Situación aplastante

A la violencia desmedida, a la inseguridad personal y de nuestras propiedades, hoy se le suma la inflación.

29 de julio, 2024

Manuel de Jesús Ruiz Nettel

Como seres humanos que somos, la esperanza es lo único que muere en nuestros corazones. Podremos estar sufriendo por cualquier cosa e incluso caer en alguna depresión, pero con un atisbo de esperanza, la luz de la Fe llega a rescatarte.

Así, en estos tiempos aciagos, todos y cada uno de nosotros debemos de convivir diariamente con el miedo, administrarlo, y no involucrarse en nada que llame la atención de la gente que está infringiendo el mal en nuestro mundo. Esa gente puede ser cualquiera, solo con que te tengan algo de envidia justificada o injustificada, el mal comienza a crecer en tu contra.

A la violencia desmedida, a la inseguridad personal y de nuestras propiedades, hoy se le suma la inflación. No la que se marca en las estadísticas, ya que esa tarda en llegara concretarse en números, sino la inflación en la calle, donde las afrentas ya llegan a golpear a tu mesa y las carencias crecen cada día más.

Esto causa en las familias un sentimiento de que ellos están haciendo mal las cosas, lo que provoca un sinfín de problemas familiares que no se ven cuantificados en las “sesudas” estadísticas nacionales.

El pan está por los cielos, el aguacate está en el mismo lugar acompañado por los tomates, los chayotes y demás productos que se suman a la mal llamada “canasta básica” que deberían estar disponibles para que México sea un país saludable. Pero no, nadie parece estar trabajando para mejorar esta situación aplastante, sino que en lugar de eso en diferentes declaraciones tratan de “explicar” la caída bruta de la “autosuficiencia” alimentaria.

Siendo la verdadera causa de esto, la desaparición de los diferentes apoyos que se daban a los campesinos, pequeños propietarios y grandes consorcios productores. Siendo insuficiente el programa “Sembrando Vida” que no ha podido llenar los anaqueles de productos agrícolas en gran demasía, para así darlo a precios bajos.

Es más, en algunos tianguis del “Bienestar”, los pocos productos que se ofertan son de mala calidad, con los mismos precios que los supermercados y donde solamente los productores “amigos” son convocados para vender sus productos en lugares que, a decir de la población, son lugares escondidos a la vista pública.

Cuando falta la comida y el sustento, la mala situación de una sociedad se vuelve insoportable, se vuelve aplastante, que solamente abona a los políticos populistas, los cuales se ven beneficiados al prometer ser los que van a resolver la difícil situación que vivimos hoy.

Desde tu posición de tener un salario constante y bueno, con un ambiente laboral de estar como en casa a la hora del recreo, es muy difícil ver a los que están mal económicamente, pero si te das cuenta y observas detenidamente, la realidad golpeará tu cara y verás que los que sufren esta situación aplastante son muchísimos más de los que están bien.

Al escribir esto, se tiene la intención de advertirte que arregles tus situaciones financieras, y que a su vez busques la manera de ahorrar al menos un 20% de ese buen salario que tienes, ahorrar energía eléctrica, ahorrar agua y buscar estar preparados para los años que vienen y ver lo que nos deparará en el sexenio que viene con Claudia Sheinbaum. Ya que la incertidumbre que estamos viviendo solamente se ve paliada por la esperanza de un futuro mejor.

Tanto la Presidente Claudia Sheinbaum, como los gobernadores de tu estado, dependiendo de dónde me leas, están dando grandes promesas que superan a aquellas que dieron en sus campañas. Esto mantiene todo en “un hilo”, pero no es suficiente, porque los mercados populares, tiendas al detalle, y las grandes cadenas de almacenes diariamente están ajustando los precios de los productos en los anaqueles.

El precio de la gasolina es un factor preponderante, que a pesar de no ser un “gasolinazo” como era llamado por los que hoy nos gobiernan, está teniendo un alza constante del precio de módicos centavitos, que ha llevado a la gasolina a precios altos que solamente encarecen las cosas, presionando “bajo el agua” a los concesionarios para que vendan con el menos margen de ganancias. Esto ha favorecido que cientos de gasolineros le entren por cuenta propia a vender “huachicol”.

Así que suma otro ahorro extra que deber hacer, camina más, usa el mejor de los transportes colectivos, en fin, busca la manera de no gastar tanto en gasolina. Debiendo recordar todos que “cuidando los centavos… los pesos se cuidan solos”.