibe una culpa exagerada. La madre deprimida también sufre insomnio y no consigue descansar ni reducir la fatiga con siestas o periodos de reposo. Y, por supuesto, pierde la capacidad de disfrute o entretenimiento (anhedonia), carencia que no se revierte ni con visitas o estímulos que anteriormente la animaban. También es importante destacar que las conductas suicidas suelen pasar desapercibidas durante este periodo de “felicidad obligatoria”. Sin embargo, recientes estudios muestran que entre un 5-14 % de madres afirman tener ideas suicidas, y que el acto consumado es la primera causa de muerte de las mujeres durante el periodo perinatal en países occidentales.

Factores de riesgo

Como se ha mencionado, nueve de cada diez madres no desarrollan este tipo de trastorno mental. Los factores de riesgo que predisponen a padecerlo son, entre otros: antecedentes personales o familiares de trastorno mental; falta de apoyo de la pareja, de la familia o del entorno social; pérdida de embarazos anteriores (duelos no resueltos, abortos); percepción de embarazo complicado; actitudes negativas hacia el embarazo; estrategias de afrontamiento inadecuadas (por ejemplo, consumir drogas); situaciones vitales estresantes (estrecheces económicas, despido laboral, problemas de pareja..); y haber sufrido abusos sexuales, maltrato o violencia. Prevenir este tipo de trastornos es responsabilidad de todos. La próxima vez que vea una mujer embarazada o recién parida, pregunte sin juzgar, observe si está arreglada, eche una mano o muéstrese disponible para ella. Y, por supuesto, si cree que puede estar teniendo una depresión, llévela al centro de salud para que pueda recibir ayuda especializada. Recuerde: la mayor parte de mujeres con depresión posparto que reciben un tratamiento adecuado se recuperan a los meses de haber iniciado el tratamiento." ["post_title"]=> string(45) "La depresión posparto, una tormenta perfecta" ["post_excerpt"]=> string(0) "" ["post_status"]=> string(7) "publish" ["comment_status"]=> string(6) "closed" ["ping_status"]=> string(6) "closed" ["post_password"]=> string(0) "" ["post_name"]=> string(43) "la-depresion-posparto-una-tormenta-perfecta" ["to_ping"]=> string(0) "" ["pinged"]=> string(0) "" ["post_modified"]=> string(19) "2023-05-16 21:05:03" ["post_modified_gmt"]=> string(19) "2023-05-17 02:05:03" ["post_content_filtered"]=> string(0) "" ["post_parent"]=> int(0) ["guid"]=> string(35) "https://ruizhealytimes.com/?p=92709" ["menu_order"]=> int(0) ["post_type"]=> string(4) "post" ["post_mime_type"]=> string(0) "" ["comment_count"]=> string(1) "0" ["filter"]=> string(3) "raw" } [1]=> object(WP_Post)#24392 (24) { ["ID"]=> int(92744) ["post_author"]=> string(3) "202" ["post_date"]=> string(19) "2023-05-18 10:42:07" ["post_date_gmt"]=> string(19) "2023-05-18 15:42:07" ["post_content"]=> string(9673) "

Autoría

Profesor de Investigación, Biología Sintética, Centro Nacional de Biotecnología (CNB - CSIC)

  Un viento fuerte lleva ya algunos años soplando en las ciencias de la vida. Se llama biología sintética. Y como cualquier viento fuerte, puede empujar al barco mucho más allá del territorio conocido. En su versión contemporánea, la biología sintética nació en los primeros años del siglo XXI. Y no precisamente en el mundo de la biología, sino entre los ingenieros electrónicos y computacionales del área de la bahía de Boston. Algunos académicos de ese entorno comenzaron a preguntarse por las interacciones entre los componentes materiales de un sistema vivo que hace (como en cualquier máquina fabricada por humanos) que funcionen como funcionan. Para ello hay que abordarlos no con una perspectiva evolutiva (como es habitual entre los biólogos), sino con abstracciones y métodos de análisis tomados de la electrónica, la manufactura industrial y la computación, junto con sus correspondientes herramientas matemáticas. Y así nace la biología sintética, que es, nada más y nada menos, que mirar a los sistemas vivos y su complejidad a través de la lente de la ingeniería.

Como piezas de LEGO

Con esa perspectiva, cualquier sistema biológico, por complicado que sea, se puede descomponer en un conjunto finito de módulos y dispositivos. Estos a su vez se pueden dividir en partes con formatos, conectividades y funcionalidades definidas, todas ellas codificadas en secuencias de ADN.

Te puede interesar:

Conviene echarse la siesta para ser un buen deportista

  Y aquí viene la proposición más novedosa (e inquietante) de la biología sintética: con esa misma lógica y jerarquía de partes, dispositivos, módulos y sistemas, uno puede reconectar de forma racional esos ingredientes biológicos de una forma distinta para dar lugar a propiedades no existentes antes en la naturaleza. Es como descomponer una máquina hecha con piezas de LEGO y construir con ellas otra máquina distinta. De esta forma, la relación de la ingeniería con la biología deja de ser metafórica (como en la ya clásica ingeniería genética) para convertirse en una verdadera metodología constructiva y deconstructiva de los objetos vivos. Si nuestros antepasados usaban la madera de los árboles para hacer vigas y casas, la biología sintética emplea partes biológicas codificadas en el ADN para construir racionalmente ítems biológicos con propiedades distintas a las ya existentes. La utilización de bacterias como un film fotográfico, como sensores ópticos de minas antipersonales o como productores de combustibles son solo algunos ejemplos tempranos de ese enorme potencial. Este nuevo marco conceptual tiene sus raíces en la biología molecular (iniciada por los físicos después de la Segunda Guerra Mundial) y la biología de sistemas (la comprensión matemática de la complejidad biológica), pero diverge de ellas porque su agenda no es entender, sino hacer. Esto la convierte en una especie de tercera ola de la biotecnología tras la primera, antes del ADN recombinante, y la segunda, iniciada con el desarrollo de las técnicas de clonación a mediados de los 1970. En ese sentido, la biología sintética permite que la biotecnología cumpla su agenda definitiva y se convierta en un tipo más de ingeniería.

Comprender el origen de la vida

Aunque estos principios generales tienen muchas ramificaciones, la biología sintética viene sobre todo en dos sabores. Uno, como herramienta para contestar preguntas fundamentales, siguiendo la famosa afirmación póstuma del físico Richard Feymann de que “lo que no puedo crear, no lo entiendo”. Es decir, que la reconstrucción racional de un sistema es la prueba definitiva de que comprendemos su funcionamiento. No en vano, una rama muy importante de este campo persigue construir células en el laboratorio a partir de precursores simples como una forma de entender el origen de la vida (y, de paso, revisando críticamente los experimentos de Louis Pasteur sobre la generación espontánea). [caption id="attachment_92787" align="alignnone" width="804"]Los dos caminos para mapear la transición de la no-vida a la vida. Author provided Los dos caminos para mapear la transición de la no-vida a la vida. Author provided[/caption] Algunos plantean que la creación de vida en el laboratorio es el Proyecto Manhattan (el que condujo a la fabricación de la bomba atómica) de la biología. Aunque cuando se consiga, más temprano que tarde, el impacto en los diversos sistemas de creencias será mucho menor que el que muchos anticipan.

Tejidos con colores programados genéticamente y otras aplicaciones

Pero lo más llamativo de la biología sintética no es tanto responder a preguntas fundamentales, sino llevar a la biotecnología a niveles de eficacia sin precedentes y expandir su aprovechamiento mucho más allá de las aplicaciones tradicionales en medicina y agricultura. Esto es posible gracias a la capacidad creciente de escribir secuencias de ADN con instrucciones nuevas que son interpretadas como software por un recipiente biológico, ahora renombrado “chasis” en la jerga del campo. Esto permite una reprogramación deliberada de los sistemas vivos no solo en su capacidad de producir compuestos de interés, sino también en su morfología física, sus movimientos y sus programas de desarrollo macroscópico. Las posibilidades abiertas por esta capacidad de reescribir el ADN son inmensas y los campos de aplicación, ilimitados: desde los productos textiles funcionalizados (por ejemplo, sustitutos del cuero animal con colores programados genéticamente) a la bioarquitectura con tecnologías microbianas, pasando por supuesto por la medicina y la agricultura.

Un coro de voces críticas

Todas estas ideas y tecnologías han sido recibidos con entusiasmo por algunas comunidades científicas y técnicas, en especial la biotecnológica. Pero también con escepticismo, si no con hostilidad, por otras. Parte del establishment académico, sobre todo en Europa, no se siente cómoda con que la biología sea invadida (y mucho menos explicada) por disciplinas ajenas a las tradicionales ciencias de la vida. Otros opositores a la biología sintética (herederos del activismo contra los organismos genéticamente modificados) tienen motivaciones fundamentalmente políticas. Argumentan que este campo no es más que una nueva herramienta al servicio del neoliberalismo y de la explotación sin freno de la naturaleza en beneficio de unos pocos. Algunos también levantan objeciones éticas sobre la desacralización de la vida que va implícita en el discurso de esa disciplina. Asimismo, llueven las críticas desde la perspectiva de los riesgos asociados a generar nuevos agentes biológicos, su seguridad y el posible uso malévolo de la tecnología. Hay algo de todo esto en el ecosistema que se está formando alrededor del nuevo campo. Pero también es cierto que, gracias a nuestro aprendizaje del lenguaje y la lógica de lo vivo y su inmensa capacidad de resolver problemas con mecanismos evolutivos, pasemos pronto de los intentos actuales de tecnificar la biología a ver una creciente biologización de la tecnología en beneficio de la sostenibilidad. Como toda nueva ola científico-técnica, el diablo está mucho más en los detalles de su utilización que en la cosa en sí misma.  

Te puede interesar:

Las caries causan enfermedades fuera de la boca

" ["post_title"]=> string(96) "La revolución de la biología sintética: ingeniería para domesticar la complejidad de la vida" ["post_excerpt"]=> string(0) "" ["post_status"]=> string(7) "publish" ["comment_status"]=> string(6) "closed" ["ping_status"]=> string(6) "closed" ["post_password"]=> string(0) "" ["post_name"]=> string(91) "la-revolucion-de-la-biologia-sintetica-ingenieria-para-domesticar-la-complejidad-de-la-vida" ["to_ping"]=> string(0) "" ["pinged"]=> string(0) "" ["post_modified"]=> string(19) "2023-05-18 10:42:07" ["post_modified_gmt"]=> string(19) "2023-05-18 15:42:07" ["post_content_filtered"]=> string(0) "" ["post_parent"]=> int(0) ["guid"]=> string(35) "https://ruizhealytimes.com/?p=92744" ["menu_order"]=> int(0) ["post_type"]=> string(4) "post" ["post_mime_type"]=> string(0) "" ["comment_count"]=> string(1) "0" ["filter"]=> string(3) "raw" } } ["post_count"]=> int(2) ["current_post"]=> int(-1) ["in_the_loop"]=> bool(false) ["post"]=> object(WP_Post)#24351 (24) { ["ID"]=> int(92709) ["post_author"]=> string(3) "202" ["post_date"]=> string(19) "2023-05-16 21:05:03" ["post_date_gmt"]=> string(19) "2023-05-17 02:05:03" ["post_content"]=> string(7283) "Autor: | Profesora Asociada en Ciencias de la Salud Quizás sea una de esas mujeres que se ha dado de bruces contra la realidad cuando, a pesar de tener instinto materno, se ha encontrado perdida y confundida ante la llegada de su bebé. Puede que incluso no haya sentido esa felicidad radiante de la que tanto le han hablado a lo largo de su vida. Tranquila: probablemente no le ocurra nada enfermizo ni patológico. Bienvenida a la maternidad real. Y, por supuesto, felicidades si usted es de ese grupo de madres que sí están pletóricas. ¡Aproveche el momento! Mucho se ha especulado y bastante poco se ha investigado acerca de lo que le pasa a las mujeres durante la época del embarazo y del parto, si bien en los últimos años existe un creciente interés en conocer los cambios neurobiológicos, psicológicos y contextuales que confluyen durante la etapa perinatal.

Torbellino de cambios y emociones

En primer lugar, la evidencia científica muestra el papel de los factores genéticos y epigenéticos durante la gestación y los cambios experimentados en el cuerpo y el cerebro de la madre que la preparan para atender y vincularse con su futuro bebé. Uno de los factores que más contribuyen a esta eclosión tiene que ver con el torrente hormonal; de ahí esos cambios de humor tan característicos. En segundo lugar, durante este periodo hay que tener muy en cuenta la personalidad de la mujer (por ejemplo, si presenta un elevado neuroticismo), el estilo de apego ansioso, sus expectativas, carencias, anhelos y percepciones de la realidad, de sí misma y de su papel futuro como madre. No menos importante es la influencia del contexto, de eventos estresantes que pueden llegar (un despido, un fallecimiento, una enfermedad, una ruptura de pareja…) en el momento más inoportuno. Todos estos factores –biológicos, psicológicos y coyunturales– pueden socavar los ánimos de la gestante.

Un grave obstáculo para la crianza

Pero cuando hablamos de depresión posparto, ¿a qué nos referimos exactamente? Es un trastorno mental que se inicia habitualmente durante el embarazo y eclosiona en las semanas inmediatas al parto. Una de cada diez mujeres  experimenta este estado de ánimo patológico, aunque la cifra varía según el contexto socioeconómico, con mayores tasas en países con rentas más bajas. La prevención de estas alteraciones es de vital importancia porque afecta necesariamente a la madre y a la cría. La situación de tristeza y apatía conlleva tremendas dificultades para llevar a cabo los cuidados necesarios y exigentes de un bebé dependiente las 24 horas del día los siete días de la semana. Sí, criar no tiene horarios ni vacaciones y, por supuesto, es para toda la vida. Aunque parece obvio, no siempre se tiene en cuenta que cuando nace un bebé, también lo hace la madre. Este proceso natural (y a menudo turbulento) de transición a la maternidad, la llamada matrescencia, a menudo es silenciado por la vergüenza de no sentir la felicidad idealizada o por experimentar una crisis vital.

¿"Baby blues" o depresión?

No pocas mujeres refieren que, lejos de tratarse de un periodo de plenitud, lo perciben como una carga, un castigo o una barrera en su desarrollo profesional, social y personal. En ocasiones, este malestar o disonancia puede etiquetarse incorrectamente como depresión posparto. Porque lo que la mayor parte de las mujeres experimentan es un periodo de malestar emocional o disforia posparto conocido como baby blues. A ojos de una persona ajena al gremio sanitario, podría confundirse con un trastorno afectivo, pero es bastante diferente. El baby blues suele aparecer entre la primera y la tercera semana posparto. Puede manifestarse con fluctuaciones en el estado de ánimo o ganas de llorar, pero no produce cambios relevantes en la autoestima. Aunque la mujer no duerma como antes, puede hacerlo según el ritmo del bebé. La sensación de cansancio mejora o se elimina con el descanso y, sobre todo, la madre es capaz de sentir placer, alegría e ilusión. Por contra, la depresión comienza a dar señales habitualmente durante el embarazo y genera un estado de ánimo decaído, triste, desesperanzado. La afectada tiene una baja autoestima, puede sentirse fracasada o incapaz como madre y exhibe una culpa exagerada. La madre deprimida también sufre insomnio y no consigue descansar ni reducir la fatiga con siestas o periodos de reposo. Y, por supuesto, pierde la capacidad de disfrute o entretenimiento (anhedonia), carencia que no se revierte ni con visitas o estímulos que anteriormente la animaban. También es importante destacar que las conductas suicidas suelen pasar desapercibidas durante este periodo de “felicidad obligatoria”. Sin embargo, recientes estudios muestran que entre un 5-14 % de madres afirman tener ideas suicidas, y que el acto consumado es la primera causa de muerte de las mujeres durante el periodo perinatal en países occidentales.

Factores de riesgo

Como se ha mencionado, nueve de cada diez madres no desarrollan este tipo de trastorno mental. Los factores de riesgo que predisponen a padecerlo son, entre otros: antecedentes personales o familiares de trastorno mental; falta de apoyo de la pareja, de la familia o del entorno social; pérdida de embarazos anteriores (duelos no resueltos, abortos); percepción de embarazo complicado; actitudes negativas hacia el embarazo; estrategias de afrontamiento inadecuadas (por ejemplo, consumir drogas); situaciones vitales estresantes (estrecheces económicas, despido laboral, problemas de pareja..); y haber sufrido abusos sexuales, maltrato o violencia. Prevenir este tipo de trastornos es responsabilidad de todos. La próxima vez que vea una mujer embarazada o recién parida, pregunte sin juzgar, observe si está arreglada, eche una mano o muéstrese disponible para ella. Y, por supuesto, si cree que puede estar teniendo una depresión, llévela al centro de salud para que pueda recibir ayuda especializada. Recuerde: la mayor parte de mujeres con depresión posparto que reciben un tratamiento adecuado se recuperan a los meses de haber iniciado el tratamiento." ["post_title"]=> string(45) "La depresión posparto, una tormenta perfecta" ["post_excerpt"]=> string(0) "" ["post_status"]=> string(7) "publish" ["comment_status"]=> string(6) "closed" ["ping_status"]=> string(6) "closed" ["post_password"]=> string(0) "" ["post_name"]=> string(43) "la-depresion-posparto-una-tormenta-perfecta" ["to_ping"]=> string(0) "" ["pinged"]=> string(0) "" ["post_modified"]=> string(19) "2023-05-16 21:05:03" ["post_modified_gmt"]=> string(19) "2023-05-17 02:05:03" ["post_content_filtered"]=> string(0) "" ["post_parent"]=> int(0) ["guid"]=> string(35) "https://ruizhealytimes.com/?p=92709" ["menu_order"]=> int(0) ["post_type"]=> string(4) "post" ["post_mime_type"]=> string(0) "" ["comment_count"]=> string(1) "0" ["filter"]=> string(3) "raw" } ["comment_count"]=> int(0) ["current_comment"]=> int(-1) ["found_posts"]=> int(7) ["max_num_pages"]=> float(4) ["max_num_comment_pages"]=> int(0) ["is_single"]=> bool(false) ["is_preview"]=> bool(false) ["is_page"]=> bool(false) ["is_archive"]=> bool(true) ["is_date"]=> bool(false) ["is_year"]=> bool(false) ["is_month"]=> bool(false) ["is_day"]=> bool(false) ["is_time"]=> bool(false) ["is_author"]=> bool(false) ["is_category"]=> bool(true) ["is_tag"]=> bool(false) ["is_tax"]=> bool(false) ["is_search"]=> bool(false) ["is_feed"]=> bool(false) ["is_comment_feed"]=> bool(false) ["is_trackback"]=> bool(false) ["is_home"]=> bool(false) ["is_privacy_policy"]=> bool(false) ["is_404"]=> bool(false) ["is_embed"]=> bool(false) ["is_paged"]=> bool(false) ["is_admin"]=> bool(false) ["is_attachment"]=> bool(false) ["is_singular"]=> bool(false) ["is_robots"]=> bool(false) ["is_favicon"]=> bool(false) ["is_posts_page"]=> bool(false) ["is_post_type_archive"]=> bool(false) ["query_vars_hash":"WP_Query":private]=> string(32) "3a3800b23ecf4b0cbe3dc2123570c4ef" ["query_vars_changed":"WP_Query":private]=> bool(false) ["thumbnails_cached"]=> bool(false) ["allow_query_attachment_by_filename":protected]=> bool(false) ["stopwords":"WP_Query":private]=> NULL ["compat_fields":"WP_Query":private]=> array(2) { [0]=> string(15) "query_vars_hash" [1]=> string(18) "query_vars_changed" } ["compat_methods":"WP_Query":private]=> array(2) { [0]=> string(16) "init_query_flags" [1]=> string(15) "parse_tax_query" } }

La depresión posparto, una tormenta perfecta

Autor: Teresa Bobes-Bascarán| Profesora Asociada en Ciencias de la Salud Quizás sea una de esas mujeres que se ha dado de bruces...

mayo 16, 2023
La revolución de la biología sintética

La revolución de la biología sintética: ingeniería para domesticar la complejidad de la vida

Autoría Víctor de Lorenzo Prieto Profesor de Investigación, Biología Sintética, Centro Nacional de Biotecnología (CNB – CSIC)   Un viento fuerte lleva...

mayo 18, 2023




Más de categoría
¿De verdad se ha descubierto el “vínculo literal” entre la mente y el cuerpo?

¿De verdad se ha descubierto el “vínculo literal” entre la mente y el cuerpo?

Autoría Javier Bernácer Investigador en el Grupo Mente-Cerebro, Instituto Cultura y Sociedad (ICS), Universidad de Navarra   Hace unos...

mayo 18, 2023
La revolución de la biología sintética

La revolución de la biología sintética: ingeniería para domesticar la complejidad de la vida

Autoría Víctor de Lorenzo Prieto Profesor de Investigación, Biología Sintética, Centro Nacional de Biotecnología (CNB – CSIC)   Un...

mayo 18, 2023
Conviene echarse la siesta para ser un buen deportista

Conviene echarse la siesta para ser un buen deportista

Autoría Carmen Ferragut Fiol Grupo de Investigación en Gestión y Entrenamiento Deportivo, Universidad de Alcalá Alberto Pérez-López Profesor Ayudante...

mayo 18, 2023
Las caries causan enfermedades fuera de la boca

Las caries causan enfermedades fuera de la boca

Autoría Julieta Sarai Becerra Ruiz Profesora e Investigadora en Biociencias, Universidad de Guadalajara Colaborador/a Juan Manuel Guzmán Flores Investigador...

mayo 18, 2023