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Algo sobre educación: Reforma educativa sin novedad

A estas alturas del presente sexenio presidencial, mucho se ha dicho con relación a la Reforma Educativa...

28 de noviembre, 2016

A estas alturas del presente sexenio presidencial, mucho se ha dicho con relación a la Reforma Educativa, llevada principalmente al renglón de lo administrativo-laboral y disfrazada con el consabido nombre. ¿Para qué? Pues seguramente para impactar con la expresión a la sociedad y mostrar una preocupación por este renglón tan importante de la vida social, como lo es la EDUCACIÓN, y no mostrar lo que en sí, desde un principio se fijó como fin principal de dicha reforma, que fue, es y seguramente seguirá siendo durante este sexenio, sacudirse, principalmente el control político, laboral y administrativo de la parte sindical, a tal grado que la disidencia magisterial ha sido, hasta la fecha, su principal bandera de lucha, calificándola como punitiva más que educativa, situación que en apariencia, el sindicalismo oficial a logrado moderar con ciertas adecuaciones acordadas con el titular de la SEP.

Este pequeño paso que da la parte sindical y aceptada por la parte oficial, puede verse como pequeño avance en la aplicación de dicha reforma, sin menos cabo del cumplimiento administrativo.

¿Por qué se enfatiza el control sindical en el aspecto administrativo? Seguramente el hecho de querer condescender políticamente con el sindicato, en su momento la parte oficial aceptaba las reglas del juego sugeridas o propuestas por la organización, pensando que lo demás se daría como producto de lo que se dictaminaba académicamente para que se reflejara en los resultados de aprovechamiento escolar o, igual, lo único que interesaba al gobierno en turno, era contar con el apoyo político del gremio, situación que seguramente veían reflejada en las elecciones. Seguramente esta situación hace crisis en las alternancias de gobierno, en donde a través del liderazgo sindical rebasa y con mucho al gobierno en lo relacionado con la administración educativa, y en otras áreas de la administración pública, aunque con menor fuerza y con ello, tal vez, situación más, situación menos, se inicia la aplicación del “principio de autoridad”, a través de esta reforma que hasta la fecha, seguramente es la que más dolores de cabeza le ha causado a la presente administración federal.

Cabe mencionar que en la práctica esta Reforma Educativa, Administrativa y Laboral, sin tocar el aspecto pedagógico, deja, a estas alturas, mucho que desear pues, aunque a ojos vistos, es acabar con los vicios que ha venido arrastrando el sistema educativo nacional, dando la impresión que les están apareciendo otros que vienen a dar al traste con las posibles sanas intenciones de mejora que tenían cuando menos en sus propósitos, que en su momento se abordarán como unas de sus debilidades más que fortalezas y que para eso se acordó esta tan llevada y traída reforma.

En sí ¿Por qué la Reforma Educativa se presenta sin novedad? Porque simple y sencillamente, según mi apreciación, lo único que ha hecho falta por parte del gobierno de cualquier época, es un compromiso para implementar de la mejor manera posible los preceptos del Artículo 3º Constitucional que viene desde 1917, con algunos agregados, rigiendo la educación pública en nuestro país, que en sí, es la esencia filosófica de la misma, donde en alguna de sus partes destaca que: “La educación que imparta el Estado –Federación, Estados y Municipios- tenderá a desarrollar armónicamente todas las facultades del ser humano y fomentará en él, a la vez, el amor a la Patria, el respeto a los derechos humanos …”. Si las autoridades educativas hubieran volteado a ver los principios educativos desde un principio y más que componendas políticas, se hubieran dado acuerdos que a través de este rubro con esta guía, nos hubiéramos ahorrado muchos desencuentros y mejores resultados.

En este último periodo presidencial los dos secretarios de educación que se han desempeñado como tales, presentaron un nuevo MODELO EDUCATIVO, que a este último se le da el nombre de 2016, mismos que han tenido la estrategia de llevarlos a la consulta popular, pero que en esencia se mira como que es un asunto de despresurización de las acciones contra la Reforma por parte de la disidencia magisterial. A partir de la Reforma, esta sí Educativa de 1993, se inició con el énfasis del aprendizaje, basado en ese entonces en el desarrollo de habilidades, iniciando primeramente con el conocimiento, pasando por el análisis, la reflexión, la crítica, y seguir con base en ello el aprendizaje para la vida, destacado este concepto en la Reforma, también, sí educativa, del 2006, con el desarrollo de competencias para la vida, que vienen a marcar el perfil de egreso del alumno de educación básica y que se sigue destacando en la Reforma del 2011, sobresaliendo en todas ellas los mismos principios del aprendizaje ya mencionados renglones atrás, principalmente el “aprender a aprender” pero que por falta de estrategias apropiadas de parte de las autoridades educativas-administrativas, esos indicadores no han calado aún a estas alturas lo suficiente en el docente, para que los lleve al trabajo en el aula, por lo que a la fecha en un buen porcentaje se sigue dando el memorismo como elemento principal de evaluación de los aprendizajes.

Por esto y algunas otros detalles, la Reforma Educativa, como educativa, no presenta novedades, salvo adecuaciones que sexenio tras sexenio se dan como parte de las nuevas administraciones, seguramente, para decir “aquí estoy”.

En alguna próxima entrega, se tratará algo relacionado con las fallas en la práctica de la actual REFORMA EDUCATIVA, LABORAL Y ADMINISTRATIVA.

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