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La cruda verdad

Primero que nada, consumatum est.

4 de junio, 2024

Lo que le quedaba de República a nuestra amada patria se perdió en la elección del fin de semana; si bien el triunfo presidencial era previsible, los puntos sobre las íes recaen en lo abrumador que resultó el voto morenista.

Carro casi completo, mayoría calificada y la Presidencia de la República.

Al PAN le quedan cuatro entidades (Aguascalientes, Chihuahua, Guanajuato y Querétaro) y al PRI dos (Coahuila y Durango), todas ellas en evidente peligro. Absolutamente todo lo demás (obviando a los dos estados de MC) es guinda.

Sin contrapesos. Sin oposición.

De vuelta a donde empezamos. Quienes tienen entre 20 y 30 años no lo vivieron, pero con su voto del fin de semana, ahora tendrán tiempo de sobra para experimentar la verdadera hegemonía partidista. Muchos de los adultos mayores que votaron en esta jornada electoral quizás no vivan lo suficiente para sufrir el largo retroceso. Los que estamos en medio, si sabemos lo que es y lo que se nos viene.

Lo único cierto es que hay Morena para los siguientes 12, 18 o quién sabe cuántos años más. La democracia ha muerto y con ella, la disidencia y en buena medida, la cultura del esfuerzo. Otra vez, regresa México a los subsidios y a rendirle pleitesía a los poderosos. Al culto único, al aplauso pagado.

Pero es lo que hay, esa es la verdad. Y no nos queda más que seguir adelante.

Hablando de verdades, Jorge López, el relevista boricua de 31 años de los NY Mets, fue expulsado tras discutir con el umpire de tercera base durante el juego del miércoles 29 contra los Dodgers. Cuando entró, durante el octavo inning, los de New York ya perdían 5-3 y aunque logró retirar a Mookie Betts, permitió doblete de Miguel Vargas y cuadrangular de Shohei Ohtani. Hasta aquí nada anormal sin embargo López, visiblemente molesto tras su retiro, aventó a las gradas su guante antes de dirigirse al dugout (el fanático que lo atrapó subiría imágenes del guante en X horas más tarde) y tras el juego, declaró en una entrevista que los Metropolitanos son “el peor equipo de toda la maldita MLB”.

Lo cual es cierto.

Si bien hay equipos con peores números (efectividad, porcentaje de juegos ganados y perdidos, etc de los cuales hemos hablado previamente en esta misma columna) los Mets, con sus 35 derrotas y 24 victorias en la temporada actual, son el equipo que más dinero ha gastado durante las últimas campañas, con una nómina superior a los $319 millones de dólares y un impuesto de lujo que excede los $100 millones de billetes verdes. Tras su desastrosa campaña del año pasado, hoy marchan en el penúltimo lugar de la este de la nacional, superando únicamente a los Marlins, que traen 21 victorias.

Y aunque López sacó después un comunicado diciendo que no había sido su intención hablar mal del equipo y que el se refería más bien a que había sido el “peor compañero de toda la liga” pues, justo como pasa en nuestro país cuando alguien decide tirar netas, los Mets mandaron al lanzador rápidamente a la congeladora y su salida de la organización no tomará más allá de unos cuantos días.

Y hablando de la gran manzana, un jurado neoyorkino le propinó un score de 0-34 a Donald Trump en los cargos que enfrentaba relacionados con modificar ilegalmente registros financieros para pagar a la actriz Stormy Daniels justo antes de las elecciones del 2016.

Y donde muchos analistas tiran hurras y festejan porque creen ver en esto un fly de sacrificio, es decir, una (pírrica) victoria que pudiera perjudicar las aspiraciones de Trump de cara a los comicios del año entrante, parece más bien un foul para la administración actual dado que, inequívocamente, puede percibirse el empleo de los recursos del poder para enjuiciar y condenar a un poderoso adversario político. Abrirle la puerta a realizar procedimientos judiciales semejantes a expresidentes, considerando que hay mucho escondido bajo las alfombras de los últimos del bando demócrata empezando por el mismo Biden, no parece una gran idea.

Tampoco, cabe mencionar, hay restricciones para contender por la presidencia en EUA por contar con antecedentes penales y, definitivamente, no existe un solo hombre o mujer que apoye a Trump que vaya a cambiar su voto por lo que acaba de pasar en Manhattan. A reserva de la sentencia, no hay nada que le impida al empresario hacer campaña aún desde la cárcel y si algo le gusta a la gente, a la banda, al popolo de cualquier país, es una víctima enfrentándose al terrible sistema.

Esa también es la pura verdad.

Nos leemos la semana entrante.