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Un país en llamas o cómo la metáfora se vuelve verdad

En los últimos años la 4T ha logrado imponer como real lo que diariamente se repetía en las mañaneras.

28 de noviembre, 2025

El cerebro confunde lo reiterado con lo real. He aquí el origen de por qué las noticias falsas pasan como verdaderas: a base de escucharlas una y otra vez, nuestro cerebro las ve como aceptables y las confunde con la verdad, como si ocurrieran en realidad. Es un mecanismo similar al del algoritmo: cuando detecta que un contenido se comparte mucho, lo interpreta como relevante y lo amplifica. Resultado: la mentira se convierte en tendencia y gana legitimidad social. Con ello quiero poner de relieve lo sucedido el 15 de noviembre (15D) durante la protesta de la llamada generación Z y el asesinato de Carlos Manzo.

Hubo violencia, sí. ¿El país está en llamas? No. ¿Hay problemas de inseguridad? Sí, sin duda, pero en términos generales podemos hablar de cierta “tranquilidad”. En palabras del escritor chileno Alfredo Zamudio: “Si lo que más se escucha en el espacio público son palabras de miedo, imágenes de conflicto o relatos de peligro, podemos terminar pensando que el país está así. La mente toma lo más disponible, lo más repetido, lo más visible, y lo convierte en emociones reales”. Es la función de lo más visto. Por ello, en EEUU la extrema derecha presenta a México como si estuviera fuera de control. Así justifica una intervención.

Si nuestro cerebro confunde la repetición con la verdad, lo falso puede volverse más poderoso que lo fáctico, real. Esto significa que lo verdadero es lo que una comunidad acuerda como tal. Nietzsche decía que la verdad es “un ejército de metáforas” que olvidamos que son metáforas. Así, lo repetido se convierte en la verdad porque dejamos de cuestionarla. Platón, en la metáfora de la caverna, explora la idea de que el hombre es un prisionero que sólo ve sombras y las confunde con la realidad porque es lo que percibe de manera reiterada. Domina lo que se repite. Por eso lo bueno y lo malo, lo moralmente válido o reprobable cambia al modificarse el acuerdo social de lo percibido como verdad.

Importa esto porque en los últimos años la 4T logró imponer como real lo que diariamente se repetía en las mañaneras. Sin embargo, esa narrativa ha perdido fondo y otras narrativas han ganado peso y tienden a conformar la nueva realidad. En los últimos meses se impone el relato omnipresente de que la violencia domina todos los órdenes de la vida pública. Es la “nueva verdad” reconocida socialmente. El impacto de este fenómeno sociológico para el gobierno es de carácter reservado.

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