El pasado viernes 8 de marzo se conmemoró el Día Internacional de la Mujer. Nuestro país ha sido desde siempre hostil y peligroso para ellas. Todos los gobiernos prometen mayor seguridad, pero ninguno lo ha conseguido.
Las cosas hay que verlas en su justa medida, sin filias ni fobias. En un clima político tan polarizado como el que vivimos, esto es muy difícil, pero yo le pido a usted que no le crea a los políticos, sino a los números. Por un lado, el actual gobierno –lo ha dicho el presidente muchas veces, y lo ha dicho la secretaria de Seguridad Ciudadana– sostiene que los números del feminicidio y de la violencia van a la baja, y que la estrategia está funcionando muy bien. Usted podrá ser muy morenista, pero debe de hacer un ejercicio de reflexión y autocrítica y no dejarse llevar por números alegres y actitudes triunfalistas. La estrategia de seguridad no ha dado –ni dará ya a estas alturas del sexenio– los resultados que tanto se anunciaron y que tanto se esperaban. Pero, por otro lado, tampoco hay que dejarse llevar por el odio y la animadversión y creerse números fatalistas, exagerados y tremendistas, como los de la oposición, según los cuales no ha habido ninguna mejoría en materia de feminicidios ni en materia de seguridad pública; al contrario, dicen, todo ha ido a peor, mucho peor que Calderón y Peña Nieto juntos, que ya es decir bastante.
Lo mejor que puede hacer cualquiera, en sano uso de la inteligencia, es desprenderse de fanatismos y odios y ver las cosas como son, con la frialdad de los datos. Los datos, las estadísticas, los números… no tienen sentimientos. Solo ellos nos pueden dar luz sobre la realidad. Y voy a valerme de datos oficiales: los del Secretariado Ejecutivo del Sistema de Seguridad Nacional y los del Instituto Nacional de Estadística y Geografía. Veamos.
Según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema de Seguridad Nacional, estos son los feminicidios registrados de 2018 a 2023:
Feminicidios por año:
2018: 898
2019: 944 (incremento de 5.1% respecto al año anterior)
2020: 947 (incremento de 0.3% respecto al año anterior)
2021: 981 (Incremento de 3.5% respecto al año anterior)
2022: 959 (disminución de 2.2% respecto al año anterior)
2023: 832 (disminución de 13.2%respecto al año anterior)
Considerado fríamente, ha habido una disminución del feminicidio durante este gobierno, una disminución del 7.3% respecto al número de feminicidios de 2018 (898 casos) y el número de feminicidios de 2023 (832 casos). ¿Es esto un éxito o un fracaso? Eso depende de las preferencias políticas de usted: si admira a López Obrador, esto le parecerá el mayor éxito posible en la materia; si usted odia a López Obrador, esto le parecerá el peor fracaso posible en la materia. Hay que admitir que si bien en los tres primeros años del actual gobierno este delito fue a la alza, desde 2022 se ha registrado una tendencia a la baja. La disminución del feminicidio en 2023 (respecto a 2022) fue importante: 13.2%. Y ojalá que esa tendencia a la baja prevalezca en 2024.
Las mujeres en México son víctimas de muchos tipos de violencia. Está el feminicidio, pero también el homicidio doloso que no se clasificó como feminicidio, las lesiones dolosas, la violencia sexual, el maltrato doméstico y la violencia familiar, la violencia económica, el maltrato y acoso laboral, la discriminación, la desigualdad… y un sin fin de clases de violencia. En este artículo no me voy a referir a todas ellas, sino solo a las más graves, que son el feminicidio y el homicidio doloso.
El feminicidio es un tipo específico de homicidio doloso. Su incorporación a nuestro sistema legal es reciente y se debe al activismo feminista. Veamos lo que dice el código penal:
Artículo 325. Comete el delito de feminicidio quien prive de la vida a una mujer por razones de género. Se considera que existen razones de género cuando concurra alguna de las siguientes circunstancias:
- La víctima presente signos de violencia sexual de cualquier tipo;
- A la víctima se le hayan infligido lesiones o mutilaciones infamantes o degradantes, previas o posteriores a la privación de la vida, o actos de necrofilia;
- Existan antecedentes o datos de cualquier tipo de violencia en el ámbito familiar, laboral o escolar, del sujeto activo en contra de la víctima;
- Haya existido entre el activo y la víctima una relación sentimental, afectiva o de confianza;
- Existan datos que establezcan que hubo amenazas relacionadas con el hecho delictuoso, acoso o lesiones del sujeto activo en contra de la víctima;
- La víctima haya sido incomunicada, cualquiera que sea el tiempo previo a la privación de la vida;
- El cuerpo de la víctima sea expuesto o exhibido en un lugar público…
Llama la atención que del total de casos de asesinatos de mujeres en nuestro país, la menor parte son los feminicidios; el grueso de los asesinatos son homicidios dolosos no clasificados como feminicidios. Si en lo que va del sexenio han sido víctimas de feminicidio alrededor de 5 mil mujeres, si consideramos cuántas mujeres han sido privadas de la vida dolosamente, sea que el delito se haya clasificado como feminicidio o no, el número de 2019 a 2022 es alarmante: 15,617 mujeres privadas dolosamente de la vida, según datos del INEGI. Y no incluyo 2023, porque los datos finales aún no han sido publicados.
Homicidios dolosos por año en los que la víctima es mujer, se hayan o no clasificado como feminicidios (es decir, el número incluye los feminicidios):
2018: 3,663
2019: 3,874 (incremento del 5.7% respecto al año anterior)
2020: 3,952 (incremento del 2.0 % respecto al año anterior)
2021: 3,991 (incremento del 0.9% respecto al año anterior)
2022: 3,800 (disminución del 4.7% respecto al año anterior)
Respecto al número total de asesinatos dolosos en los que la víctima es mujer, se hayan o no clasificado como feminicidios, hay que decir que los tres primeros años de este gobierno presentaron una tendencia a la alta, pero en 2022 finalmente pudo registrarse una disminución del 4.7%. No obstante, en términos absolutos, hay un incremento de los homicidios dolosos contra mujeres, un incremento del 3.7% respecto a los casos registrados en 2018 (3,663) y los casos registrados en 2022 (3,800), según el INEGI. Como dije hace un momento, los datos correspondientes a 2023 aún no se han publicado. ¿Es esto un éxito o un fracaso? Como dije hace un momento, la respuesta depende de usted: si admira a López Obrador, esto le parecerá un gran éxito; si usted odia a López Obrador, esto le parecerá un gran fracaso.
Los números no mienten. Los políticos sí. Y los números indican que en los cuatro primeros años de este gobierno (2019, 2020, 2021 y 2022) un promedio de 10.6 mujeres fueron asesinadas cada día. Esto bajo ningún aspecto podría considerarse un resultado favorable o aceptable de la estrategia de seguridad del gobierno. ¿O sí? Dígamelo usted, independientemente de sus filias y fobias. Este país sigue siendo un lugar hostil y peligroso para las mujeres.
Y ya para terminar: algunas personas se preguntan sarcásticamente por qué no hay un día internacional del hombre. La respuesta es obvia. Durante toda la historia de la humanidad, los hombres han sometido, maltratado, discriminado, vejado, humillado, violado y violentado a las mujeres. Ellas son las víctimas históricas de este infame modelo macho-patriarcal-teo-falocentrista-religioso-político-sociocultural. Ya era hora de que ellas tomaran lo que por justicia y naturaleza les corresponde. Ya era hora de que ellas pusieran las cosas en su lugar. ¿O no?
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