Una tarde vacía, se canceló la reunión, comimos antojitos, terminé mi libro en turno, sin deportes interesantes, caí en una película ya vista, Gánster Americano,…
Una tarde vacía, se canceló la reunión, comimos antojitos, terminé mi libro en turno, sin deportes interesantes, caí en una película ya vista, Gánster Americano, con Russell Crowe y Denzel Washington.
Me pasó lo que muchas veces, al ver por segunda vez una película le tomas un sabor diferente, escenas, trama, detalles. En este caso pude saborear el clímax.
Un Gánster negro que se ha encumbrado del modo tradicional, a sangre y fuego, superando a su mentor, drogas, asesinatos, guerras territoriales, corrupción, colusión policiaca, etc. Se enfrenta en un interrogatorio a solas con una rara avis de la policía, un hombre honesto y trabajador.
El gánster resume su vida, ha crecido aprendiendo como se “torea” a la policía, se coopta a competidores, se colude a jueces, se permea las instituciones del poder llegando a las altas esferas. Él lo aprendió bien y lo ejecutó mejor, alcanzó un nivel envidiable, social y familiarmente, ya sabe de lo que se trata la reunión pero quiere aclarar algo.
“–¿Es cierto que su interrogador tuvo a su disposición un millón de dólares en efectivo, disponible y no rastreable?
–Así es.
–¿Es cierto que vive con el miserable sueldo de policía, que no tiene ahorros, está endeudado, su esposa lo dejó, y que en su futuro sólo hay una pensión que le servirá para mal vivir?
–También es cierto.
–Así que solamente dime ¿por qué devolviste ese dinero?
— Porque era lo correcto.”
La cara del gánster refleja estupefacción, “hacer lo correcto”, un concepto desconocido, jamás se había topado con una persona que pensara y viviera así.
Continúa el interrogatorio y el gánster ofrece colaboración para acabar con la corrupción y el narcotráfico preguntando ¿Qué le ofrece el policía a cambio?, la respuesta: aprender a hacer lo correcto, lo saca de sus paradigmas vitales y termina colaborando.
La información que ofrece la película en el desenlace me hace ver como posible que se haya basado en un hecho real y ciertamente, no se acabó con la corrupción ni el tráfico de drogas, pero se dio un paso hacia adelante.
El gánster y la policía corrupta son una muestra de la cultura que se ha desarrollado en ese mundo específico que gira alrededor del narcotráfico. El gánster es un tipo exitoso dentro de la sociedad que le vio nacer y que sabe manejarse dentro de ella como el mejor pez en el agua.
Una sola persona, con menores talentos, personalidad, relaciones, lejos de ser el paradigma del policía exitoso, pero con una moral acrisolada y una convicción de que su actuación tiene que ser la correcta; sin discursos moralistas ni demagógicos, ni exposición a los medios, actuando con integridad, logra dar un paso importante dentro de la lucha por hacer lo correcto.
A veces pasa cuando sucede.
Es un indicio de que el cambio social es posible, es una invitación para cada uno de hacer lo correcto con la esperanza de que colaboraremos a mejorar este mundo del que tanto y con razón nos quejamos.
Pongamos nuestro ladrillo, que no granito de arena, en la reingeniería social necesaria, para reformar la cultura, tenemos que colaborar todos y no estar con los brazos cruzados esperando que las cosas cambien, tenemos que dar nuestros propios pasos que inviten a los demás a dar los suyos. Empezando por hoy mismo.
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