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#LadyRacista, un fiel retrato del México del siglo XXI

9 de julio, 2025

#LadyRacista, un fiel retrato del México del siglo XXI

Vimos a una energúmena de clase alta (o eso pensamos por aquello de las apariencias y los complejos, propios de los latinoamericanos que miran al dinero no como un MEDIO, sino como un FIN en sí mismo), insultar, ofender de la más lastimosa manera a un policía de la Ciudad de México. Es un fiel retrato del México de lo que va de este siglo por muchas razones, y me permitiré enumerar unas pocas.

-CLASISMO y RACISMO. Las ofensas de la “señora” de marras son aberrantes, pero pasa que no se trata sino de una de esas “ñoras” pretenciosas de las cuales hay no pocas, con nada en su materia gris que no sea ir a tomar el café con sus contertulias, para hablar de temas tan vacíos como lo es, casualmente, de cual amiga tiene X ó Y coche ó camioneta, de sus últimos viajes (sin que en NADA sumen a su cultura general), ó a lo mucho, de si X ó Y compañera ya “le pintaron el cuerno”; obvio que, el veneno letal de la envidia es lo que prima en dichas reuniones.

-NULO RESPETO A FIGURAS DE AUTORIDAD. Y esto viene desde el año 2000, en el que el presidente Vicente Fox permitió cualquier falta de respeto a la investidura presidencial, con la bandera de la tan llevada y traída “libertad de expresión”, que mal utilizada por no pocos mexicanos, eso se ha convertido en un LIBERTINAJE vil, mismo que permea hacia el resto de la sociedad mexicana, como justamente es el triste caso de las escenas patéticas ocurridas el sábado pasado en la colonia Condesa. Baste afirmar que (por ejemplo y sin exagerar) en los Estados Unidos una conducta similar es motivo suficiente para que, legítimamente y con la ley en la mano, los agentes de la policía ABATAN al sujeto que ose no respetar a la ley y/o autoridad; en México simplemente, no pasa nada, y se ofende a la autoridad PORQUE SE PUEDE y punto.

-IMPUNIDAD CASI TOTAL. Con menos del 1% de los delitos impunes en México, cualquier individuo que maneje un automóvil de alta gama, así este se deba a un plazo de cien años, supone a ese ser humano superior, y el que no se castigue más que con 48 horas de escarnio en las redes sociales, es uno más de los incentivos perversos para que en México cualquiera haga cualquier barbaridad, sabiendo que (sin más) no pasará nada.

Todo lo anterior es origen de cualquier cantidad de males, como el que los policías, con sueldos indignos, sean naturales candidatos a engrosar las filas del crimen organizado, flagelo que México sufre (prefieren algunos sentirse reyes por tres años que 50 siendo humillados) , y el fenómeno crece en un círculo vicioso qué no avizora un final.

Muchos creerán que mi columna es exagerada, pero no, todo es causa y síntoma, y el lastimoso episodio no es más que una fiel instantánea de la tragedia nacional, una en donde el que llega a tener cinco pesos, se piensa convencido dueño de cosas y vidas, de conductas al margen de la ley, y de inauditas faltas de respeto a cualquier figura de autoridad.