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¿Quién era ese a quien llamaba papá?

¿Cómo se puede vivir una vida entera con alguien que resulta ser una mentira? Y la pregunta central: ¿Cómo alguien puede al mismo tiempo que asegura amar a su familia, albergar semejante nivel de maldad? Es el...

22 de agosto, 2025

Juan Carlos Aldir

¿Cómo se puede vivir una vida entera con alguien que resulta ser una mentira? Y la pregunta central: ¿Cómo alguien puede al mismo tiempo que asegura amar a su familia, albergar semejante nivel de maldad?

Es el caso de Dominique Pelicot, quien durante 10 años drogó a su esposa y la ofreció a desconocidos para que mantuvieran relaciones sexuales con ella.

En noviembre de 2020 fue detenido en la localidad de Carpentas, ubicada en el departamento de Vaucluse, en la región francesa de Provenza-Alpes-Costa Azul, un hombre de 68 por filmar a varias mujeres por debajo de sus faldas en un supermercado (1).

La investigación de esos hechos –de su teléfono celular, computadora personal y algunas tarjetas de memoria– condujo al descubrimiento de que ese jubilado de apariencia afable, además de participar en violaciones de mujeres narcotizadas, había drogado a su esposa y la había ofrecido en sitios web de citas para que más de ochenta desconocidos mantuvieran relaciones sexuales con ella –sin su consentimiento– en su propio domicilio conyugal, durante infinidad de ocasiones, durante los últimos diez años.

A esta situación, ya de por sí monstruosa, se suma el hecho de que para su familia, amigos y para su propia esposa, Dominic era un hombre bueno, cariñoso y familiar. Nadie en su entorno cercano niega que si bien habían tenido conflictos maritales como todas las parejas, estaban por cumplir cincuenta años de casados y nadie, absolutamente nadie, podía imaginar la doble vida que llevaba.

A ese primer impacto debe agregarse la posibilidad, aun en investigación –aunque inquietantemente probable debido a ciertas fotografías encontradas en sus archivos–, de que en alguna oportunidad Dominic hubiese hecho lo mismo con su propia hija, sin que ella lo recuerde.

“¿Siempre has estado trastornado? ¿Y no vimos nada? ¿Es posible vivir con un padre sin llegar a conocerlo? ¿Quién eres realmente?” (2). Se pregunta su hija Caroline Darian, en Y dejé de llamarte de papá, el libro donde hace una crónica de lo que vivió desde el momento en que se enteró de quién era en realidad su padre.

El trauma para la esposa y la familia es simplemente indescriptible. No sólo la vida como la conocían terminó ante el espectáculo mediático que significó el caso, sino que la vida entera, el pasado en su conjunto perdió su solidez. Ya no era posible saber qué de todos los recuerdos que tenían de sus vidas pasadas, tanto individuales como en familia eran genuinos y cuantos estaban manchados por el pulsión criminal de Dominic. ¿Quién era ese hombre que había fungido como padre, esposo y abuelo durante toda la vida? ¿Cómo volver a confiar en la gente? ¿Cómo superar, ya no sólo el abuso sexual sino la traición de una figura tan central en la vida de todos? ¿Cómo confiar en la propia memoria, en los propios sentimientos si ni siquiera era posible estar seguros de que no había abusado también del resto de la familia? ¿Cómo se puede vivir tantos y tantos años, y compartir tantas y tantas experiencias significativas y formativas con alguien que resulta ser una mentira?

Y la pregunta central: ¿Cómo alguien puede al mismo tiempo que asegura amar a su familia, albergar semejante nivel de maldad?

En diciembre del 2024, tras un juicio de cuatro meses, un tribunal francés, conformado por cinco jueces, condenó a 20 años de cárcel a Dominique Pelicot. Los cargos fueron: violación agravada y realización y distribución de imágenes de Gisèle Pelicot, y realización y distribución de imágenes sexuales de su hija mayor, Caroline, y las esposas de sus hijos. No podrá optar a la libertad condicional hasta que haya cumplido dos tercios de la pena.

De las otras 50 personas que fueron acusadas en el mismo juicio 46 fueron declarados culpables de violación, dos culpables de intento de violación y dos más culpables de agresión sexual.

Cuando se encaran casos como el de Dominic, y la destrucción que dejó a su paso, no queda sino rendirse ante la mera intención de aspirar a comprender la complejidad humana.

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(1) BBC News Mundo, Redacción, Condenan a 20 años de cárcel al exesposo de Gisèle Pelicot por drogarla, violarla y reclutar a más de 50 hombres para abusar de ella, 19 de diciembre de 2024

https://www.bbc.com/mundo/articles/c93g0den96lo

Consulta: 29 mayo 2025

(2) Darian, Caroline, Y dejé de llamarte papá, Primera Edición, México, Seix Barral – Planeta, 2025, Pág. 43

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