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La construcción de la Línea K y el Polo de Desarrollo del Bienestar en Tapachula, Chiapas, representa una oportunidad histórica para impulsar el desarrollo económico y social de la región. Sin embargo, para garantizar el éxito y...

19 de diciembre, 2024

Manuel de Jesús Ruiz Nettel

La construcción de la Línea K y el Polo de Desarrollo del Bienestar en Tapachula, Chiapas, representa una oportunidad histórica para impulsar el desarrollo económico y social de la región.

Sin embargo, para garantizar el éxito y la sostenibilidad de este proyecto, es esencial que los ciudadanos sean actores clave en su planeación, ejecución y operación. La inclusión ciudadana no solo fortalece el sentido de pertenencia, sino que también mejora la calidad de las decisiones al integrar perspectivas diversas. A continuación, se presentan estrategias prácticas para lograr este objetivo.

Participación desde la Planeación

Desde el inicio, las autoridades deben establecer espacios de consulta abierta y transparente, como foros comunitarios y mesas de trabajo, donde los ciudadanos puedan expresar sus ideas, preocupaciones y prioridades. Este diálogo debe incluir a todos los sectores sociales, especialmente a grupos tradicionalmente marginados, como pueblos indígenas, mujeres y jóvenes.

El uso de herramientas digitales, como encuestas en línea y plataformas de participación, puede ampliar el alcance de estas consultas. Además, los gobiernos locales deben comprometerse a integrar las sugerencias más relevantes en los planes definitivos del proyecto.

Es decir, en qué les va a beneficiar a los ciudadanos comunes de la zona cafetalera de las alejadas comunidades al Polo de Desarrollo, con esto se dará conocer los alcances del proyecto para que la gente los vea como suyos y sepa que tiene la oportunidad de emprender.

Creación de Empleos Locales

Uno de los beneficios inmediatos de este tipo de proyectos es la generación de empleo. Para maximizar el impacto positivo en la comunidad, las contrataciones deben priorizar a los habitantes de Tapachula y sus alrededores, así como de Chiapas. Esto implica desarrollar programas de capacitación técnica y certificaciones para que los ciudadanos estén preparados para asumir roles clave en la construcción y operación de la Línea K y el Polo de Desarrollo.

Además, es fundamental que las empresas contratistas cumplan con estándares laborales justos, asegurando salarios dignos y condiciones de trabajo seguras para los empleados locales, que deben de tener prioridad. Seguro Social, Infonavit y otras prestaciones de ley deben de ser estrictamente aplicadas a los empleados que por ley tienen ese derecho. Los empleadores no les hacen un favor a los empleados, sino que es una correlación que tiene un objetivo común… El Bienestar.

Transparencia y Rendición de Cuentas

La confianza es un pilar fundamental en cualquier proyecto de desarrollo. Por ello, las autoridades deben garantizar la transparencia en todas las etapas, desde la asignación de recursos hasta los avances en la construcción. Esto puede lograrse mediante la publicación periódica de informes y la creación de comités ciudadanos de supervisión, los cuales pueden monitorear el progreso y garantizar que los fondos se utilicen de manera eficiente. Esta acción debe de incluir la difusión en redes sociales, no solo de las cuentas del gobierno, sino que debe ser una acción moderna de comunicación en vivo y que permanezca.

Educación y Sensibilización

La construcción de la Línea K y el Polo de Desarrollo debe ir acompañada de campañas educativas que informen a los ciudadanos sobre los beneficios del proyecto y su impacto a largo plazo. Además, la sensibilización puede ayudar a reducir resistencias iniciales y fomentar un sentimiento de orgullo colectivo que empiece desde los niños.

Fomento del Emprendimiento Local

El Polo de Desarrollo del Bienestar puede ser una plataforma para promover el emprendimiento local. Las autoridades deben facilitar el acceso a financiamiento y capacitación para que los ciudadanos puedan crear negocios que complementen la infraestructura del proyecto, como servicios de transporte, turismo y comercio. Además, se deben de dar a conocer a la población las bondades fiscales y de operación para invertir en el polo de desarrollo del bienestar, así como en los negocios que favorezcan el desarrollo de la línea K.

Para concluir se debe incluir a los ciudadanos en la construcción de la Línea K y el Polo de Desarrollo del Bienestar en Tapachula. No es solo una cuestión de justicia social, sino una estrategia esencial para garantizar el éxito del proyecto. Al integrar sus voces, capacidades y aspiraciones, este desarrollo puede convertirse en un ejemplo de transformación sostenible y colaborativa que inspire a otras regiones del país.

Además, si el Sr. Gobernador Eduardo Ramírez Aguilar viene a ver los avances del Puerto Chiapas y lo relacionado con la construcción de la línea K, se debe de abrir a todos los medios, para que la población conozca en vivo y en directo lo que hace el gobernador para que el pueblo tenga bienestar. Sino es así, todo pasa desapercibido y como una gira más.

Hoy más que nunca, sí se están haciendo las acciones de desarrollo para el Puerto Chiapas y la línea K del tren. Miles de soconusquenses, chiapanecos y mexicanos no lo saben, lo tienen que ver en vivo y en directo en las redes sociales, porque las notas comunes y corrientes solo llegan un sector de la población, pero ver algo en vivo es necesario porque al fin y al cabo como dijo Santo Tomás: ¡“Hasta no ver… No creer”!