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Corresponde en esta colaboración el comentar lo correspondiente a los últimos NUEVOS CRITERIOS , que estarán orientando las actividades educativas en Educación Básica, seguramente durante...

30 de septiembre, 2019

hugolpalacios

Corresponde en esta colaboración el comentar lo correspondiente a los últimos NUEVOS CRITERIOS, que estarán orientando las actividades educativas en Educación Básica, seguramente durante todo el sexenio de la Cuarta Transformación; desde luego sería deseable, que todos los propósitos que en este apartado de la actual Reforma Educativa, pudieran cristalizar de la mejor manera, para que, por el sólo hecho, de rendir los frutos o resultados esperados, pudieran prolongarse más allá de este periodo transformacional, y que no sucediera lo que en cada sexenio, sin excepción, se hacen una serie de cambios en la terminología, para venir a decir o hacer, o incluso pretender (de palabra) modificar los resultados que se han venido asentando en escritos, pero que al pretender llevarlos a la práctica, resulta que las estrategias que se promovieron en un principio (del sexenio) quedan en meras buenas intenciones, porque hasta hoy, ha sido a ojos vistos la falta de voluntad o de capacidad de las autoridades, para implementar y en su momento darle el debido seguimiento a ellas para, cuando menos, acercarse a los resultados que se pretendieron alcanzar en lo que se proyectó desde el inicio de la administración correspondiente. Esto ha sido el “pan nuestro” de cada sexenio, en donde se descalifican los esfuerzos de las autoridades anteriores y pretenden empezar de cero, cuando, desde nuestro punto de vista, pudiera ser más prometedor el resultado de avances educativos, con tan sólo buscar y encontrar de la mejor manera posible, las ADECUACIONES pertinentes, para que en vez de HACER UN ALTO, se corrijan los errores existentes y continuar con bases más firmes en las pretensiones favorables a la educación, estableciendo un antecedente de mejora y no de “reformas,” para próximas administraciones educativas.

Comentado lo anterior, viene lo concerniente al abordaje de siguiente y penúltimo CRITERIO ORIENTADOR, mismo que la Subsecretaría de Educación Básica, le asigna el nombre de EDUCACIÓN DE EXCELENCIA, considerando al mismo tiempo que la expresión, EDUCACIÓN DE CALIDAD, es insuficiente y además un término voluble, por lo que establecen a la Excelencia, con un grado mayor que la otra expresión, concluyendo, según sus decires, llegar a tener y en su momento, alcanzar una educación de máxima calidad.

Como se dijo anteriormente, no ha habido gobierno, que, en el renglón educativo, no tenga en su retórica las mejores intenciones de hacer de forma correcta lo correspondiente para la obtención de los resultados que se proponen. En lo correspondiente a Excelencia, no es necesariamente el significado de tal o cual término para dar la definición en la vida real del proceso educativo, de lo que van a hacer los resultados en educación, una vez que se termine el ciclo correspondiente, en este caso la educación básica, para con eso obtener el resultado deseado. En definitiva, son las ACCIONES que se emprendan, se continúen y que no deberán ser descuidadas en ningún momento, a través del seguimiento, como se obtendrán logros deseados o cuando menos se enrumbará por ese camino.

PRINCIPIO DE JUSTICIA SOCIAL, es el último criterio orientador que estableció la multicitada Subsecretaría de Educación Básica, para fijar el camino a seguir en las acciones de impartición de la educación, destacando en ellas, principalmente, medidas que favorezcan el ejercicio pleno del derecho que tengan las personas a la educación, además de combatir a través de ella, las desigualdades económicas, regionales y de género, fijándose de igual forma, llevar a cabo actividades, que principalmente en las zonas marginadas, impulsarán acciones que lleven a mejorar las condiciones de vida de las alumnas y alumnos, tomando en cuenta, principalmente su alimentación. Se están fijando el respaldar a los educandos que socialmente se encuentren vulnerables mediante políticas incluyentes y transversales, entendiendo esto último como el hecho de ofertarles oportunidades diversas de actividades laborales o de apoyo, a cambio de un desempeño correspondiente dentro del recorrido educativo que tengan que llevar a cabo para el fin de la continuidad en sus estudios e igualmente a las familias aplicando, de alguna forma la transversalidad, como apoyo a las situaciones de las múltiples carencias que pudieran presentárseles de origen.

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